Murió Salinger

El viejo huraño cumplió durante cincuenta años el deseo de su personaje
El viejo huraño cumplió durante cincuenta años el deseo de su personaje

«Me gustaría encontrar una cabaña en algún sitio y con el dinero que gane instalarme allí el resto de mi vida, lejos de cualquier conversación estúpida con la gente». El que habla es Holden Caulfield, protagonista de la novela El guardián entre el centeno, de JD Salinger. Luego de cincuenta años de cumplir, cabalmente, los deseos de su personaje, el escritor estadounidense acaba de morir. El viejo huraño se alejó del mundo una vez más. Y esta vez de forma definitiva.

En 1960, hastiado de su éxito literario, el también autor de Nueve historias, Franny y Zooey y Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción abandonó Nueva York y se recluyó en su casa fortaleza de New Hampshire. Sólo dio una entrevista telefónica, en 1974, al diario The New York Times, donde declaró: «Hay una paz maravillosa en no publicar. Publicar es una terrible invasión a mi vida privada». Luego, cortó de tajo su contacto con la humanidad y no volvió a dar la cara.

Autor de culto y personaje extrañísimo de la literatura, Salinger se nos fue: 1919-2010. Esperemos que sus cinco décadas de soledad redunden en un buen cajón de inéditos (que pronto sean éditos). Y que en paz (maravillosa) descanse.

En este enlace, la necrológica de The New Yorker y todos los relatos que publicó en la revista estadounidense.

Corresponsal en el centeno: Mariño González