Es la caricatura más irreverente y atrevida que se hace en Estados Unidos y, probablemente, en el mundo. A lo largo de sus diez años de vida, South Park se ha mofado de la guerra de Irak, del Papa y la Iglesia católica, de la Navidad (encarnada por el incomparable “Señor Mojón”) y de cualquier cantidad de famosos del mundo de la farándula hollywoodense como Tom Cruise y Jennifer Lopez. También ha abordado temas como la pedofilia y los abusos sexuales de sacerdotes sin miramientos.
Ahora, en su emisión más reciente, transmitida el pasado miércoles en el canal Paramount, esta serie creada por Trey Parker y Matt Stone se ha vuelto a poner en el ojo del huracán, con una secuencia en la que la reina Isabel II de Inglaterra se suicida, tras conocer el fracaso de la invasión de las tropas británicas a Estados Unidos.
Ya habíamos visto a Sadam Hussein tener sexo con el mismísimo Diablo, pero en ese lugar llamado South Park, poblado por chamacos irreverentes y malhablados, cuyo personaje más eminente es el gordo Eric Cartman, todo puede suceder. Así que, como dirían los antiguos:
The Queen is dead, long live the Queen
En Latinoamérica la serie la transmite MTV.