Cómo evitar ser comida de pescado


Los tiburones son uno de los animales más temidos en el mundo entero, no cabe duda. Basta evocar los primeros acordes del famoso score que John Williams hizo para el filme de Spielberg para que se nos enchine la piel. Pero en realidad, más gente de la que imaginamos ha sufrido el ataque de un escualo y ha vivido para contarlo. Según las estadísticas del International Shark Attack File, entre 1990 y 2005 se registraron 870 ataques en todo el mundo, de los cuales sólo 94 resultaron fatales.

El caso más reciente fue el del buzo Eric Nerhus, quien se midió con un tiburón blanco de tres metros, mientras recogía mariscos a ocho metros de profundidad, en la costa sudeste de Australia. El animal literalmente engulló la mitad del cuerpo de Nerhus, quien pudo librarse de las filosas mandíbulas tras golpearlo en un ojo. “Fui directamente a su boca, hacia delante. Mis hombros, mi cabeza y un brazo fueron directamente a su garganta. Podía sentir los dientes crujiendo arriba y abajo en mi chaleco”, relató posteriormente en el hospital el valiente Eric (en la fotografía, las marcas que las “cuchillas” dejaron en su traje).

¿Qué se necesita para vencer a un tiburón? Coraje, instinto, reflejos, un poco de suerte sin duda y, sobre todo, la “filosofía Nerhus”: “No podía pensar en una peor manera de irme que terminar como comida de pescado. Eso es por lo que luché. Estaba determinado a no querer irme así. Me gusta demasiado la vida”. Inspirador.