Bush ha muerto

El francotirador es certero y el único disparo de su arma da en el blanco: el presidente estadounidense George W. Bush, quien acaba de dictar una conferencia sobre la guerra contra el terrorismo en un hotel de Chicago. Dos años después, un equipo de periodistas realiza un documental sobre ese magnicidio, ocurrido el 19 de octubre de 2007. “Utilizo los lentes del futuro para mirar el presente”, dijo el cineasta británico Gabriel Range, de 32 años, en la presentación de su nuevo docudrama: Death of a president (D.O.A.P., 2006), citado por The New York Times.
En D.O.A.P., Range explora las posibles consecuencias de la guerra contra el terrorismo emprendida desde Washington. Una de ellas, según la visión del cineasta, indudablemente es la furia contra Bush. La cinta se estrenó el 10 de septiembre pasado en el Festival Internacional de Cine de Toronto, a unas horas de que en todo el territorio estadounidense se rememorara el quinto aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas. La Casa Blanca se ha negado a comentar sobre la cinta, porque “ésta no merece discusión”, mientras que para el Partido Republicano de Texas, el estado del presidente Bush, la película no debería exhibirse en Estados Unidos.
“El falso documental es una increíble y poderosa forma de explorar los futuros posibles”, escribió Range en un artículo sobre su anterior producción: The man who broke britain (2004), donde imagina las consecuencias de un atentado terrorista que desestabiliza las finanzas de Gran Bretaña y Estados Unidos. “[D.O.A.P.] trata de episodios que nos han afectado a todos en los últimos cinco años. Es una cinta sobre la actualidad de Estados Unidos”, señaló el domingo en que los espectadores vieron morir a George W. Bush.

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