La procreó, la violó y la preñó

Sí, escribimos un título escandaloso, pero no somos responsables de cómo se producen las noticias ni —mucho menos— del límite de la vida de las personas. Este miércoles murió el Chacal de Mendoza, un macabro argentino que abusó de su propia hija, durante dos décadas, y tuvo con ella siete hijos.

Un hecho escalofriante, la violación de la propia hija, que recuerda el caso de otro lunático: el Monstruo de Amstetten, Josef Fritzl, quien secuestró a su hija durante 24 años y con quien tuvo seis hijos. Todo, en el sótano de su casa en Austria.

El argentino que nos incumbe ahora se llamaba Armando Lucero, tenía 67 años y, a pesar de las versiones no confirmadas de una supuesta golpiza recibida en prisión, el diagnóstico médico afirma que murió de una afección pulmonar provocada por el tabaquismo.

Lucero fue detenido en 2009, luego de que su hija lo denunció por temor a que el Chacal abusara también de una de sus nietas, de 16 años.

Un galimatías para el que no existen palabras claras: ¿hija-amante? ¿Nieta-hija? ¿Papá-abuelo? El policía austriaco Franz Polzer pronunció así sobre el Monstruo de Amstetten:

“Los seis hijos de Elisabeth Fritzl nacidos en cautiverio tienen como padre a su propio abuelo, Josef Fritzl”

Nosotros optamos por el verbo: la procreó, la violó y la preñó.

En total, Lucero tuvo 21 hijos: ocho con su primera esposa, seis con su segunda pareja y siete con su propia hija.

3 comentarios sobre “La procreó, la violó y la preñó”

  1. Maestro viejo, y turco, la intención era jugar con verbos, sin llegar al frase extremo tipo Alarma! Aunque en el fondo, reconocemos, fue una inspiración.

    Además, consideramos como nos indica la Academia que esa propuesta debe llevar acentos; «Procreóla, violóla y preñóla».

    De cualquier forma, el caso está bien cabrón. Bien mucho. Sí.

Los comentarios están cerrados.