Mes: diciembre 2009

Querido __________________:
(La línea punteada es para que ustedes, visitantes, rellenen según su creencia. Pueden poner, si quieren, al Niño Dios, Santa Clos, Buda, Alá, Cristo, Mahoma, Krishna, Melchor-Gaspar-Baltazar, Nelson Mandela, Andrés Manuel o Juanito.)

Espero que, aunque tarde, todavía tengas tiempo de leer esta carta. No, no te preocupes, no quiero que me la cumplas inmediatamente, puedo esperar si es necesario. Yo sé que la crisis económica mundial dejó muy sangradas tus finanzas, así que te doy todo el tiempo que necesites para que des cumplimiento cabal a mi pedido.

Para empezar, quiero pedirte que por favor te lleves al Tuca de los Pumas. Sí, ya sé que nos hizo campeones a mitad de año y todo eso, pero es que el equipo juega muy feo. ¿Has intentado ver un partido de los universitarios los domingos a mediodía? Son más aburridos que la misa de Navidad del Papa por televisión (hasta eso es más divertido, sobre todo cuando taclean al Sumo a medio pasillo). No quiero pecar de mal agradecido: te luciste desapareciendo a LaVolpe y su ego, pero pues te faltó Ricardito. Ahí te lo encargo.

No soy iluso: no voy a pedir que el Tri gane el Mundial. Milagros a otro lado. Sólo te voy a pedir que los sudafricanos no se los violen (dicen que los negros la tienen grande), que le amarres las manos a Henry para que no haya mano negra y que los uruguayos no les vayan a dar muchas patadas, porque para llorones nadie nos gana. Ya si por ahí se puede una victoria y algún empatito nada más para no hacer el ridículo, pues ya es ganancia.

Ya encarrerados, ojalá le concedas a los Leones Negros una victoria en casa. Estos primeros seis meses de romance fueron muy bointos y todo lo que ya se ha dicho, pero como que a veces a uno le dan ganas de ganar. Por favor, ilúminale la cabeza a Raúl Padilla para que entienda que el fútbol también es cultura y entonces se moche con unos billetitos para el equipo. Si no se puede, pues al menos te pido la intercesión de San Carlos Briseño, para que con tal de llevarle la contraria a Raúl desde el más allá le eche una mano al equipo.

Lanza, con todo tu poder, un rayo sobre las tres mascotas de los Juegos Panamericanos, para ver si así las vuelven a hacer y diseñan una cosa más decente. Y ya que estamos en esas, ábreles el entendimiento a todos los que tienen algo qué ver con la mentada Villa Panamericana. Ya nos hartaron con sus grillas. Van a ocasionar que su Majestad don Mario Vázquez Raña (amo y señor de los destinos tapatíos hasta 2011) monte en ira iracunda y lo único que va a pasar es que nos va a quitar los juegos y va a dejar sin vecinos a Jorgito, para quien por cierto te pedimos que ya termine su juguete nuevo: el Chivaestadio ya parece promesa de político y va que vuela para elefante blanco.

Eso por lo pronto. Si de pasada puedes desaparecer a todos los directivos de la Femexfut, que regresen los torneos largos, que siga dirigiendo el Chelís, que desaparezca la Interliga, que los clásicos Chivas–América vuelvan a ser divertidos y que Hugo Sánchez deje de hablar y se ponga a trabajar (eso si consigue trabajo), pues ya nos damos por extra bien servidos.

Que el 2010 se benigno y que la pelota siga rodando.

Con afecto,

El Turco Viejo

*Como ya habrán visto, hemos estado, además de fuera de lugar, fuera de servicio. Entrandito enero regularizamos el changarro.

Consumado está: los Rayados de Monterrey (antes también conocidos como La Pandilla) quedaron campeones del Torneo de Apertura 2009 del fútbol mexicano. Y, de pasadita, confirmaron lo que ya viene siendo una tradición desde hace varios torneos: el Cruz Azul es el subcampeonísimo por excelencia. Así pues, el equipo norteño viene a ocupar el lugar que, hace seis meses, ocuparan los Pumas de la UNAM, que no pudieron refrendar su valía como campeones y le dejaron el espacio al Monterrey. Enhorabuena.

La serie final estuvo sabrosa: el partido de ida terminó con un 4-3 a favor de los Rayados, que dieron un partidazo sobre todo en el segundo tiempo. El de ayer, como se preveía, fue un duelo más cerrado, con un Cruz Azul buscando el gol que empatara el marcador global y un Monterrey dedicado, con todos sus jugadores, a defender la pequeña ventaja. Las cosas, obvia decirlo, le salieron mejor al equipo de Víctor Manuel Vucetich, que anotó los goles en el momento oportuno. No así los dirigidos por Enrique Meza, que no pudieron meter la bola sino demasiado tarde y, con esto, le regalaron a su director técnico su segundo subcampeonato del año.

¿Los protagonistas? Ya los habíamos dicho: primero, Humberto El Chupte Suazo, que, como se dice, se echó en hombros al equipo, lo organizó y anotó el gol definitivo; segundo, Aldo de Nigris, que volvió a anotar y confirmó aquello de que motivación mata técnica.

Un triunfo merecido, nadie lo niega, y sobre todo muy anhelado por afición del Monterrey que, hay que decirlo, es la mejor afición de México, apenas igualada por sus paisanos Tigres de la UANL.

Bien por el Monterrey, lástima por el Cruz Azul.

Viva el Rey, con R de Rayados.

Pues se acabó. Hoy comienza la serie final del Torneo de Apertura 2009. Los equipos que, bien o mal, lograron llegar al último partido de la liga son Monterrey y Cruz Azul, que ofrecerán una final que, al menos en el papel y por lo visto en la liguilla, promete emociones.

Cruz Azul llega a la final en medio de la polémica: en la ronda contra el Puebla el árbitro les regaló un penal y contra el Morelia no se marcó una mano de Joel Huiqui que, quizá sí quizá no, pudo haber cambiado las cosas en el partido. Como sea, los errores arbitrales no son culpa del equipo celeste, que hizo un buen torneo y encontró en Emmanuel Villa el goleador que tanto le hacía falta. La Máquina llega a la final con, como se dice, hambre de triunfo: dos subcampeonatos en la era reciente hacen que su afición anhele, más que nunca, ganar la copa.

Enfrente estará el Monterrey. El equipo rayado llega, pudiera decirse, con el Chupete Suazo como líder indiscutible. Se nota un equipo compacto que compensa la falta de figuras con un buen trabajo colectivo. Además, tienen enrachado a Aldo de Nigris, hermano de Antonio, que parece haber encontrado en la muerte de su hermano la motivación suficiente para buscar todas las pelotas y meterlas a la portería. Aldo fue quien prácticamente eliminó al América y mucho tuvieron que ver sus goles contra el Toluca. ¿Ayuda del más allá? Dicen los espiritistas que sí.

Las bancas también cuentan. Y estos equipos son dirigidos por dos técnicos que saben muy bien de qué se trata el numerito de la final: Enrique Meza, el cerebro detrás de la gloria del Toluca hace diez años y que ahora busca hacer lo mismo en Cruz Azul; Víctor Manuel Vucetich, que de tres finales a las que ha llegado ganó las tres y ahora quiere la cuarta, en el lado del Monterrey.

Vamos a ver quién gana. Y ojalá que sean dos buenos partidos, por el bien de todos aquellos a los que, francamente, nos vale madre quién se lleve la copa.