Amores que matan

Ya en una ocasión La Huesuda había visitado este espacio. Pues bien, la también conocida como La Inoportuna está de regreso. Sólo que ahora, en lugar de llegar a toda velocidad, hizo un lance desde la tercera cuerda: hoy nos venimos a enterar de que La Parkita y Espectrito Jr. dejaron de existir. O, dicho de otro modo, se fueron a hacer hurracarranas al más allá.

Los luchadores en cuestión tenían una particularidad: pertenecían al grupo de los minis, es decir, luchadores enanos que asumen o repiten personalidades de otros luchadores —de ahí los diminutivos. Y bueno, si ya de por sí la lucha libre es un espectáculo que se cuece a parte, la lucha de minis es… no encontramos un término adecuado. Pero es divertida.

El caso es que La Parkita y Espectrito Jr., aunque minis, también tenían su corazoncito. Y les gustaba compartir: ambos dos juntos entraron en un hotel de mala muerte acompañados por sendas muchachonas, mismas que abandonaron solas el lugar poco tiempo después. Suspicaces que eran, los empleados del hotel vieron sospechoso el actuar de las susodichas y fueron al cuarto, para encontrarse con los dos minicuerpos ya sin vida.

La hipótesis es que las hijas putativas de la calle —viejo chiste— drogaron a los luchadorcitos. Pero, quizá, no tenían la medida exacta de droga para los minis y se les pasó la mano. Y como dijo un político: «haiga sido como haiga sido», el caso es que La Parkita y Espectrito Jr. pagaron caro su amor.