Arquetipo perfecto

En tres años, el cine se ha esmerado en reconstruir la figura de la trabajadora de los medios. Esa reconstrucción no trata de nuevas técnicas periodísticas (o quizá sí), ni de una novedosa manera de abordar la noticia (o quizá sí), ni del estilo para entrevistar a las fuentes (o quizá sí). Porque en los quizá sí se oculta la fuerza del arquetipo.

Thanks for smoking (2005): en la película de Jason Reitman, una sensual y sofisticada reportera seduce al macabro lobbyist de la industria tabacalera, Nick Naylor, con resultados sorprendentes: Heather Holloway, interpretada por Katie Holmes, descubre que después de hacerle el amor a su fuente ésta suelta la lengua, y no precisamente para continuar los juegos eróticos. Una técnica perfecta contra los renuentes.

Scoop (2006): una delicada estudiante de periodismo, Sondra Pransky (la sex symbol Scarlett Johansson), sigue la pista de un asesino con tips cortesía del muerto Joe Strombel (Ian McShane). Y las cosas no pueden salir mejor, como en cualquier comedia de situación de Woody Allen: Pransky descubre al homicida y consigue una espectacular primera plana.

Perfect stranger (2007): la exquisita Rowena, reportera de policiales, se infiltra en el mundo de la moda para investigar un caso de homicidio que involucra a un alto ejecutivo de la publicidad. En la película de James Foley, la desequilibrante Halle Berry es Rowena, quien consigue tal vez el mejor reportaje de su vida.

Se trata de tres reporteras con la explícita intención de seducir no sólo a la fuente y a los compañeros de trabajo: tienen la clara y diabólica consigna de conquistar al mundo. ¿Los ingredientes? Cuerpos fantásticos, sonrisas cautivadoras. El arquetipo perfecto.