Los relámpagos y abril

¿Cuánto tiempo tardaría una persona, a quien llamaremos Alguien, en leer Los relámpagos de agosto? Y si Alguien no hiciera otra cosa más (ni trabajar, ni comer, ni dormir, ni chatear, ni tuitear) que leer el libro de Jorge Ibargüengoitia, ¿cuántas horas se llevaría? Nadie lo sabe. Porque, para empezar, dependerá de los hábitos lectores de Alguien. Lo que sí podemos saber es cuánto se tardaría un grupo de Alguienes: tres horas. 180 minutos fue lo que tardaron los lectores congregados en la Rambla Cataluña en darle toda la vuelta a la novela del escritor guanajuatense, obra elegida para celebrar el Día Mundial del Libro en Guadalajara.

El grupo de Alguienes ha estado leyendo sin parar desde las diez de la mañana. El primer Alguien no se llamaba así, sino que en su acta de nacimiento consta que se llama Fernando del Paso. El autor de José Trigo fue el encargado de abrir el maratón de lectura, para luego dar paso —valga la repetición— a los políticos (o peor: sus representantes) ávidos de tomarse la foto del recuerdo. Una vez que se fueron los señores trajeados, comenzó el desfile de los verdaderos usuarios del festejo: los lectores de a pie: estudiantes, peatones, artistas plásticos, poetas, narradores, en fin, todos los interesados en leer en voz alta. (En la foto que abre este post se puede ver al escritor David Izazaga, director de la revista KY, con su sombrero militar —o como se llame lo que lleva en la cabeza— y toda la cosa.)

Las ganas de leer son muchas. Para muestra, dos botones: el primero, que la gente no para de llegar a la Rambla Cataluña y ofrecerse para leer. El segundo, que el actor Damián Alcázar, anunciado para cerrar el maratón, no se aguantó y subió en la primera ronda, con la promesa de que también subiría para cerrar. Otro botón de muestra: el escritor Francisco Hinojosa, que anda de visita por Guadalajara, también le va caer a leer. Su participación está anunciada para las 20:30 horas. Para ese entonces se estima que Los relámpagos de agosto habrán sido leídos tres o cuatro veces.

Mientras unos leen en voz alta, otros compran libros en los stands distribuidos por la explanada. Eso sí: lean y/o compren, todos se llevan una rosa. Ya saben, por aquello el St. Jordi y tal. Si quieren sumarse, y leen esto a tiempo, cáiganle a Escorza esquina Juárez. La actividad cerrará a las nueve de la noche.

Porque usted, estimado Alguien, no puede quedarse con las ganas de sumarse al grupo de Alguienes.

Aspecto general de la Rambla Cataluña, en Guadalajara, México, durante el Día Mundial del Libro

Relampagueó el post: Turco Viejo / Fotos: arriba: el mismo que relampagueó; abajo, Robotania.