El calentamiento global está amenazando seriamente con acabar con el planeta. Pero los incansables ecólogos han llevado ahora su vital cruzada a un terreno insospechado: el sexo. Según reporta el Clarín, hay muchas medidas que se pueden tomar en la cotidianidad en dicho terreno para contribuir al alivio de nuestra atribulada Tierra.
Más allá de la obvia y necesaria planificación familiar –mientras más superpoblación, más energía se requiere, lo que equivale a mayor contaminación–, la tendencia del sexo ecológico promulga acciones específicas y prácticas como reemplazar los lubricantes, que contienen productos contaminantes, por aceite de oliva o manteca; cambiar los juguetes sexuales de plástico (que tienen el dañino PVC) por otros de vidrio o incluso vegetales, como las zanahorias o el pepino, y utilizar lencería hecha de bambú u algodón orgánico.
Así que, como solía decirse de broma en la secundaria, “¡a follar que el mundo se va acabar!”
Parafraseando al oso libidinoso (Les Luthiers)…
Follemos, FOLLEMOS… PRONTO!!!!!!
un abrazo