Mariño González mandó una contribución para Dios Ameba: su Disco Roboto del sábado 23 de junio, para el que recuperó el garabato que le dedicó Tony Hawk en la desaparecida Re:Skate. Aunque el Memo no lo dice, seguro que por esas fechas comenzaba a chuparse el dedo. Su correo: marigno@gmail.com
Mi autógrafo de Tony Hawk
Fue en 1992. Hace quince años la Polla Récords lanzó su Disco negro y Tony Hawk, reconocido como el mejor skato de todos los tiempos, visitó Guadalajara por segunda y última ocasión. No todo fue bueno aquel año: Re:skate, revista de mexicana de patinetas, cerró sus páginas y las Skatopistas del Sol —con su monumental Stawalpa— fueron enterradas y condenadas a ser el estacionamiento de un bar sobre la avenida López Mateos.
El jueves pasado se celebró el Go Skateboarding Day que, concebido por grupos independientes en 2004, consiste en, simplemente, salir a patinar. No es un festejo comercial como el Día del Amor y la Amistad, sino un pretexto para tomar las calles y deslizarse a bordo de una tabla rodante. Y, como pretexto, también sirvió para que el Disco Roboto se embarcara en un periplo nostálgico por viejas revistas.
Fundada en abril de 1990, la revista Re:skate estaba a la altura de publicaciones internacionales como Trasher o Transworld Skateboarding. En un mundo sin Internet y con un toque local que lo mismo se acercaba al movimiento skate de Tijuana o la ciudad de México que al de Hermosillo o Guadalajara, el título persistió durante dos años y se convirtió en vínculo para los patinetos de todo el país. Lo mejor de todo era que, detrás de sus artículos y fotografías, estaba gente que entendía la subcultura de la tabla: César Jay Delgado, su fundador, se acompañó de Ian Herreman, Mike García, Pietro Caso, Miguel Gambox Colchado y Paco Manzanares, sin olvidar a incisiva y punketa Dead Lucy.
En su segundo número (junio de 1990) apareció un extenso reportaje sobre la primera visita de Tony Hawk a Guadalajara. Y fue allí donde encontré un tesoro olvidado: en 1992, con mi Re:skate en mano, asistí a la segunda exhibición que el profesional gringo ofreció en Ducky Skatepark. Al final, me acerqué al gigantón para que firmara una de las hojas y él, gustoso, lo hizo.
No consigno el dato como presunción: de alguna manera, la última exhibición de Tony Hawk clausuró una etapa del skate tapatío. Después de la visita, la Skatopistas del Sol, nacidas a mediados de los setenta, murieron. Además de las tinas de cemento liso, el parque contaba con un tubo completo donde, cuenta la leyenda, llegó a patinar nada menos que Tony Alva. ¿Y cómo olvidar aquel enorme foso de concreto llamado Stawalpa, apto sólo para valientes, que finalmente quedó cubierto de tierra. Más pronto que tarde se extendió el mal y desaparecieron el Parque Metálico y Ducky. Re:skate también fue cancelada y sólo quedó la nostalgia.
Pero no nos pongamos dramáticos. Con el comienzo del nuevo siglo revivió la euforia por las patinetas y, hoy, hay nuevas pistas en la zona metropolitana que no le piden nada a las antiguas. Re:skate, aunque no impresa, volvió a nacer en Internet (www.reskate.net), de la mano de Paco Manzanares, y algunos todavía guardamos la esperanza de que, algún día, las Skatopistas del Sol, cual zombies, sean desenterradas y vuelvan a la vida. Después de todo, quince años no son nada.