El vampiro, el soldado y los políticos del clóset

Coreanos chupasangre en Guadalajara

Sed, del cineasta coreano Chan-Wook Park

Al revisar la filmografía de Chan-Wook Park (I’m a Cyborg, But That’s OK, Lady Vengeance, Old Boy, Sympathy for Mr. Vengeance) sorprende una estética posmoderna en la que la violencia es un pretexto para crear arte. Muy a la manera de Jean-Pierre Jeunet, sus guiones tienen la gracia de conjugar la literatura con el lenguaje cinematográfico, para crear escenas cargadas de poesía. Todas sus películas dan la impresión de ser escritas por un fotógrafo con alma de poeta que hace guiones para divertirse al máximo durante el rodaje. Construyendo minuciosamente cada plano, cada secuencia, cada dialogo. Su más reciente trabajo no es la excepción. Sed (Bakjwi, Corea del Sur, 2009) gira alrededor de la figura mítica del vampiro. La historia va de un sacerdote coreano que viaja a África para ser voluntario en un peligroso experimento con resultados desastrosos. De regreso a Corea se sorprende al descubrir que ha desarrollando una fuerza sobrehumana, una capacidad sensorial que raya en lo sobrenatural y una sed de sangre difícil de controlar. Este nuevo mundo de intensos estímulos sensitivos lo lleva a enamorarse de una mujer casada que lo orillará a poner en duda sus votos de castidad. El resultado es una renovación de la figura del vampiro que conjuga comedia negra con gore light y erotismo masoquista sin reparo en adular al espectador. Sed es una película que sólo podía haber surgido en la retorcida mente de Chan-Wook Park. ¿A quién más se le podía haber ocurrido la historia de un sacerdote vampiro? Eso es tan incoherente como un astronauta que a medio viaje hacia la Luna descubre que es un hombre lobo.

La noche de los políticos closeteros

Larry Craig, uno de los políticos del documental de Dick

En Estados Unidos ser homosexual tiene otras dimensiones. Detrás del tío Sam se esconde una comunidad gay que milita de manera ferviente por los derechos de los homosexuales, transgéneros y lesbianas sin temor a ser reprimidos. Hay, incluso, ciertos personajes que se dedican de tiempo completo a desenmascarar políticos de homosexualidad closetera. Este es precisamente el punto de partida de Outrage (Estados Unidos, 2009). El afamado documentalista Kirby Dick (Twist of Faith, This Film Is Not Yet Rated) explora en su nueva cinta la hipocresía de ciertos políticos homofóbicos, generalmente republicanos, que viven a oscuras una sexualidad contraria a lo que predican. Pero el valor de esta cinta es que va más allá del morbo para explorar el infierno personal que implica ser una figura publica y no tener la posibilidad de vivir una sexualidad plena. Sin duda un documental redondo, pero que sólo funciona en el primer mundo. Si eso pasa con los gringos, ¿qué podemos esperar en México? Acá abajo vivimos tan jodidos que con casos como el del góber precioso ya hemos perdido la capacidad de asombro.

Lisanka y las buenas intenciones

Lisanka, desde Cuba, llega al festival de cine tapatío

Aunque la intención es buena, el problema con Lisanka (Cuba, Venezuela, Rusia 2009) es el abuso de clichés. La cinta gira alrededor de la famosa “crisis de los misiles” de 1962, cuando Estados Unidos acusó a la Unión Soviética de mantener una base militar en Cuba. Esto desencadenó una situación diplomática que amenazó la paz mundial con la paranoia de una guerra atómica a punto de estallar. Daniel Díaz Torres (Camino al Edén, Cuba: caminos de revolución, Hacerse el sueco), director y coguionista, intenta abordar el tema desde un nuevo ángulo: mediante un pueblo cubano que se encuentra muy cerca de la dichosa base. Su mala decisión radica en narrar la historia a partir de un triangulo amoroso entre Lisanka, una chica revolucionaria de muy buen ver; dos cubanos, uno revolucionario y otro católico, y un soldado ruso con alma de poeta. Todo esto contado con pistolas de plástico y personajes pueblerinos tan frescos como la puta, el sacerdote y el tonto. Si hay algo realmente bueno en todo esto es la forma en que expresa el sentir de una época sin idealizarlo, señalando que en algún momento de la historia fueron tan ciegos quienes creían que la revolución cubana arreglaría todo como los se opusieron a ella por cuestiones religiosas.

reseñas: Alejandro Aguirre

¿Y después del documental? ¡Al Mónicas!

 Seducen a cientos de espectadores con su belleza recreada que alude a un mimetismo, el travesti que no copia: simula. Un hombre deja de serlo noche tras noche para convertirse en la metáfora de un camuflaje que encanta a otros hombres. Seres noctámbulos que sueñan y desean, que cautivan al más escéptico, como si fuesen apariciones imaginarias que se dibujan a sí mismas.

Los protagonistas de Make up se presentaron en el festival

El texto que abre este post fue tomado de la sinopsis de Make up, documental dirigido por Pavel Cortés (a quien ustedes recordarán por el programa de televisión La Vagoneta, de la Universidad de Guadalajara) que se adentra en las entrañas de la noche tapatía y en uno de sus antros gays más conocidos: el Mónicas. Producido por Lorena Rossette, el filme cuenta la historia de cinco protagonistas del espectáculo travesti de la discoteca: Ricardo, Chely, Henry, Michelle y Jackie, quienes, como reza la presentación de la cinta en la página del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, «viven de noche y para el show. Rompen paradigmas a través de una incansable transformación».

Pavel Cortés, conductor de La Vagoneta, estrenó Make up en Guadalajara

Make up, de Pavel Cortés, forma parte de la selección oficial de documentales en competencia del encuentro cinematográfico tapatío y todavía tiene por delante un par de días en cartelera. Hoy, jueves 18 de marzo, se proyecta a las 22:30 horas en Centro Magno, mientras que mañana, en la misma sede, tendrá función a las 15:00 horas. 

Fotos: Luis Ponciano

Sensualidad, tragedia y médicos inconformes

La revuelta de las batas blancas, de Alejandro Albert

Fragmentos de una historia que nunca sucedió

La revuelta de las batas blancas (México, Venezuela, 2009).  Usted no lea, no piense, no diga nada. Así nos sueñan muchos de nuestros gobernantes. Un pueblo en coma, fácil de sodomizar. La revuelta de las batas blancas es un intento por revertir esta situación. Alejandro Albert, director de la cinta, rescata un evento silenciado por la historia oficial: la manifestación masiva de todos los médicos mexicanos que en 1964 se organizaron para exigir mejoras laborales. Aunque este movimiento fue reprimido por el gobierno priista, a la larga fundó las bases sobre las cuales se erigiría el movimiento estudiantil de 1968. De este tamaño es el documental. Por ello no es de extrañarse que Alejandro Albert no encontrara apoyo en México, siendo Telesur (la televisora de Hugo Chávez) la productora oficial del proyecto. A pesar de que La revuelta de las batas blancas es una ópera prima, con todo lo que eso significa (defectos y virtudes), cobra un gran valor histórico al mirar hacia atrás para ver que no hay gran diferencia entre el ayer y el hoy: México sigue igual de jodido. El espíritu revolucionario nunca ha muerto.

Ira nomás

Voces del subterráneo (México, 2009). Boris Goldenblank es una de las tantas vacas sagradas de la UdeG. Una con pastizal propio. Y no es para menos. El hombre es fundador de la escuela de cine de la Universidad de Guadalajara, que actualmente dirige, además de ser artista emérito de la federación Rusa, donde tiene una extensa carrera cinematográfica de más de cien películas. En esta ocasión aparece en el festival para defender a capa y espada el honor de los locales con su nuevo documental: Voces del subterráneo. La cinta retoma la tragedia de Pasta de Conchos para exhibir la tremenda injusticia de la que fueron víctimas tanto los mineros como sus familiares. El resultado es desgarrador. Goldenblank desenmascara a un gobierno fascista que en complicidad con las principales compañías mineras no duda en sacrificar cuantas vidas sean necesarias con tal de sacar jugosos beneficios. Voces del subterráneo es un gran ejemplo de cómo hacer buen documental: planos aéreos para contextualizar magníficamente al espectador, fotografía excepcional, montaje compacto y una orquesta que nunca debe dejar de tocar para que todo sea así, como más significativo, ¿edá?

Desde Argentina, El secreto de sus ojos

El secreto de sus nalgas 

El secreto de sus ojos (Argentina, 2009). Por ahí se dice que en los premios Oscar hubo más competencia entre las nominadas a mejor película extranjera que entre las candidatas gringas a mejor película. Con esta expectativa fui al Teatro Diana. Esa noche iba a ver “la mejor película extranjera de 2010”. Pero, la neta, me gustó más la del Profeta. El secreto de tus ojos es una mezcla extraña entre thriller y romance con atisbos de comedia. La cinta recrea perfectamente una época de opresión, muy difícil para el pueblo argentino, mediante las pesquisas que realiza un juzgado (que es así como un detective) para desempolvar el asesinato de una hermosa mujer cuyo caso atraviesa 25 años de misterio. En este ínter vemos cómo el juzgado-detective se las ve negras para declarársele a su jefa (inserte aquí un enternecedor suspiro): una abogada de muy buenas carnes con doctorado en Harvard. Al final, no podía ser de otra manera, tendrá la oportunidad de redimir su amor frustrado. Lo mejor de la película es un plano secuencia muy a la Children of Men que dejará varios pantalones mojados. Fuera de eso, sólo es una muy buena película argentina. Demostrando que su cinematografía tiene poco qué desearle a los gringos. Ahora hay que ver la de The white ribbon.

Consulte la cartelera del Festival Internacional de Cine de Guadalajara

textos: Alejandro Aguirre

Ibargüengoitia para los ibargüengoitianos

Nuestra foto favorita de Ibargüengoitia, tirándola
Nuestra foto favorita de Ibargüengoitia, tirándola

Con un par de días de retraso, copypasteamos el comunicado de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara acerca de la lectura que, con motivo del Día Mundial del Libro, se realizará el próximo 23 de abril en la Rambla Cataluña. Y aplaudimos, claro, la decisión. Helo aquí: 

Retumbarán los relámpagos de Ibargüengoitia

Con 13,610 de 28,671 votos, Los relámpagos de agosto, de Jorge Ibargüengoitia, fue la obra elegida para la lectura que se realizará el 23 de abril, Día Mundial del Libro. Las inscripciones están abiertas

Los lectores tomaron su decisión. Jorge Ibargüengoitia es el autor elegido para el maratón de lectura en voz alta que el próximo 23 de abril, en la Rambla Cataluña, se realizará en el marco del Día Mundial del Libro. Publicada por primera vez en 1965, Los relámpagos de agosto representa no sólo una visión desenfadada y humorística de la novela de la Revolución, sino una de las obras más completas y celebradas del narrador, dramaturgo y periodista mexicano fallecido en 1983.

La novela de Ibargüengoitia (Guanajuato, 1928–1983) fue elegida mediante una votación convocada por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que se realizó del 24 de febrero al 12 de marzo en 52 urnas distribuidas en diversos puntos de la zona metropolitana y en la página web de la FIL, y en la que también fueron candidatos El retrato de Dorian Gray, del irlandés Oscar Wilde, y El guardián entre el centeno, del estadounidense Jerome David Salinger.

En total se emitieron 28,671 votos, de los cuales 13,610 fueron para Jorge Ibargüengoitia; 11,144 para Oscar Wilde, y 3,917 para Salinger.

Organizado en conjunto con el Ayuntamiento de Guadalajara, el maratón de lectura en voz alta tendrá lugar en la Rambla Cataluña (a un costado de la Rectoría de la UdeG) el próximo viernes 23 de abril, de 10:00 a 21:00 horas. Los interesados en inscribirse como lectores podrán hacerlo a partir del 16 de marzo y hasta el 26 de marzo en nuestra página de internet (www.fil.com.mx) o en el número telefónico 3810–0331, extensión 932, con Lourdes Rodríguez.

Los lectores que participen en el maratón recibirán una rosa y un libro como regalo, de acuerdo con la tradición catalana de Sant Jordi. En el marco del festejo se instalará un área de venta, en la que participarán la Dirección de Publicaciones de la Secretaría de Cultura de Jalisco y las editoriales Arlequín, Edebé, Santillana, Universitaria, El Viaje, Mantis, Petra y Grupo Editorial Tomo, además de las librerías Educal (Conaculta), Siglo XXI, El Sótano, Gandhi, Ítaca, Jardín de Senderos, José Luis Martínez del Fondo de Cultura Económica, Porrúa, Universitaria, Cristal y Gonvill, y las revistas Luvina y Reverso. Quienes compren un libro durante la jornada también recibirán una rosa. Las flores, como cada año desde 2002, serán cortesía del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UdeG.

El Día Mundial del Libro fue instituido en 1995 por la Unesco y se festeja en Guadalajara desde 2002. En ediciones anteriores han sido leídos Juan José Arreola (2002), Julio Cortázar (2003), Pablo Neruda (2004), Julio Verne (2005), Jorge Luis Borges (2006), Gabriel García Márquez (2007), Agustín Yánez (2008) y Horacio Quiroga (2009). El año pasado 7,714 personas dieron voz a Cuentos de amor, de locura y de muerte en 68 municipios de Jalisco (411 en Guadalajara) y la Universidad del Claustro de Sor Juana, en el DF, que una vez más se unirá al festejo con una lectura paralela.

copió y pegó: Cultura Pirata

Maravillas

La exposición de Wilmot se inaugura el 21 de marzo en el Museo Regional

Leyenda viva. Jorge Wilmot es un ser omnipresente en la artesanía actual y frente a él los mitos renacen. Es esa historia de 82 años que sostiene la iconografía contemporánea del arte popular jalisciense. Vive completamente solo en una enorme casa vacía junto al museo que ayudó a fundar y no faltan historias alrededor de su creación. Ayer nos enteramos de la próxima inauguración de Artes y oficios en la obra de Jorge Wilmot, retrospectiva con más de 400 piezas, creada para el Museo de Arte Popular de la ciudad de México, que albergará nuestro Museo Regional de Guadalajara desde este 21 de marzo.

Quizá Artes y Oficios en la obra de Jorge Wilmot se antoja tanto porque significa muchas cosas: su reconocimiento como impulsor de la mayor ruptura en la artesanía jalisciense, quizá desde la llegada de los españoles; la revalorización de su labor en el progreso y desarrollo, en la vuelta contemporánea, de las técnicas y los procesos de la cerámica nacional y, sobre todo, el testimonio institucional que ubica a Wilmot no sólo como un negociante, sino también como un artista. Da tanto gusto que el Museo Regional sea por dos meses el que exhiba esta retrospectiva que preparó durante años su curador, Gutierre Aceves, experto en arte popular mexicano.

Mitos, muchos. Jorge Wilmot no es “gringo”, como muchos aseguran: nació en Monterrey y la leyenda también dice que no creó nada con sus manos, esto es cierto, pero su magia creativa radica en instancias más allá de su técnica artesanal: después de una intensa juventud que le llevó a recorrer casi todo el planeta, estudiar artes visuales, trabajar en un emporio de cerámica para baños de su familia y emocionado con la cerámica china y, sobre todo, por la de Tonalá, decidió quedarse en el pueblo jalisciense en 1958 para cambiar las cosas. Así nació la cooperativa Talleres Tonalá, el lugar donde Wilmot diseñaba y, bajo contrato, mandaba realizar sus visiones a los mejores artesanos del pueblo. De Jorge Wilmot es el arte del diseño que revolucionó por completo la vida artesanal del pueblo. Hace tiempo e injustamente, el Instituto de la Artesanía Jalisciense retiró las obras del artista de su museo alegando que no hizo nada. La pregunta pertinente sería: ¿dónde se encuentra la creación? ¿En el modelaje o en la idea que lo detona?

opinión: Dolores Garnica

De chilangos, freakys, un gol y el estilo Reygadas

Futbol: crónicas de un sueño hecho pedazos

Still del documental que muestra la gloria del pueblo salvadoreño

Uno, la historia de un gol (El Salvador, 2009). La magia del Mundial no radica en el deporte, sino en lo que significa cada partido para la historia de un pueblo. ¿O acaso hay un sueño guajiro más placentero que ver a México goleando a los gringos? Aunque la realidad sea todo lo contrario, el futbol brinda la oportunidad de enmendar los errores, de hacer justicia. De todo esto habla Uno, la historia de un gol. Documental que relata la odisea de la selección salvadoreña durante su participación en el Mundial de España en 1982: primera y única ocasión en la que han clasificado. Mediante una serie de entrevistas, los once protagonistas de esta historia revelan la lucha del espíritu humano contra las adversidades. Desde sus entrenamientos a mitad de una guerra civil, pasando por la asfixiante eliminatoria en la que derrotaron a México, hasta las precarias condiciones de su viaje al Mundial. Todo para concluir con la histórica goliza que recibieron por parte de la selección húngara en su primer partido, la más grande en un Mundial. El marcador: diez a uno. Aunque ese uno sabe a todo menos a derrota: en ese gol iba implícita la lucha de un equipo que dio todo en la cancha con tal de regresarle a su pueblo guerrillero un atisbo de esperanza.

Oiga, no se duerma

Perpetuum mobile (México, 2009). Al estilo Carlos Reygadas, Perpetuum mobile retoma la soporífera búsqueda del cine por alejarse de la literatura mediante el relato contemplativo, creando personajes que parecen más cercanos al documental que a la ficción. La historia gira alrededor de Gabino, un joven sin muchas ambiciones que sobrevive haciendo mudanzas y debe soportar a su autoritaria madre, una mujer obsesionada con la figura ausente de su hijo mayor. Nicolás Pereda, director y guionista, experimenta con una narrativa en la que los espacios vacíos cobran significando, recreando fielmente los silencios de la vida real. A pesar del ritmo “lento” hay en cada escena un humor negro que llega a despertar carcajadas involuntarias, sin que sepamos muy bien de qué nos estamos riendo. Sobresale la actuación de Gabino Rodríguez, quien interpreta a su homologo protagónico. Al final todo queda en la repetición de una desgastada formula artística que no defraudará a los amantes del cine tipo Reygadas.

Chilangazo

De la infancia (México, 2009). Casi nadie se ha dado cuenta, pero el cine chilango ya puede ser considerado un género. Sus características: personajes violentos, acento de barrio, sexo en cualquier lugar menos en una cama, algún asalto, más de dos muertos y la presencia incansable de clichés referentes al roce entre clases sociales («tú eres rico, yo soy un jodido»). A pesar de esto, De la infancia viene a ser al cine chilango lo que El bueno, el malo y el feo al spaghetti western: un clásico. Carlos Carrera corona su trayectoria con la adaptación de la novela homónima de Mario González Suárez. La cinta gira alrededor de una familia disfuncional de clase baja, centrándose en el esfuerzo que hacen Francisco y Damasco para superar la primaria y, de paso, el reto que implica su padre: un machista-golpea mujeres-drogadicto-borracho-ratero empedernido (interpretado magistralmente por Damián Alcázar), que obliga a su familia a vivir huyendo constantemente, persuadiéndolos en más de una ocasión para que sean cómplices de sus fechorías. Se observa en la trama una velada crítica a la sociedad mexicana, abordando el rompimiento generacional de una camada de niños sin valores, pero que a la vez hace uso de la imaginación infantil para vencer las adversidades. Lo único que falla es la presencia injustificada de un fantasma que en vez de dar miedo da pena. Pero fuera de eso, De la infancia resulta una cinta imprescindible, seguramente la favorita en el Festival, para ganar dentro de la categoría de Largometraje Mexicano de Ficción.

Harmony Korine y el mundo bizarro

Trash humpers (o véala bajo su propio riesgo, efecto, gallo, etcétera)

Trash humpers (Estados Unidos/Reino Unido, 2009). Dentro del Festival hay una sección denominada Corrientes Alternas. Ésto significa «cine experimental» o «véase bajo su propio riesgo después de fumarse un churro tamaño industrial». Fue así que caí en la nueva cinta de Harmony Korine (Gummo, Julien Donkey-Boy, Mister Lonely): Trash Humpers. Es difícil definir de qué se trata. Un intento sería decir que los güeyes de jackass se drogaron a morir y luego intentaron hacer una cinta poética con aires de arte moderno y pseudoinstalación. Otra forma más elegante sería decir que la cámara sigue a un grupo de seres enmascarados haciendo pendejadas obscenas con botes de basura y todo lo que se encuentran a su paso, interrumpidos de vez en cuando por extraños personajes que recitan muy buena poesía. Como sea, sólo vale la pena verla si quieren apantallar a una morrita haciéndose los muy cultos-alternativos-mira qué películas tan raras veo. Definitivamente, Harmony Korine se desvió de esas tramas existencialistas que brillaban por su sencillez para darse aires de poeta. El resultado está, quizá, demasiado adelantado para nuestra época.

Consulte el programa del Festival Internacional de Cine de Guadalajara

textos: Alejandro Aguirre

Los pecados de su padre

Pablo Escobar e hijo, en una imagen de Los pecados de mi padre

La sala está llena. Hay gente sentada en los escalones. Las luces se apagan y en la pantalla una luz filtrada por celuloide dibuja un relato estremecedor: la vida del hijo mayor de Pablo Escobar. Una vida de lujos que se ve abruptamente interrumpida por la cacería de brujas que el gobierno colombiano desata contra el narcotraficante, desencadenando una serie de atentados que cobraría la vida de miles de colombianos. La cinta, sin embargo, toma un rumbo inesperado. En lugar de glorificar la vida del capo, Sebastián Marroquín desmitifica la figura de su padre. Sumido en una profunda pena, intenta reconciliarse con dos familias afectadas por los actos de su padre. Y es que tras el intento frustrado de ingresar a la política, Pablo Escobar se vengó asesinando a Rodrigo Lara Bonilla, ministro de Justicia, y a Luis Carlos Galán Sarmiento, político en vías de ser elegido presidente. Más de diez años después, Sebastián pide perdón mirando a los ojos a los hijos de estos dos hombres. En uno de los momentos cumbres de la cinematografía latinoamericana: los herederos de una escalada de violencia buscan a toda costa cerrar un ciclo de odio, dando así un ejemplo para América: aquí todos somos hermanos.

Cuando las luces se encienden, el hijo de Pablo Escobar está ahí entre nosotros. Uno más en la sala. Los aplausos se dejan oír, algunas personas se ponen de pie. El Festival Internacional de Cine en Guadalajara vibra y soy testigo, una vez más, de esos pequeños momentos llenos de historia. El año pasado fue Christian Poveda. Esta vez es Sebastián Marroquín.

“Mi padre estaba lleno de excusas para la violencia, pero la violencia no se puede justificar”, dice Sebastián después de agradecer a todos lo que hicieron posible el documental. En un dialogo que fluye animadamente, el protagonista de la cinta Los pecados de mi padre (Argentina, Colombia, 2009) conversa sobre la experiencia que significó participar en el documental dirigido por Nicolás Entel.

México surge como un tema recurrente. Sebastián hacer ver que el narcotráfico es un intento subversivo de la pobreza por cambiar sus condiciones de vida. “Mi padre decía: agradece que tienes desodorante porque yo no tuve para comprarme. Ahora, después de todo, me pregunto: ¿qué habría sido de mi padre si hubiera tenido la oportunidad de estudiar y ser un profesional?”.

Después de una serie de comentarios sobre su esposa mexicana, una pregunta del público lo orilla hacia el tema de la legalización de las drogas. “Mi padre no habría llegado tan lejos solo”, dice Sebastián. Refiere que el carácter ilícito del narcotráfico sólo genera corrupción y precios elevados, elementos que financian una guerra interminable.

«¿Y qué sentiste a al ver el documental?», pregunta un joven de gafas y camisa a cuadros. “Me siento un poco más delgado”, bromea el hombre alto y rollizo: “El documental no termina con los créditos, ahí es donde la vida real apenas comienza”.

Finalmente, concluye con una anécdota sobre cierta ocasión en la que duró oculto junto a su padre en una casa frente a un retén militar. Rodeados de billetes estuvieron a punto de morir de hambre. “El narcotráfico sólo lleva a un nuevo tipo de pobreza. Una pobreza donde tiene mucho dinero y no puedes usarlo”.

Así concluyó una experiencia única en la que el público tapatío pudo convivir con un personaje cuya vida ha conjugado una serie de momentos históricos. Sebastián Marroquín es, sin buscarlo, una pieza clave en la formación de la identidad del continente americano.

Consulte la programación del Festival Internacional de Cine en Guadalajara

crónica: Alejandro Aguirre

Cuatro cintas de festival

El último tango en Tokyo

Still de Mapa de los sonitos de Tokyo, de Isable Coixet
Still de Mapa de los sonidos de Tokyo, de Isabel Coixete

Mapa de los sonidos de Tokio (España, 2009). En una palabra: provocativa. La nueva cinta de Isabel Coixete es un manjar para los sentidos, pero no tanto para el intelecto. Sus aciertos son la fotografía y el uso de un diseño sonoro que llena la pantalla de texturas. El problema es que esa manía por llevar a sus personajes a lugares tan íntimos, que rayan en lo cursi o inverosímil, no llega a buenos términos. La historia gira alrededor de una asesina a sueldo que se enamora de su siguiente objetivo: un español radicado en Tokyo. De este modo, la cinta inicia como un extraño thriller y después se transforma en un intenso romance de la talla del Último tango en París, sin Marlon Brando ni Maria Schneider. Aun así, Coixet demuestra su talla como directora y guionista. Lo mejor de la película son las secuencias en las que la sensualidad, el manejo del erotismo, deslumbra por su honestidad. Al final todo queda en un entrañable tributo que la directora rinde a la capital nipona y a su cinematografía.

El fabuloso mundo de Jean-Pierre Jeunet

La nueva cinta de Jean Pierre-Jeunet, en el festival tapatío
La nueva cinta de Jean-Pierre Jeunet, en el festival tapatío

Micmacs à tire-larigot (Francia, 2009). Jean-Pierre Jeunet, director de Amelie, regresa después de cinco años de ausencia. En esta ocasión relata la historia de Bazil, el hijo de un militar que ha muerto intentando desarmar una mina en el desierto marroquí y quien, varios años después, es herido por una bala perdida que termina incrustada en su cráneo. Este incidente ocasiona que pierda su casa y su empleo, lo que lleva a Bazil a conocer a un grupo de extraños personajes que viven de reciclar chatarra y que habrán de ayudarlo en su plan de venganza contra los dos fabricantes de armas que causaron su desgracia. Si Micmacs fuera gringa sería una burda cinta de pastelazo. Pero gracias a dios, Jean-Pierre Jeunet y Guillaume Laurant son europeos. Esto les permite hacer uso de su estilo característico para llevar la comedia hacia los límites de lo absurdo, haciendo honor a los clásicos del cine mudo. Lo más extraño es que este humor es utilizado para hacer una seria crítica política. El resultado es una cinta que divierte y que, a la vez, invita a reflexionar sobre el papel de Francia como uno de los principales fabricantes de armas en el mundo.

El espectador ausente

El documental de Leandro Listorti llega con bravura

Los jóvenes muertos (Argentina, 2009).  Leandro Listorti dirige este valiente documental que destaca por romper esquemas. Aunque su bravura no está en el tema, sino en la forma. La cinta se planta ante el espectador como una historia sin historia en la que los personajes nunca aparecen a cuadro. La cámara explora un pequeño pueblo de la pampa argentina mediante planos fijos que invitan a mirar con detenimiento el paisaje de un comunidad donde más de 30 jóvenes se han quitado la vida. Las escuelas, los barrios, las calles polvosas y los pozos petroleros hablan por sí mismos. De esta manera, la película vence al morbo por medio de la introspección. Aunque en un primer momento la propuesta cansa, lo cierto es que logra su cometido. Mirar los paisajes lúgubres de este lugar es todo lo que se necesita para comprender que la pobreza, el aislamiento y las pocas propuestas de entretenimiento podrían orillar a cualquiera a cometer una tontería.

Héroes de piedra que adornan paseos y avenidas

José Martí: el ojo del canario (España/Cuba, 2010). Una bien lograda película de época, caso muy extraño en filmografía latinoamericana. El gran acierto de su director y guionista, Fernando Pérez (Madrigal, Suite Habana), es la manera en que aborda la vida del poeta a través de su adolescencia para mostrar esos momentos claves que forjarían su espíritu revolucionario. De este modo expone el lado humano de un coloso. La cinta no es otra cosa que un retrato íntimo en el que el espectador se vuelve testigo de las travesías del niño Martí en la selva cubana, de sus primeras experiencias sexuales, de la muerte de su hermana menor y de las constantes riñas que tenía con la figura autoritaria de su padre. Aquí hay que decir que la Cuba de mediados del siglo XIX es una protagonista más. Las formas de hablar y el vestuario, los paisajes, las costumbres y el uso de locaciones reales hacen ver que, a pesar de las diferencias, América Latina es una misma.

Consulte la programación del Festival Internacional de Cine de Guadalajara

textos: Alejandro Aguirre

es de piedra que adornan paseos y avenidas

José Martí: El ojo del canario

España Cuba, 2010

José  Martí: el ojo del canario es una bien lograda película de época. Lo cual es muy extraño en filmografía latinoamericana. Pero el gran acierto de su director y guionista, Fernando Pérez  (Madrigal, Suite Habana), es la manera en que aborda la vida del poeta a través de su adolescencia para hacernos ver esos momentos claves que abrían de forjar su espíritu revolucionario. De este modo expone el lado humano de un coloso. La cinta no es otra cosa que un retrato íntimo donde el espectador se vuelve testigo de las travesías que tenia de niño a través de la selva cubana, de sus primeras experiencias sexuales, de la muerte de su hermana menor y de las constantes riñas que tenía con la figura autoritaria de su padre. Aquí hay que decir que la Cuba de mediados del siglo XIX es un protagonista más. Las formas de hablar, las ropas, los paisajes, las costumbres y el uso de locaciones reales nos hacen ver que a pesar de las diferencias América latina es una misma.

El último tango en Tokyo.

Mapa de los sonidos de Tokio/Map of the Sounds of Tokyo

España/Spain 2009

109 min

En una palabra: provocativa. La nueva cinta de Isabel Coixete es un manjar para los sentidos pero no tanto para el intelecto. Sus aciertos son la fotografía y el uso de un diseño sonoro que llena la pantalla de texturas. El problema es que ahora no sale tan bien lograda de esa manía por llevar a sus personajes a lugares tan íntimos que rayan en lo cursi o inverosímil. La historia gira entorno a una asesina a sueldo que se enamora de su siguiente objetivo: un español radicado en Tokyo. De este modo la cinta inicia como un extraño thriller y después se transforma en un intenso romance de la talla del Último tango en Paris. Solo que no son Marlon Brando y Maria Schneider. Aún así Coixet demuestra su talla como directora y guionista. Lo mejor de la película son las secuencias donde la sensualidad deslumbra por su honestidad, manejándose entre lo erótico y lo explicito. Al final todo queda en un entrañable tributo que la directora rinde a esta capital nipona y a su cinematografía.

El espectador ausente

Los jóvenes muertos

Argentina 2009

70 min

Leandro Listorti dirige este valiente documental que destaca por romper esquemas. Aunque su bravura no está en el tema sino en la forma. La cinta se planta ante el espectador como una historia sin historia donde los personajes nunca aparecen a cuadro.

La cámara explora un pequeño pueblo de la pampa argentina a través de planos fijos que invitan a mirar con detenimiento el paisaje de un comunidad donde más de treinta jóvenes se han quitado la vida. Las escuelas, los barrios, las calles polvosas y los pozos petroleros hablan por si mismos. De esta manera la película vence el morbo a partir de la introspección. Aunque en un primer momento la propuesta cansa, lo cierto es que logra su cometido. Mirar los paisajes lúgubres de este lugar es todo lo que se necesita para comprender que la pobreza, el aislamiento y las pocas propuestas de entretenimiento podrían orillar a cualquiera a cometer una tontería.

El fabuloso mundo de Jean-Pierre Jeunet

Micmacs à tire-larigot/Micmacs

Francia/France 2009

105 min

Jean-Pierre Jeunet, director de Amelie, regresa después de cinco años de ausencia. En esta ocasión relata la historia de Bazil, el hijo de un militar que ha muerto intentando desarmando una mina en el desierto Marroquí y que varios años después es herido por una bala perdida que termina incrustada en su cráneo. Este incidente ocasiona que pierda su casa y su empleo. Lo que lleva a Bazil a conocer a un grupo de extraños personajes que viven de reciclar chatarra y que abrán de ayudarlo en su plan de venganza contra los dos fabricantes de armas que han causado su desgracia.

Si Micmacs fuera gringa sería una burda cinta de pastelazo. Pero gracias a dios Jean-Pierre Jeunet y Guillaume Laurant son europeos. Esto les permite hacer uso de su estilo característico para llevar la comedia hacia los limites de lo absurdo, haciendo honor a la a los clásicos del cine mudo. Lo más extraño es que este humor es utilizado para hacer una seria crítica política. El resultado es una cinta que divierte pero que a la vez invita a reflexionar sobre el papel de Francia como uno de los principales fabricantes de armas en el mundo.

Café Tacuba: el soundtrack de nuestras vidas

Los tacubos, de plano, compartieron el escenario con el público del Diana

Fue ver pasar la historia. Nuestra historia. En la pantalla, entre los créditos de inicio, cuatro peladitos de los que Paco Stanley se burló y que aguantaron vara. Cuatro chavos, dos chilangos, uno altísimo vestido de escolar, otro enanísimo, vestido de un cruce entre indígena y Madaleno, dos gorditos veracruzanos, los mismos que 20 años después llenaron el Foro Sol y cantaron, con la misma potencia, las mismas rolas con las que celebraron su primer aniversario. Han decantado su look, su música. Crecieron. Nosotros con ellos. Son los Tacubos. Y su voz, qué duda cabe, es el soundtrack de nuestras vidas.

La proyección de Seguir siendo, el documental que Ernesto Contreras y Juan Manuel Cravioto bordaron sobre los primeros 20 años de historia, de la que ellos consideran “la mejor banda del mundo”, fue una celebración para devotos. No había mejor marco: los 25 años de la Muestra, como en el fondo del corazón muchos llaman aún al Festival Internacional de Cine de Guadalajara, esa reunión de creadores que demostró que se valía verse el ombligo, y que hasta se podía presumir la borrita. Jorge Sánchez, su director actual, en primera fila. El Teatro Diana a reventar, los boletos agotados en la taquilla desde tres días antes.

La pantalla del Diana subió y ahí estaba Café Tacuba

Y Café Tacuba. Cercano, como nunca. Entrañable, como siempre. Cuatro músicos que juegan con la cámara, declaran, confiesan, hacen chistes, pero sobre todo, permiten que los siga entre las risas matutinas del road trip; que registre su asombro ante el fan japonés que canta a todo pulmón todas las rolas del concierto; que grabe su seriedad ante la pertinencia o no de registrar el proceso creativo; que guiñe ante el coro cacofónico de los phoners con periodistas tumbados los músicos en los cuartos del hotel y que anude el momento en que Gustavo Santaolalla les convence no sólo de incluir “Esta vez” como tema en el albúm Sino, sino cambiarle el beat (“quizá me equivoque”, dice el multimpremiado productor argentino), con la secuencia de los músicos acicalándose en un hotel de Los Ángeles, camino a recibr el Grammy por mejor canción del año para ese tema.

La bolsa verde de Joselo, la soledad melancólica de Quique, el clóset de Rubén, las fotos que Meme toma en la carretera. La coreografia que les enseña la hermana, los hijos en el estudio, las chelas en Barcelona, la cascarita en algún lugar de Estados Unidos. Todo está ahí, en la cinta, entre la música y los fans, entre Balbi, el manager de barba hisurta y el staff completo de las giras, entre la nostalgia que aprieta al escuchar los acordes noventeros de los videos de grano abierto y lente amateur que completan la historia, y el gusto ensordecedor de escuchar las grabaciones nuevas en vivo. Está lo que quisieron enseñar, y lo que se intuye. El respeto, el trabajo, los músicos que saben que no son una familia, y su certeza de que juntos son una de las mejores bandas del contiente.

Los asistentes al estreno del documental de Ernesto Contreras salieron satisfechos

Una hora. Tantos recuerdos. ¿Es el cine mejor que la vida? Corren los créditos, al ritmo de “El baile y el Salón”, que suena de verdad, entre ovaciones. Sube la pantalla. Y ellos, como siempre: atrás, chingándole, cada acorde, cada paso de baile parte de esto que hace 20 años asombró a la chilanga banda, eso que hoy le pone música a la vida de una generación de latinoamericanos, y que mañana le pondrá a las de sus hijos. Ahí están, “Rubén y los tiesos”. Potentes y entregados. Son lo que son, lo siguen siendo. El concierto será para la historia. El público de pie, rendido, incondicional: paparapapa-eu-ééééééoooo…

crónica: Myriam Vidriales/fotos: Luis Ponciano

Policías vs. skatos en la Vía RecreActiva

Los oficiales sembraron el pánico entre los jóvenes skatos. Dos fueron arrestados

Cambiarán los colores de la Administración municipal tapatía, pero el azul de los uniformes policiacos de Guadalajara sigue siendo una pesadilla para los skatos de Guadalajara. Ya en esta Cultura Pirata hemos dado cuenta de los abusos de las autoridades y este domingo 14 de marzo, cerca de las once de la mañana y en plena Vía RecreActiva, los uniformados volvieron a hacer de las suyas. Cuando un grupo de patrulleros acudió al Parque Revolución a llevarse a un indigente, un joven de los tantos que acuden a patinar al parque tuvo la mala idea de documentar el arresto con una grabación. Eso le costó empujones y golpes de los uniformados, que además se lo llevaron preso bajo los cargos de… ¡ya verán qué inventar!

Arrastrado como si fuera un animal, el indigente fue depositado en el suelo y después en la patrulla
El indigente fue arrastrado, depositado en el suelo y empatrullado

Minutos después, cuando otro joven acudió a preguntar por su amigo, también fue agredido, golpeado, esposado y empatrullado. Como si la libertad de tránsito no fuera una garantía que las leyes nacionales procuran a los ciudadanos, algunos de los oficiales se dedicaron a correr a gritos a la gente que estaba cerca. Una chica sugirió a uno de los oficiales que no abusarán en su trato hacia los chavos: recibió como respuesta una amenaza de que podría ser arrestada por «ofender a la autoridad». Así, la esquina de Federalismo y Juárez se llenó de policías de Guadalajara, como si un grave peligro se cerniera sobre nuestra noble y leal ciudad. Aunque, ya que hablamos de estos oficiales, quizá deberíamos decir: innoble y desleal.

Además de la patrulla, acudieron oficiales en bicis y motocicletas

¡Ya basta!

texto y fotos: Mariño González