Si usted acude a China durante los Juegos Olímpicos 2008, recuerde esto: los besos están prohibidos. Demostrar su amor en público será objeto de denuncia ante las autoridades, que le acusarán, primeramente, de “robo” o “secuestro”. Después, ya verán que hacer con usted y su pareja. De las babas, aún no han dicho nada.
Una turista mexicana, después de una visita de tres semanas a varias ciudades chinas, regresó para contarnos que los escupitajos en la calle estaban prohibidos, que eran motivo de una pena corporal o económica. La anécdota, por supuesto, causó desconcierto: ¿y qué pasa si mi flema es verde, pastosa y pesada? ¿Y si además me saco un moco con sangre?
De la nota que difundió la agencia oficial Xinhua (la Notimex china) se desprende que las autoridades tampoco han elaborado un código preciso: ¿qué será más violento: un picorete o el beso apasionado, con lengua de por medio? ¿Y las lamiditas en el cuello, las orejas, la espalda? ¿Están considerando los arrumacos? ¿Y los repegones?
Este párrafo, leído en la web 20minutos, es buenísimo:
Los efectivos que estén de guardia en ese distrito decidirán qué medidas tomar ante la señal enviada por la cámara en función de si consideran que se trate o no de una situación de peligro real.
¿Y cómo se mide el peligro? Sencillo: si al guardia se le para el corazón, hay cárcel; si no se le para, también, por tratarse de una pareja muy aburrida.
Así que si usted tiene pensado acudir a los Juegos Olímpicos de China 2008, ya lo sabe: los besos están prohibidos.