Pintura y verdad

Fui el sábado y fue como inauguración. Gente por todos lados y a esquivar cabezas para observar las 345 piezas de José Clemente Orozco. Pintura y verdad, uno de los mayores recorridos a la obra del genio jalisciense. Fila larga para entrar y mapa en mano para recorrer catorce salas del Instituto Cultural Cabañas.

José Clemente Orozco, retratado por Ansel Adams

Desde el retrato hasta la Capilla Mayor. Un recorrido no cronológico, temático, que sigue las pistas de la obra de Orozco partiendo de sus murales en la Escuela Nacional Preparatoria hasta la Cámara Legislativa del Estado de Jalisco, incluyendo dibujos preparatorios, fotografías e información técnica de cada obra en México o Estados Unidos.

En Pintura y verdad se sigue el trazo de la obra monumental de Orozco, y a su alrededor se contempla también caricatura, pintura, tintas gráfica y, lamentablemente, poco dibujo. Y es que se extrañan, por ejemplo, esos solemnes carbones “Procesión” y “Figura obesa con esqueleto y calavera”, que resguarda el Cabañas. Quizá no todo cabe en una retrospectiva y a muchos se nos antoja más obra de la que Alicia Lozano o Miguel Cervantes pudieron elegir. Así que registro pero no critico mis faltantes.

Da gusto recorrer el Cabañas con gente entusiasmada por Orozco. El sábado fue difícil caminar, pero las explicaciones de papás sobre el simbolismo de un fresco o el significado de una pintura a niños boquiabiertos, los fervorosos recorriendo las salas con libreta en mano o los visitantes que regresaban a una pintura o que se tomaban el tiempo necesario frente a una tinta, resultaron escenas gratificantes. Tomarse un respiro en un jardín repleto de rosales y observar extasiado las ocho pequeñas maravillas de la Casa del llanto valen la espera en la fila de entrada o las cabezas entrometidas ante un cuadro. Mi única queja, y es pequeña, es la falta de catálogos a la venta (pregunté y me dijeron que fuera después de vacaciones a las oficinas del Instituto). Sí. Hay que ir a Pintura y verdad.

orozquiana: Dolores Garnica