Cuatro cintas de festival

El último tango en Tokyo

Still de Mapa de los sonitos de Tokyo, de Isable Coixet
Still de Mapa de los sonidos de Tokyo, de Isabel Coixete

Mapa de los sonidos de Tokio (España, 2009). En una palabra: provocativa. La nueva cinta de Isabel Coixete es un manjar para los sentidos, pero no tanto para el intelecto. Sus aciertos son la fotografía y el uso de un diseño sonoro que llena la pantalla de texturas. El problema es que esa manía por llevar a sus personajes a lugares tan íntimos, que rayan en lo cursi o inverosímil, no llega a buenos términos. La historia gira alrededor de una asesina a sueldo que se enamora de su siguiente objetivo: un español radicado en Tokyo. De este modo, la cinta inicia como un extraño thriller y después se transforma en un intenso romance de la talla del Último tango en París, sin Marlon Brando ni Maria Schneider. Aun así, Coixet demuestra su talla como directora y guionista. Lo mejor de la película son las secuencias en las que la sensualidad, el manejo del erotismo, deslumbra por su honestidad. Al final todo queda en un entrañable tributo que la directora rinde a la capital nipona y a su cinematografía.

El fabuloso mundo de Jean-Pierre Jeunet

La nueva cinta de Jean Pierre-Jeunet, en el festival tapatío
La nueva cinta de Jean-Pierre Jeunet, en el festival tapatío

Micmacs à tire-larigot (Francia, 2009). Jean-Pierre Jeunet, director de Amelie, regresa después de cinco años de ausencia. En esta ocasión relata la historia de Bazil, el hijo de un militar que ha muerto intentando desarmar una mina en el desierto marroquí y quien, varios años después, es herido por una bala perdida que termina incrustada en su cráneo. Este incidente ocasiona que pierda su casa y su empleo, lo que lleva a Bazil a conocer a un grupo de extraños personajes que viven de reciclar chatarra y que habrán de ayudarlo en su plan de venganza contra los dos fabricantes de armas que causaron su desgracia. Si Micmacs fuera gringa sería una burda cinta de pastelazo. Pero gracias a dios, Jean-Pierre Jeunet y Guillaume Laurant son europeos. Esto les permite hacer uso de su estilo característico para llevar la comedia hacia los límites de lo absurdo, haciendo honor a los clásicos del cine mudo. Lo más extraño es que este humor es utilizado para hacer una seria crítica política. El resultado es una cinta que divierte y que, a la vez, invita a reflexionar sobre el papel de Francia como uno de los principales fabricantes de armas en el mundo.

El espectador ausente

El documental de Leandro Listorti llega con bravura

Los jóvenes muertos (Argentina, 2009).  Leandro Listorti dirige este valiente documental que destaca por romper esquemas. Aunque su bravura no está en el tema, sino en la forma. La cinta se planta ante el espectador como una historia sin historia en la que los personajes nunca aparecen a cuadro. La cámara explora un pequeño pueblo de la pampa argentina mediante planos fijos que invitan a mirar con detenimiento el paisaje de un comunidad donde más de 30 jóvenes se han quitado la vida. Las escuelas, los barrios, las calles polvosas y los pozos petroleros hablan por sí mismos. De esta manera, la película vence al morbo por medio de la introspección. Aunque en un primer momento la propuesta cansa, lo cierto es que logra su cometido. Mirar los paisajes lúgubres de este lugar es todo lo que se necesita para comprender que la pobreza, el aislamiento y las pocas propuestas de entretenimiento podrían orillar a cualquiera a cometer una tontería.

Héroes de piedra que adornan paseos y avenidas

José Martí: el ojo del canario (España/Cuba, 2010). Una bien lograda película de época, caso muy extraño en filmografía latinoamericana. El gran acierto de su director y guionista, Fernando Pérez (Madrigal, Suite Habana), es la manera en que aborda la vida del poeta a través de su adolescencia para mostrar esos momentos claves que forjarían su espíritu revolucionario. De este modo expone el lado humano de un coloso. La cinta no es otra cosa que un retrato íntimo en el que el espectador se vuelve testigo de las travesías del niño Martí en la selva cubana, de sus primeras experiencias sexuales, de la muerte de su hermana menor y de las constantes riñas que tenía con la figura autoritaria de su padre. Aquí hay que decir que la Cuba de mediados del siglo XIX es una protagonista más. Las formas de hablar y el vestuario, los paisajes, las costumbres y el uso de locaciones reales hacen ver que, a pesar de las diferencias, América Latina es una misma.

Consulte la programación del Festival Internacional de Cine de Guadalajara

textos: Alejandro Aguirre

es de piedra que adornan paseos y avenidas

José Martí: El ojo del canario

España Cuba, 2010

José  Martí: el ojo del canario es una bien lograda película de época. Lo cual es muy extraño en filmografía latinoamericana. Pero el gran acierto de su director y guionista, Fernando Pérez  (Madrigal, Suite Habana), es la manera en que aborda la vida del poeta a través de su adolescencia para hacernos ver esos momentos claves que abrían de forjar su espíritu revolucionario. De este modo expone el lado humano de un coloso. La cinta no es otra cosa que un retrato íntimo donde el espectador se vuelve testigo de las travesías que tenia de niño a través de la selva cubana, de sus primeras experiencias sexuales, de la muerte de su hermana menor y de las constantes riñas que tenía con la figura autoritaria de su padre. Aquí hay que decir que la Cuba de mediados del siglo XIX es un protagonista más. Las formas de hablar, las ropas, los paisajes, las costumbres y el uso de locaciones reales nos hacen ver que a pesar de las diferencias América latina es una misma.

El último tango en Tokyo.

Mapa de los sonidos de Tokio/Map of the Sounds of Tokyo

España/Spain 2009

109 min

En una palabra: provocativa. La nueva cinta de Isabel Coixete es un manjar para los sentidos pero no tanto para el intelecto. Sus aciertos son la fotografía y el uso de un diseño sonoro que llena la pantalla de texturas. El problema es que ahora no sale tan bien lograda de esa manía por llevar a sus personajes a lugares tan íntimos que rayan en lo cursi o inverosímil. La historia gira entorno a una asesina a sueldo que se enamora de su siguiente objetivo: un español radicado en Tokyo. De este modo la cinta inicia como un extraño thriller y después se transforma en un intenso romance de la talla del Último tango en Paris. Solo que no son Marlon Brando y Maria Schneider. Aún así Coixet demuestra su talla como directora y guionista. Lo mejor de la película son las secuencias donde la sensualidad deslumbra por su honestidad, manejándose entre lo erótico y lo explicito. Al final todo queda en un entrañable tributo que la directora rinde a esta capital nipona y a su cinematografía.

El espectador ausente

Los jóvenes muertos

Argentina 2009

70 min

Leandro Listorti dirige este valiente documental que destaca por romper esquemas. Aunque su bravura no está en el tema sino en la forma. La cinta se planta ante el espectador como una historia sin historia donde los personajes nunca aparecen a cuadro.

La cámara explora un pequeño pueblo de la pampa argentina a través de planos fijos que invitan a mirar con detenimiento el paisaje de un comunidad donde más de treinta jóvenes se han quitado la vida. Las escuelas, los barrios, las calles polvosas y los pozos petroleros hablan por si mismos. De esta manera la película vence el morbo a partir de la introspección. Aunque en un primer momento la propuesta cansa, lo cierto es que logra su cometido. Mirar los paisajes lúgubres de este lugar es todo lo que se necesita para comprender que la pobreza, el aislamiento y las pocas propuestas de entretenimiento podrían orillar a cualquiera a cometer una tontería.

El fabuloso mundo de Jean-Pierre Jeunet

Micmacs à tire-larigot/Micmacs

Francia/France 2009

105 min

Jean-Pierre Jeunet, director de Amelie, regresa después de cinco años de ausencia. En esta ocasión relata la historia de Bazil, el hijo de un militar que ha muerto intentando desarmando una mina en el desierto Marroquí y que varios años después es herido por una bala perdida que termina incrustada en su cráneo. Este incidente ocasiona que pierda su casa y su empleo. Lo que lleva a Bazil a conocer a un grupo de extraños personajes que viven de reciclar chatarra y que abrán de ayudarlo en su plan de venganza contra los dos fabricantes de armas que han causado su desgracia.

Si Micmacs fuera gringa sería una burda cinta de pastelazo. Pero gracias a dios Jean-Pierre Jeunet y Guillaume Laurant son europeos. Esto les permite hacer uso de su estilo característico para llevar la comedia hacia los limites de lo absurdo, haciendo honor a la a los clásicos del cine mudo. Lo más extraño es que este humor es utilizado para hacer una seria crítica política. El resultado es una cinta que divierte pero que a la vez invita a reflexionar sobre el papel de Francia como uno de los principales fabricantes de armas en el mundo.