Vietnam, 8 de junio de 1972. Tras el ataque de los aviones estadounidenses a un templo, la niña de nueve años de edad, Kim Phuc, corre desnuda y abrasada por el napalm, junto a otros niños y tres soldados. El fotógrafo Nick Ut dispara su cámara y esa instantánea le da la vuelta al mundo y se convierte en la imagen más simbólica de la guerra de Vietnam. Pero la historia no acabó ahí: Ut llevó a Kim a un hospital, salvando así la vida de la mujer que 35 años después es embajadora de la Unesco y dirige una fundación de ayuda a la infancia. La vida de Phuc no ha sido fácil: estuvo 14 meses en el hospital y ha sufrido 17 operaciones por las quemaduras del napalm. Por su parte, Ut ganó el prestigioso premio Pulitzer en 1973, pero su conciencia estaba tranquila.
Sudán, marzo de 1993. El fotógrafo profesional Kevin Carter observa a una niña moribunda con la cabeza pegada al polvo, famélica y vencida. Detrás de ella acecha un siniestro buitre. Una postal perfecta y demoledora de la hambruna en África. Carter espera un poco más por si el buitre despliega sus alas. Como no lo hace, toma la fotografía y se marcha. La imagen fue portada del New York Times y obtuvo el Pulitzer en 1994. Pero una pregunta comenzó a acecharlo: “¿Qué hiciste para ayudarla?” A los dos meses de haber recibido al galardón, Carter se suicidó.
Es difícil juzgar a los periodistas gráficos. Ellos sólo hacen un trabajo. Dos fotografías, dos historias diferentes. Un click entre la vida y la muerte.