El mejor año de los tiranos

Éste fue el año de los dictadores. Alfredo Stroessner, quien gobernó Paraguay 35 años (1954-1989), falleció por complicaciones pulmonares en agosto de 2006. Ese mismo mes, el cubano Fidel Castro delegó el poder que detenta desde 1959 a su hermano Raúl, debido a problemas de salud tratados como secreto de Estado. En un polémico juicio, Sadam Husein fue condenado a muerte por crímenes contra la humanidad cometidos durante su gobierno en Irak, de 1979 a 2003. El domingo 10 de diciembre le tocó su turno con la muerte a otro grande, el chileno Augusto Pinochet, promotor del golpe de Estado que en 1973 acabó con el gobierno y la vida de Salvador Allende.

Su salud le sirvió de excusa a Pinochet para escapar a la justicia cuanta veces fue necesario: así esquivó al juez español Baltazar Garzón y a la policía fiscal chilena por los 27 millones de dólares de sus cuentas en distintos países y a la Corte de Chile por el caso de la Caravana de la Muerte y el asesinato del general Carlos Prats y la Operación Cóndor. Y al final se fue al hoyo sin remordimientos y sin haber pisado nunca la cárcel.

Con Pinochet se cierra un año de gracia para los tiranos, algunos todavía con cuentas pendientes, otros con un boleto placentero a la otra vida. Un capítulo más de la suerte de la justicia.
La imagen, donde Castro (izquierda) acompaña a Pinochet (derecha), es de Reuters y fue captada durante el gobierno de Allende.