Collage Pipenta: Alejandra Pizarnik a la Paula Rego

El entendimiento

 

Empecemos por decir que Sombra había muerto. ¿Sabía Sombra que Sombra había muerto? Indudablemente. Sombra y ella fueron consocias durante años. Sombra fue su única albacea, su única amiga y la única que vistió luto por Sombra. Sombra no estaba tan terriblemente afligida por el triste suceso y el día del entierro lo solemnizó con un banquete.

Sombra no borró el nombre de Sombra. La casa de comercio se conocía bajo la razón social de «Sombra y Sombra». Algunas veces los clientes nuevos llamaban Sombra a Sombra; pero Sombra atendía por ambos nombres, como si ella, Sombra, fuese en efecto Sombra, quien había muerto.

Texto: Alejandra Pizarnik, tomado de “Poesía Completa”, Lumen, 2005

Imagen: Paula Rego “Loving Bewick”, litografía, 2002