La leyenda de la Tlayuda asesina

Viajeros del mundo, quedan advertidos de lo que encontrarán en aquella tierra olvidada de Dios en el sureste mexicano, llamada Oaxaca: un monstruo gigante llamado Tlayuda. Sepan, quienes osaren enfrentarse a ella (porque es hembra), que hechiza con su cuerpo de maíz y sus destellos de ceniza. A veces se pone por coraza un trozo de carne de tasajo y aunque se doble por la mitad (sólo para despistar sobre su descomunal tamaño), siempre resultará complicado asestarle la primera mordida.

Sepan incluso quienes logren devorarla por completo, que el maxilar les quedará descoyuntado ante la titánica labor. Y, sobre todo, nunca canten victoria: tardarán en digerirla días enteros, como una venganza del Dios ancestral de la mazorca que habita en ella. Ningún otro alimento podrá entrar a sus estómagos hasta que la Tlayuda devore a su vez las entrañas del que se atrevió a deglutirla.

Sepan viajeros, gusgos, tragones, golosos, temerarios trogloditas del mundo: nunca se vence a esta formidable criatura, pero al igual que sucede con las sirenas, se es feliz sucumbiendo a sus cantos crujientes y desfalleciendo extáticamente al borde del plato.

Con dedicatoria especial a los héroes de aquella madrugada de sábado en Oaxaca de Juárez, en las tlayudas de Libres…

6 comentarios sobre “La leyenda de la Tlayuda asesina”

  1. hermano bernardo

    te lo digo plagiándote en despoblado:

    qué grande eres!!!!!!!!!
    eso sí, nunca tan grande como la tlayuda que me derrotó esa noche.

  2. Saludos,

    Maldita Tlayudota. No le llegue ni siquiera a la mitad. Ni modo, en otra ocasión ya se las verá conmigo. Desde ahora, estoy ejercitando la quijada.

  3. JAJAJA muy bueno, omo extraño las tlayudas, recuerdo que solia comer hasta una y media y ya sentia que me reventaban las tripas jajaja.

Los comentarios están cerrados.