La sacerdotisa de los condenados

Es la reina del erotismo vintage. Dita Von Teese ha traído al siglo XXI la gloria de las chicas pin up, del burlesque; es una de las principales promotoras del revival de los corsets victorianos, de la religión de la cintura de avispa. Su mayor inspiración: la vanguardista Bettie Page, quien en la década de los 50 perfiló la cultura del bondage, el látigo y el cuero. Tanto en su sitio en Internet como en sus actos ambulantes, Von Teese reivindica el matrimonio de la carne y las prendas íntimas, recordándonos que un cuerpo parcialmente desnudo es tan estimulante como la revelación completa de la piel. Medias de malla, ligueros, tacones de aguja, boas, boinas, gorros de piel de leopardo y los mencionados corsets que estrangulan sus costillas… todo sobre el generoso y deslumbrante escenario de su piel blanquísima. Pocas mujeres como ella para conjugar de manera inmejorable la voluptuosidad con la elegancia. Su acto estrella rinde tributo al esplendor de los cabarets de la posguerra: el baño de champaña en una tina transparente. Dita Von Teese, la sacerdotisa de los condenados: al voyeurismo, al insomnio, al obsesivo culto del fetiche.

Bush ha muerto

El francotirador es certero y el único disparo de su arma da en el blanco: el presidente estadounidense George W. Bush, quien acaba de dictar una conferencia sobre la guerra contra el terrorismo en un hotel de Chicago. Dos años después, un equipo de periodistas realiza un documental sobre ese magnicidio, ocurrido el 19 de octubre de 2007. “Utilizo los lentes del futuro para mirar el presente”, dijo el cineasta británico Gabriel Range, de 32 años, en la presentación de su nuevo docudrama: Death of a president (D.O.A.P., 2006), citado por The New York Times.
En D.O.A.P., Range explora las posibles consecuencias de la guerra contra el terrorismo emprendida desde Washington. Una de ellas, según la visión del cineasta, indudablemente es la furia contra Bush. La cinta se estrenó el 10 de septiembre pasado en el Festival Internacional de Cine de Toronto, a unas horas de que en todo el territorio estadounidense se rememorara el quinto aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas. La Casa Blanca se ha negado a comentar sobre la cinta, porque “ésta no merece discusión”, mientras que para el Partido Republicano de Texas, el estado del presidente Bush, la película no debería exhibirse en Estados Unidos.
“El falso documental es una increíble y poderosa forma de explorar los futuros posibles”, escribió Range en un artículo sobre su anterior producción: The man who broke britain (2004), donde imagina las consecuencias de un atentado terrorista que desestabiliza las finanzas de Gran Bretaña y Estados Unidos. “[D.O.A.P.] trata de episodios que nos han afectado a todos en los últimos cinco años. Es una cinta sobre la actualidad de Estados Unidos”, señaló el domingo en que los espectadores vieron morir a George W. Bush.

El poder de la botarga

La botarga más famosa de México le ha entrado al mercado de los complementos para mejorar la actividad sexual de las parejas mexicanas. El mágico producto se llama SimiPower y forma un majestuoso combo con el SimiCondón, ese artilugio de látex a precio dólar. El SimiPower contiene una poderosa fórmula de guaraná, damiana, jalea real, lecitina y proteína de soya, además de las imprescindibles vitamina B1 y B6, calcio, potasio y fósforo. ¿Y todo esto para qué? Sencillo: para dar energía y mejorar la actividad física. ¿Algo más? Por supuesto: estimular el apetito sexual.
Lo mejor es que el frasco de cápsulas vitamínicas se consigue a un precio mucho menor que el de la choteada pastillita azul recomendada por el mismísimo Hugh Hefner, quien seguro no conoce los prodigios farmacéuticos de los laboratorios del Doctor Simi.
Quizá en esta pareja sexual (el SimiPower y el SimiCondón) se encuentre la dicha de la botarga, cuyas SimiChicas han despertado los más bajos instintos de los fanáticos del infomercial mexicano.