Cinco crónicas para después de FIL

Nueve días de trabajo intenso al lado de Goyo Rodríguez, subdirector del diario español El País. Doce periodistas entusiasmados por crear un suplemento especial durante FIL y sobre todo, por aprender algo de la sabiduría del que dirige y coordina al Babelia o al El País Semanal. Trabajar con Goyo fue una experiencia como pocas, el genio periodista dejó no sólo lecciones sobre nuestro trabajo, también sobre la vida. Nos mostró que el peor defecto de un reportero es la soberbia, que la curiosidad es una forma de vida y que siempre hay una forma mejor de escribir lo ya escrito.

Trabajamos más de doce horas al día y sin descanso. Goyo canceló comidas y cenas con escritores de nombre rimbombante para que el producto final, edición de diez mil ejemplares que hoy se repartió en el último día de la feria, quedara perfecto. Revisó cada crónica más de tres veces y a vuelta y vuelta mucho de satisfacción quedó. Todos nos sentimos los consentidos y todos lo disfrutamos plenamente. A todos nos regresó el entusiasmo por el periodismo, por la escritura y por ese género que ayuda a trasladar al lector a cualquier lugar y a cualquier momento, la crónica. Un agradecimiento eterno a Goyo, y una probadita de las crónicas finales, las originales, sin correcciones de los correctores de los correctores…

invita: Dolores Garnica Sigue leyendo Cinco crónicas para después de FIL

Y con ustedes, los números

La sala de prensa de la FIL. De hormiguero a oasis silencioso
La sala de prensa de la FIL. De hormiguero a oasis silencioso

Llegar al día 9 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara es visto por muchos como la llegada a la meta después del maratón. Un dato divertido, aunque difícil de cuantificar, sería calcular el número de kilómetros que recorre alguien que esté cubriendo la FIL desde su apertura y hasta su cierre. El número, casi podemos asegurar, sería sorprendente.

Quizá por eso el domingo los rostros se ven más relajados. Una prueba: el encuentro con los medios en donde los organizadores dan las cuentas de la fiesta de los libros. Mientras grabadoras y micrófonos cuelgan de las bocinas, los reporteros charlan de la sobrina cuya foto está en el escritorio de la laptop o hacen un breve recuento de lo que les pasó en la semana. Allá un fotógrafo se divierte haciendo fotos de la cámara que, en pie de guerra, apunta su objetivo a la mesa donde estarán los integrantes del presídium; acá, otro manipula su Blackberry. Es un día relajado. Se acaba la FIL. Sigue leyendo Y con ustedes, los números

Última transmisión última desde la FIL

Transmisión Jorge Báez
El caballero Les Yorch haciendo magia en los pasillos de la FIL

Por acá, la última transmisión en vivo desde la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. El concierto de Los Lobos, FIL Niños y Los Patita de Perro, algunos de los temas del día. Para la posteridad, el relato del Turco Viejo sobre las ultimísimas cifras de la feria. No se pierda las participaciones del hipodérmico Micro y Vanesa Robles, que recién obtuvo una mención honorífica en el Premio Jalisco de Periodismo. Así.

Foto: Diana Martín

En los freeway también hay poesía

Puede ser de un zapato abandonado sobre el asfalto. O de un recorrido de madrugada por el freeway número 10 que cruza la ciudad de un lado a otro. También sobre el pianista que toca en Navidad en un mall o acaso arriba de un bus de transporte público que se desplaza lentamente por las calles del Este.

Existe el mito de Nueva York o San Francisco como escenarios que inspiran para hacer poemas. Pero, ¿Los Ángeles? «Se sorprenderían de ver que hay poetas que ahí buscan la parte espiritual en la vida cotidiana. En el tráfico denso del día o en una ardilla que juega en el jardin. Tuve una alumna que trabajaba como edecán, que en medio de una exhibición de automóviles lloró al leer un poema», dice Suzanne Lummis. Sigue leyendo En los freeway también hay poesía

El tamaño del ridículo. Presentación de Rogelio Villarreal

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De izquierda a derecha: Luis González de Alba, Rogelio Villarreal y Vanessa Robles (Foto: Orlandoto)

En un evento caracterizado por el humor, la crítica y la ironía, Rogelio Villarreal presentó su nuevo libro, El tamaño del ridículo, acompañado por los periodistas Juan Carlos Núñez y Vanesa Robles, y por los escritores Héctor Villarreal y Luis González de Alba.

Después de la presentación del libro se pasó a una serie de preguntas y respuestas en donde el también director de Replicante tocó temas como la figura de Andrés Manuel Lopez Obrador, Juanito y su concepción de la izquierda en México, que dijo compartir con Roger Bartra, quien estaba presente entre el público: “La izquierda tiene que repensarse, evolucionar hacia formas mucho más modernas, insertarse de menos en las corrientes internacionales”.

El tamaño del ridículo está editado por Arlequín de Felipe Ponce, y puede conseguirse en 150 pesos.

Aquí el video de algunas preguntas que le hicieron a Rogelio Villarreal:

Y acá una galería de Orlandoto.

Texto y video: Micro
Fotos: Orlandoto.

Salud rock, a time to dance

Por una vez, por una noche, las generaciones y las músicas que Los Lobos han forjado en sus 36 años de historia, gritaron salud rockera el sábado por la noche en el foro de la FIL Guadalajara.

Una noche, muchas músicas
Una noche, muchas músicas

Once instrumentos, cinco músicos, dieron luz verde al let’s go dance con «Evengeline» (84), y el concierto, poco después de las 21:00 horas, arrancó con rockabilly sesentero. La declaración de principios se selló con «Don’t worry baby» (84) y «Come on, let’s go» (87), esta última original de Ritchie Valens, de quien tocaron otro par de rolas, para dejarlo todo en claro.

 

 

Vino «Maricela» (96) y «Good morning Aztlán» (02). El tono guapachoso apareció bajo la conducción de los vientos de Steve Berlín, productor por muchos años de la banda.

César Rosas asumió el papel de frontman desde el comienzo, en su calidad de local (su familia es originaria de Jamay, Jalisco). Animaba, hablaba, requinteaba, y la primera ovación de la sesión vino para su cierre blusero de «Can’t stop the rain» (96).

El respetable en su papel tapatío se comportó como tal. Expectante y tibio en la primera mitad, entregado hacia el final.

David Hidalgo. Nostalgia y canción de cuna
David Hidalgo. Nostalgia y canción de cuna

El paso de Los Lobos continuó con guitarrones y vihuelas. «La pistola y el corazón» (88) abrió las páginas de la canción tradicional, que incluyeron “El cascabel”, “Guantanamera” y hasta “Volver, volver” no se perdonó.

En esta parte hubo espacio para «Teresa» (01), del proyecto alterno Los Super Seven, donde David Hidalgo ofreció su perfil bucólico y nostálgico de canción de cuna. “¡Salud, rock!”, llegó a gritar.

El cierre vino con la machacante «Anselma» (83) y el bailongo de «Cumbia raza» (99). El griterío los hizo volver para «Más y más» (84) y terminar con «La bamba» (87), que decir que se escuchó como nunca, tan distinta, no es decir mucho de Los Lobos, que en su actitud de reversionistas de la música, algo tienen que ver las bebidas espirituosas.

El chicano rock suena a Los Lobos

Un mañanero con Los Lobos

Texto: Covarana

Fotos: Diana Martín y Gora Herriak

¡Asústame, panteón! Poe en la FIL

Las lecturas en homenaje a Edgar Allan Poe, terroríficas
Las lecturas en homenaje a Edgar Allan Poe, terroríficas

Hombres de negro y caras blancas. Gruñidos de fondo. Los peores temores se hicieron realidad en las Noches de Terror que, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, fueron orquestadas por el Grupo S Teatro en el salón Juan Rulfo. El espanto comenzó el viernes por la noche y se repitió este sábado 6 de diciembre. Los oyentes escucharon con atención el homenaje y dramatización de algunos de los cuentos y poemas de Edgar Allan Poe, entre ellos “El gato negro”, “El entierro prematuro”, “El tonel de amontillado”, “El corazón delator”, “El pozo y el péndulo”, “La máscara de la Muerte Roja” y, por supuesto, “El Cuervo”. La lamentación fue iniciada por el actor Ricardo Delgadillo, también director de la compañía teatral, y continuó con la presencia de una mujer degollada y dos médicos que, desde la terrible oscuridad, hablaron de sus experimentos y prácticas de disección post mortem. Así, durante dos noches, Edgar Allan Poe fue una sombra que, entre las palabras y las miradas atentas del público, llevo un poco de miedo, literatura y teatro a la FIL. Sigue leyendo ¡Asústame, panteón! Poe en la FIL

Collage Pipenta: Claire Morgan

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Este reloj no funciona, aun cuando utilicé la mejor mantequilla.

La principal característica de esa mañana pudo haber sido la de pasar desapercibida; lo despejado del cielo y el clima templado lograban que fuera regularmente agradable (o agradablemente regular) como para no prestarle demasiada atención en un día rutinario (la contemplación suele verse más favorecida en los días de ocio).

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Una pequeña parvada de palomas cruzaba el cielo a velocidad promedio, visión que, también por su cotidianeidad, no hubiese sido más que un olvidado movimiento en la región periférica ocular, o mejor dicho, no hubiera alcanzado registro en la memoria como para ser olvidado: simplemente no hubiera existido o su existencia sería tan ínfima que apenas formaría parte del conjunto de todas las parvadas alguna vez vistas sin atención a lo largo de la vida (y en ese conjunto no entran, desde luego, las gloriosas y ocasionales visiones de enormes grupos de pájaros con impresionante despliegue de coordinación), más bien sería el conjunto de todo aquello que nos pasa de largo, acaso el recordatorio de lo que nos lleva a discriminar la gran mayoría de los eventos presenciados debido a nuestra limitada capacidad de atención y de admiración (limitada, sí, por amplia que ésta pueda ser).

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Pero una de esas palomas se desplomó repentinamente.

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Y lo inesperado junto con la nula resistencia resultó en bofetada al pavimento y pico sangrante.

De pronto estaba ahí su cadáver, acaparando la totalidad de esa mañana y de esos días donde no pasa nada más allá del rabillo del ojo. ‘Todo estable’ diría Newton con gravedad, ‘aquí no ha pasado nada, que yo sepa’ Pero él había parpadeado.

De pronto, estaba ahí la caída del ave; ahí el cambio brusco de dirección y de velocidad, el cambio de estado del ser y de la percepción del instante; ahí la duración, ahora indefinida, del mismo. Todo al mismo tiempo y con todo quiero decir nada, sólo el instante prolongándose indefinidamente.

He aquí, entonces, lo grave del suceso: la permanencia de lo efímero, su resonancia: la nulificación tiene vuelta de tuerca, ‘nada’ resulta ser ‘algo’ partido en trozos muy pequeños. Nada más continuo que esta interrupción. El ave está cayendo de golpe eternamente y es el guante blanco en la cara de la estadística (la que, estamos seguros, pondrá la otra mejilla). La ausencia está, y brilla. Resulta ser un espejismo.

¨ No puede ser verdad pero es un hecho. Solvitur ambulando ¨.  El ave cae como la flecha de Zenón de Elea.

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0 K, cero absoluto, todo se detiene en el límite inalcanzable dice la tercera ley de la termodinámica, ausencia de calor que es ausencia de movimiento (y sin embargo, conmueve), mesurable al menos, imaginable lo más.

Claro que esta paloma aun se encuentra lejos. La temperatura de un cuerpo cae más lentamente que su alma a los infiernos. No, su descomposición ya estaba dada, los parásitos la comían en vida, en muerte y en transición, `fue la causa` dijo alguno, ‘malditos bichos chupasangre y por si fuera poco, planos’, pero ellos de un bocado se llevaron el secreto a la tumba. Lenta agonía para una muerte súbita.

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Porque no son solamente las escasas probabilidades de ocurrencia del hecho lo que lo vuelven singular, no es el impacto de un golpe seco interrumpiendo el paso calculado en automático, no es el avistamiento del accidente, ni siquiera el asombro.

Es, que un ave cae (sin tener que caer).

Cae, eternamente.

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Texto: extractos de La gravedad, lo grave, and a shallow grave y La gravedad, lo grave, and a shallow grave. Intento II de Yara Patiño editados por Édgar Mondragón.

Imágenes: de la obra de Claire Morgan.

Colaboración de Édgar Mondragón

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Para ver más:

Marshall, la imagen tapatía del rock

El fotógrafo presentó su libro en el salón Elías Nandino de la FIL
El fotógrafo presentó su libro en el salón Elías Nandino de la FIL

Marshall, californiano de nacimiento, dio la bienvenida a los asistentes al salón Elías Nandino agradeciendo a todos los que lo ayudaron en su proyecto Rock tapatío ¡En vivo! Imágenes de un nuevo siglo, libro que el fotógrafo presentó el 4 de diciembre en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara. El volumen compila el trabajo de cuatro años, capturando fotos de grupos roqueros tapatios. Dejando para la historia un contenedor de imágenes. Sigue leyendo Marshall, la imagen tapatía del rock

«De un buen libro no se olvidarán jamás». Entrevista con Jordi Sierra i Fabra

Jordi Sierra i Fabra siempre supo que sería escritor, aunque nadie creyera en él
Jordi Sierra i Fabra siempre supo que sería escritor, aunque nadie creyera en él

Jordi Sierra i Fabra (Barcelona, 1947) es el escritor español vivo que ha publicado más libros en la historia de su país. Su vasta obra abarca todos los géneros: desde biografía hasta poesía, pasando por la novela policiaca, la ciencia ficción y el cuento. Sigue leyendo «De un buen libro no se olvidarán jamás». Entrevista con Jordi Sierra i Fabra