- La Furia hizo enloquecer a toda España con su primer campeonato mundial.
Foto: AP vía Mediotiempo.com
Disculparán sus mercedes la ausencia en estos días tan festivos: estábamos celebrando el triunfo de la Selección Española en el Mundial de Sudáfrica 2010. Y como es lógico, ya para ninguno de ustedes será noticia saber que se acabó la Copa del Mundo. Seguramente también se han atiborrado de resúmenes deportivos y demás productos donde se enteraron de lo que opinan los especialistas. Finalmente, también habrán acompañado los respectivos colofones con los que las televisoras despidieron sus lamentables coberturas del Mundial.
Así pues, este post, además de servir para actualizar el panorama, lo vamos a usar como pretexto para hacer un breve recuento de lo que, según nosotros, nos deja el Mundial Sudáfrica 2010:
1. De entrada, nos deja un nuevo campeón. Y eso es bueno. España llegó como favorita discreta luego de ganar la Eurocopa en 2008, pero conforme avanzó la competencia se fue consolidando. Dejan como enseñanza una palabra clave para el fútbol: continuidad. Vicente del Bosque vino a seguir el trabajo que comezó Aragonés, lo ajustó y siguió trabajando. El actual técnico no hizo modificaciones severas ni ajustes caprichosos. Y ahí está el resultado: ganó un equipo bien perfilado, que privilegia el juego de conjunto —en lo que influye, cómo no, que la mayoría de los jugadores titulares jueguen en el Barcelona— y que gusta del buen fútbol. Bien, pues, por España (que era favorita de este espacio, se los recodamos).
2. Siguiendo con el punto anterior, otra cosa que nos deja Sudáfrica 2010 es la evidencia de que el fútbol es un juego de equipo, no de individualidades. De nada sirve tener a Rooney, Messi, Robinho, Kaká, Cannavaro, Tévez, Ribbery y demás luminarias si no se los cobija con un equipo. Ahí están Iniesta, Forlán y Robben como ejemplo. Y como muestra capital, Alemania: el cuadro teutón, que no las tuvo todas de su lado en la semifinal, fue a nuestro gusto el mejor equipo, con lo que esto significa.
3. No es lo mismo grabar un comercial que jugar un Mundial. Quedó en evidencia uno de los grandes problemas que ha acosado al fútbol de nuestros días: la mercadotecnia. Aquí creemos que los jugadores pasan más tiempo grabando comerciales que entrenando. Y si no, pregúntenle a los seleccionados mexicanos, que aparecieron anunciando cualquier cantidad de pendejadas. Y qué decir de la Maldición Iñárritu, que condenó al fracaso a todos los jugadores que salieron en el comercial de Nike. El dinero mueve muchas voluntades, sí, pero no mete los balones a las porterías.
4. La resurrección del debate por el uso de la tecnología. México e Inglaterra se vieron afectados notablemente por errores arbitrales, que se hubieran podido enmendar si la FIFA no se arrancara las vestiduras cada que alguien menciona la incorporación de la tecnología en el fútbol (por ejemplo, usando cámaras para corregir las decisiones arbitrales). Pero ojo: hay que cuidar el tipo de tecnología, para que no pase lo que ya ocurrió con el Jabulani, en teoría el balón más tecnológico de todos los tiempos y que, en la práctica, causó dolores de cabeza por igual a porteros, defensores y atacantes.
5. Las distancias se acortan. Los equipos grandes demostraron que también so falibles y que cada vez hay más calidad en países que antes tenían participaciones modestas. Y eso, al final, también es bueno, porque aumenta la competitividad y las posibilidades de que, como fue el caso, dejen de ser campeones los mismos equipos de siempre.
6. Más sabe el pulpo Paul por octópodo que todos los «analistas deportivos» de Televisa y TV Azteca juntos y metidos en un mismo cazo.
En fin, que Sudáfrica 2010 se acabó. Vamos a ver que pasa en estos cuatro años, antes de que se inaugure Brasil 2014. Mientras tanto, hay un nuevo rey: España.