Los invasores del espacio

Vuelvo a recuperar una columna de Mariño González. Ahora trata sobre Space Invaders y las versiones de pixeles humanos creadas por el suizo Guillaume Reymond. Monto aquí su entrega del Disco Roboto del 23 de diciembre de 2006 (seguro que nadie la leyó, por la fecha navideña de publicación) y hago lo que el Gran Memo no puede hacer por negarse a abrir un blog: incluir el video.

Los invasores del espacio aterrizaron en 1978 y, comandados por el diseñador japonés Toshihiro Nishikado, se apoderaron de las consolas de videojuegos —en buen mexicano: maquinitas— y acabaron con la producción anual de yenes hasta el punto que Japón mandó —¿qué remedio?— acuñar más. Ni escamosos ni cabezones ni malvados. Los marcianos —¿de dónde, si no, iban a venir?— se convirtieron en éxito inmediato y la compañía que los creó se olvidó de algo básico: ponerles su sellito de copyright. Gracias al olvido de la corporación Taito, el videojuego Space Invaders comenzó a crecer hacía todos lados y sus marcianitos hechos a base de pixeles pronto volaron en diferentes versiones. La más reciente es un video de tres minutos realizado por el suizo Guillaume Reymond, quien llevó el sueño de Nishikado a niveles insospechados.
Space Invaders, para quien no lo conozca, es un juego simple que, desde su nacimiento, marcó el derrotero de la industria durante varios años. Su influencia sólo fue superada por Pac-Man. La estrategia parece simple: varias columnas de extraterrestres y naves espaciales descienden, poco a poco, a lo largo de la pantalla. Un cañón de fuego antiaéreo, manejado por el jugador en turno, debe destruirlos antes de que toquen tierra y puede protegerse en los cuatro búnkeres que hay en la superficie.
Los pequeños marcianos son apenas esbozos hechos con pixeles. Y ahí es donde Guillaume Reymond se sacó un diez. El fondo de su video es la sala vacía de un cine. En lugar de pixeles, el artista trabajó con 67 extras que, en diversas posiciones a lo largo y ancho de las butacas, se convierten en los puntos coloridos que forman cañones, barreras y alienígenas. Para lograr la animación, Reymond tomó 390 imágenes a lo largo de cuatro horas. El resultado es alucinante y recrea, a la perfección, la idea gestada hace 28 años por Nishikado.
Space Invaders, de Guillaume Reymond, fue estrenado en junio pasado durante un festival realizado en Friburgo. El video completo se puede ver en Youtube. Basta con poner el nombre en el sistema de búsqueda para observar humanos convertidos en cañones, marcianos y hasta descargas de plasma que protegerán a la Tierra, por siempre, de la invasión marciana.