A cuerpos que habían sido entregados a la tierra, en gozosa expectación de un despertar bien diferente, les llegaba aquella resurrección apresurada, llena de terrores, a la luz de la linterna, de la pala y el azadón.
A cuerpos que habían sido entregados a la tierra, en gozosa expectación de un despertar bien diferente, les llegaba aquella resurrección apresurada, llena de terrores, a la luz de la linterna, de la pala y el azadón.