La novela Los esclavos, de Alberto Chimal, trata del poder y lo que hacemos con él. Alberto Chimal, en la presentación del libro en la FIL, confesó que escribió la novela escuchando la película El resplandor, de Stanley Kubrick; la ponía en la televisión de la recámara de al lado y se ponía a escribir. Quiso escribirla escuchando Ojos bien cerrados, del mismo director, pero “el pianito” lo desesperaba y no pudo.
Chimal podría pasar de voyeur: para la creación de Los esclavos, entró a varios chats para vivir charlas eróticas y perversas y poder escribir sobre ellas. “La red es muy propia para estas cosas”. Aunque los diálogos en su novela son totalmente inventados.
“El hecho de que se desarrolle en un entorno donde aparece el sadomasoquismo y la pornografía es porque en esos entornos esa idea del poder se lleva a los extremos. Y no sólo se manifiesta en lugares como estos, sino también en nuestra vida cotidiana de pareja, familiar o laboral, no de manera tan violenta pero siempre es el centro”.
“Esta novela es la primera que aparece pero no es la primera que hago. Antes de esta tenía otras dos completas pero las eché al bote de la basura por malas. Y se me ocurrió hacer otra cosa que fue esta”.
Bernardo Fernández BEF (monero y escritor mexicano, muy bueno, por cierto) y Alberto Chimal, en el Salón Agustín Yáñez, Planta alta en FIL, Guadalajara.