«Siempre se regresa a la infancia»: Tedi López

Tedi Lopez Mills

Hay muchas maneras para festejar un premio literario. Tedi López Mills, por ejemplo, celebró el Xavier Villaurrutia estrenando un libro. Eso sí, aclara: “Fue una sorpresa de lo más agradable. Todo estaba planeado para presentar el libro en enero, y entonces salió lo del premio y todo fue una sorpresa gratísima. Es un libro lleno de coincidencias maravillosas”.

El volumen en cuestión es Muerte en la rúa Augusta, editado por el sello Almadía y que presenta una historia que, explica López Mills, nació durante un viaje a Portugal. “Caminábamos precisamente por la rúa Augusta, en Lisboa, cuando vimos un grupo de turistas alemanes de la tercera edad. Uno de ellos cayó muerto de pronto. La escena fue dramática”. A partir de lo que vio, añade, comenzó a imaginar una vida a esa muerte que lo toco presenciar. O, dicho de otro modo, buscó hacer una reconstrucción de la vida de ese personaje.

Así nació la historia de Gordon, un hombre que de buenas a primeras enloquece, es sacado por la fuerza de su oficina y queda encerrado en los laberintos de su mente. Fascinado por los jardines y las albercas, el protagonista comienza a crear mundos ideales en pequeñas libretas, siempre asesorado por Anónimo, un personaje con el que establece una relación de amor-odio-dependencia que lo ayuda a sobrellevar las cosas que le pasan.

Tomando como contexto la anécdota que motivó la historia, ¿por qué dotar al protagonista de esta suerte de esquizofrenia?

Lo que sucedió con el personaje es absolutamente conjetural. Uno puede pensar que lo que le sucede es una locura, pero también se puede optar por hacer una lectura realista del poema. Puede ser que sí exista Anónimo, aunque no se sabe si dentro o fuera de la mente de Gordón. Pero como sea, es un personaje real porque incide en él.

¿Cómo fue el proceso de construcción del poema?

Ahora no podría saber cómo sucedió toda esta historia. No la planee, sino que se fue armando. Partí del personaje encerrado en un jardín, un personaje jubilado recientemente a quien le ocurre el milagro de Anónimo y el milagro del viaje. Es un personaje ordinario al que no le han pasado cosas interesantes en su vida. Además vive una extraña historia de amor con su mujer, a quien quiere más de lo que ella lo quiere; hay un amigo que es un enemigo y le está quitando a su esposa; ambos le quieren quitar su dinero.

En el libro hay una referencia constante a los jardines, las albercas y los viajes, ¿por qué?

Eso tiene que ver con los viajes de mi infancia. Mi madre era estadunidense e íbamos para allá en coche una vez al año. Viajábamos a California y eran viajes incómodos y largos. Lo que más me emocionaba eran las albercas que iba a encontrar en los moteles donde pasábamos las noches. Siempre tenía ilusión por ver qué tipo de alberca iba a haber, lo mismo que los jardines.

¿Ese regreso a la infancia lo comparte con Gordon?

Siempre se regresa a la infancia. Siempre estamos buscando esos momentos claves de nuestra niñez y, en ese sentido, la vejez es un regreso.

Aunque se trata de un poema, hay una narración en forma. ¿Por qué mezclar los géneros?

Muerte en la rúa Augusta es una novela en verso, es un poema ficción. Empecé escribiendo un cuento a cerca de la muerte del anciano alemán y se convirtió en un poema. Es la forma en la que pude llegar a lo que quería: contar versificando y viceversa. Unir dos géneros que se dan la mano y la espalda. El objetivo es que el lector se pique como lo hace con una novela, algo que no ocurre por lo general con la poesía.

¿Las ilustraciones del libro son suyas?

Es una pregunta que me hace todo el mundo. El diseñador, Alejandro Magallanes, decidió no poner su nombre. Me pidió que dijera que me había encontrado las ilustraciones, pero no puedo hacer eso. Los dibujos son de él y quedaron perfectos. Le dan cara a Gordon.

Hizo las preguntas y subió el post: Turco Viejo. La foto la tomamos de Atelier, silencios que estallan