Autor: admin

Dicen los que han leído la Biblia que, después de hacer durante seis días la maqueta que lo iba a graduar en la Escuela de Dioses, el dios de los judíos dedicó el séptimo día para tirarse a descansar. Así pues, al terminar la primera semana de actividad mundialista en Sudáfrica podemos hacer eso: tirarnos a descansar en las hamacas. ¿Por qué? Pues porque México logró lo que muchos veían difícil: se la dejó ir a Francia y dio un paso muy grande para calificar a los octavos de final.

Hay que decirlo: Francia no llegó bien al partido. No de a gratis muchos repetían hasta el cansancio que era más fácil ganarle a los galos que a los sudafricanos. Y al final, así fue. Pero ya se sabe: las selecciones grandes lo son porque de pronto despiertan y te dan en la madre; las seleciones medianas lo son porque dan un juego bueno y el otro malo. Así, cualquier cosa podía pasar en el Francia-México, y pasó la que esperábamos: la victoria verde.

Para destacar, sin duda, el gol del Shisharitou Hernández y el cobro de penal de Cuauhtémoc Blanco (dicen que los franceses estaban desconcertados: no entendían por qué Cuasimodo, el Jorobado de Notre Dame, estaba jugando en su contra). Y una mención aparte, pero muy aparte, se merece Carlos Salcido: eficiente en la defensa y creativo en el ataque, durante el primer tiempo fue el jugador más peligroso de los verdes. No en vano, al final, le dieron el premio al mejor jugador del partido.

En medio de la euforia por el triunfo, hay que tener un poco de cabeza fría. Sí, México ganó, pero el primer gol arrancó en un fuera de lugar del Shisharitou Hernández —a quien no se le puede objetar nada: con esos huevos que le faltan al Guille, en lugar de hacer una pendejada hizo una jugada de futbolista grande. El penal, desde nuestra perspectiva, es inobjetable y no, como apuntan en otros lugares, un clavado de Barrera. Pero volviendo a la cabeza fría, lo cierto es que Francia, en los pocos momentos que tuvo el balón, evidenció la lentitud de la defensiva mexicana, que afortunadamente salió bien librada.

Ojalá Javier Aguirre entienda, por fin, que el Guille Franco no debe empezar los partidos. El Shisharitou le dio una bofetada con guante blanco, aprovechando la oportunidad y marcando el gol que abrió la puert de la victoria. También esperamos que Paul Aguilar siga calentando la banca, y confiamos en que por fin le dé la oportunidad a Guardado. El Tri va a ser otro cuando esto ocurra.

¿Qué sigue? Lo más sabroso: el martes 22, México se enfrenta a Uruguay. El papel dice que con un empate ambas selecciones avanzan a la siguiente fase, sin importar lo que hagan Francia y Sudáfrica. Pero si esto ocurre, Uruguay quedará como primer lugar de grupo y entonces México se enfrentará en la siguiente fase con su coco: Argentina. Así pues, para el Tri sólo sigue habiendo un resultado: la victoria. Y todo por no ganarle a los Bafana Bafana en el partido inaugural…

Y para no dejarlo pasar, Argentina dio otra probadita de lo que fue a hacer a Sudáfrica: le ensartó un contundente 4-1 a Corea del Sur. Ese grupo también está apretado, ya que Grecia le ganó a Nigeria y entonces el rival de México en la siguiente fase puede ser oriental o europeo. Siempre y cuando, repetimos, le ganen a Uruguay.

Pero para eso faltan cinco días. Por lo pronto, aprovechemos el séptimo y tirémonos, como dioses, a descansar. O a ver los partidos Eslovenia-Estados Unidos, Inglaterra-Argelia o Alemania-Serbia, que son el menú para mañana.

Elegimos esta imagen de Iniesta lesionado porque ilustura mejor que nada el saldo del sexto día mundialista. Y es que en medio de todas las desilusiones que nos ha traído el Mundial de Sudáfrica 2010, no cabe duda que la más grande es la que ocurrió el día de hoy: España, una de las favoritas a llevarse la copa mundial, cayó sorpresivamente contra el representativo de Suiza. Y ahora sí, ya no sabemos en quién confiar en esta edición del torneo más importante de fútbol.

La derrota de la Roja no estaba, definitivamente, en las proyecciones de nadie. Pero así es esto. El partido vino a poner broche a la primera ronda de juegos, una ronda que ha lucido desangelada. Una nota del diario deportivo As da cuenta de que, una vez que han jugado las 32 selecciones participantes, apenas se han marcado 1.6 goles por partido, promedio por demás pobre si se considera que estamos viendo a los que se supone son los mejores jugadores del mundo.

Para romper esta dinámica, Uruguay se las dejó ir a los Bafana Bafana —los de Sudáfrica, pues— con un contundente 3-0 que sirvió para dos cosas: para regresar a la realidad a sudafricanos y mandarle una señal a México, que mañana enfrenta a Francia. Con ese marcador el equipo sudamericano llegó a cuatro puntos y deja al Tri más que obligado a ganarle a los galos. Eso, claro, en el supuesto de que quieran avanzar a la siguiente fase. Aquí creemos que sí se puede, pero la selección bipolar que tenemos no nos permite entusiasmarnos demasiado.

Para el juego de mañana, todo parece indicar que ahora sí Javier Aguirre meterá a Guardado de inicio y dejará para otro día al tal Paul Aguilar. Nosotros esperamos que también siente al Guille Franco y, ya encarrerados, al Conejo Pérez. Pero bueno. Vamos a ver cómo les va a los verdes. Ojalá que en esta semana hayan trabajado en el dolor de cabeza mexicano: la falta de gol.

El prónostico aquí es: Francia 0 – 1 México. Así que ahí les encargamos a los aficionados del Atlas que prendan todas sus veladoras para que se nos cumpla.

Pues no: ni siquiera Brasil le pudo poner color a este Mundial aburrido. Lo que todos esperábamos con esperanza, por aquello de que los brasileños subieran un poco el nivel de lo que hemos visto hasta ahora, terminó en una comedia de equivocaciones en la que los verdeamarelos se cansaron de fallar y lanzar la pelota a la tribuna. Y así terminó otra jornada más de Sudáfrica 2010, que está pasando a la historia por haber tenido el arranque más aburrido en la historia histórica de los mundiales. Neta.

El primer partido de la jornada, el Nueva Zelanda-Eslovaquia, siguió la tendencia natural de casi todos los partidos de esta primera ronda de juegos: empate a uno. En cambio, el Portugal-Costa de Marfil siguió la otra tendencia: empate a cero. Lo que se antojaba sería un espectáculo de Cristiano Ronaldo terminó en una función de patadas de parte de los marfileños, que le dieron con ganas a las piernas depiladas del CR7. Éste, como corresponde, se dedicó a llorar cada una de las faltas y apenas alcanzó a estrellar una pelota en el poste y nada más. Lo demás, para el olvido. Como todos los partidos que han pasado hasta ahora.

Heróico resultó lo hecho por Corea del Norte: mientras todos vaticinábamos una masacre a ritmo de samba, el juego terminó en un reñido 2-1 a favor de Brasil pero que los coreanos celebraron como nunca. Se veía en los ojos de los asiáticos —al menos de los que podían abrirlos más del promedio— que aunque derrota, el marcador les supo a triunfo.

Y mientras esto sucede, en el Twitter la gente no pierde el tiempo. Nos encontramos los trending topi #mundialaburrido y #laculpaesdeljabulani, que vienen a sintetizar el sentir de la comunidad futbolera: el primero acerca del nivel del Mundial Sudáfrica 2010, que está muy bajo. Y bueno, el segundo para hacer eco a la queja generalizada de los futbolistas: el Jabulani, o sea el balón de juego, no sirve para nada. Los porteros se han quejado en repetidas ocasiones y, después de ver cuatro o cinco tiros de Brasil hoy que terminaron muy lejos de la portería, parece que algo tienen de razón.

En fin. Hoy es la última tanda de juegos de la primera serie en la fase de grupos. Sin duda, el partido que más llama la atención es  el España-Suiza, ya que el conjunto español es uno de los serios candidatos a obtener la copa mundial. El otro juego es Honduras-Chile, que se complementa con el Sudáfrica-Uruguay, que los mexicanos debemos seguir de cerca para saber a qué le tiramos el jueves. Ya veremos.

Pues el Mundial Sudáfrica sigue avanzando… y nosotros bostezando. La verdad es que los partidos han estado más bien sebos y las selecciones «grandes» que ya vieron actividad en estos primeros días han demostrado que las expectativas en torno a su participación son inversamiente proporcionales a la calidad de los partidos. Eso, sumado al peculiar ingenio de nuestros comentaristas (en TVAzteca parecen un mal show de cabaret y en Televisa son el anticlímax hecho narración), hace que ver los partidos sea más bien una tortura —eso con los partidos que no son exclusivos de Sky o te la televisión de paga… pinches mercenarios.

En fin. Lo más destacado de la jornada dominical fue la goleada de Alemania a Australia. Los kiwis ni siquiera metieron las manos y los alemanes, prácticos que son, les dejaron ir lo que es la única goleada del Mundial hasta el momento. Pero tampoco se puede hablar de que haya sido un gran partido. Ghana le hizo honor a su nombre contra Serbia (1-0 a favor de los africanos) y Eslovenia se despachó a los argelinos también con un sebo 1-0. La cosecha de goles es no pobre: paupérrima.

La jornada de hoy, para no desentonar, también dejó mucho qué desear. Holanda le metió dos a Dinamarca (bueno, en realidad sólo le metió uno, porque el otro gol fue un autogol tan idiota que si se los platicamos no nos lo creen). Japón se la dejó ir a Camerún y dieron la nota cursi del día, ya que obtuvieron su primer triunfo de su historia en un Mundial. Un dato anecdótico, únicamente útil para los clavados de los datos anecdóticos y orates.

Finalmente, Italia debutó y qué manera de hacerlo: empatando apenas con Paraguay. Un partido aburrido, con pocas llegadas a las porterías y en el que, para acabarla de chingar, llovió. El equipo suramericano estaba dando la sorpresa con su gol en el primer tiempo, pero los hijos de las albóndigas a la bolognesa hicieron de las suyas y, gracias a un parpadeo del portero paraguayo, apenas alcanzaron a empatar. Y nada más. Cero emociones, cero espectáculo. Este Mundial, repetimos, nomás no pinta.

La jornada de mañana pinta para ser atractiva. Para empezar, verán actividad las selecciones de Nueva Zelanda y Eslovaquia (bueno, esto no es tan atractivo). Luego vendrá uno de los debuts más esperados: Portugal, con Cristiano Ronaldo a la cabeza, que se medirá contra Costa de Marfil sin Drogba. Finalmente, Brasil y sus estrellas enfrentarán a Corea del Norte, en lo que, suponemos, será un festín verdeamarela. Y por el bien de la salud mental futbolera de este espacio, eso esperamos.