Era a la vez una fuente, una serpiente y una ninfa.
¿Qué es un dragón? Un animal que mira u observa. El que tiene vista muy aguda.
¿Pero cuál es el ojo del dragón?: la fuente.
La palabra hebrea ayin, que significa “ojo” y “fuente”, concuerdan en un punto: el agua vítrea del manantial no solamente está protegida por las espiras del dragón, sino que es su mirada mortífera, que escruta a todo extraño. Para conquistar la soberanía sobre la posesión, Apolo había tenido que luchar principalmente con otro ojo, con una mirada que incorporaría a sí mismo matando a Pitón, así como Atenea llevaba sobre el pecho, en la égida, la mirada de su víctima, la Górgona.
Una mirada doble, la mirada que observa y la mirada que contempla a quien observa, el ojo de Apolo y el ojo de Pitón oculto en él, la ninfa que brota en lo invisible.
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Texto: extractos de La locura que viene de las ninfas de Roberto Calasso editado por Edgar Mondragón
Imagen de Yuko Shimizu
colaboración de Edgar Mondragón