¿Y el glamour apá?

Pues está hecho. Ayer comenzó la vigésimo quinta edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara. En estos días resulta toda una tentación recurrir al argot cinematográfico —recurso que se utilizará ad nauseam en todas partes durante los siguientes nueve días—, por lo que muchos buscan titular su texto  con fórumlas sobadas como «El cácaro comenzó a trabajar», «Comenzó la función», «Luces, cámara… ¡acción!», «Y sonó el claquetazo», «Noche de celuloide»… en fin, lo que se le ocurra.

El caso es que aquí preferimos parafrasear ese comercial —también sobadísimo— para hablar de la inauguración que, como cada año, no estuvo aburrida: ¡estuvo aburrida la cabrona! Y es que tratándose de las bodas de plata del presunto festival de cine más importante de América Latina, uno suponía que habría muchos artistas y famosos interesados en darse una vuelta a Guadalajara. Dicho de otro modo, a ponerle algo de glamour a la noche inaugural. Algo que, al final, no pasó.

Matt Dillon agradece su Premio Nosédequésetrata Guadalajara Internacional

Por la alfombra roja del Festival pasaron muchas personas. Eso nadie lo duda. El problema fue que pasaron pocas conocidas. Como momentos climáticos podemos señalar dos: el primero, cuando pasó Matt Dillon, quien vino a recibir el Premio Guadalajara Internacional —y que en un arrebato de sinceridad dijo que no sabía ni qué era, pero qué bueno que se lo daban. Algunos cazautógrafos disfrazados de prestadores de servicio social hicieron alharca y todo, mientras que el señor Celebridad puso su mejor sonrisa y se dejó tomar más fotos —aunque en un encuentro con la prensa se había puesto medio mamón por los flashazos. Ya dentro del Auditorio Metropolitelmex, cuando le dieron el premio, como todo gringo que quiere quedar bien con el rancho hizo chistes del tipo: «Mi nou saber spañol», y acabó con el típico «¡Viva México!» que dicen todos los gringos que quieren quedar bien con el rancho. (Sí, la repetición es intencional.)

El otro momento climático de la mentada alfombra roja fue cuando llegó, incompleto, Café Tacuba. Además de los gritos de los prestadores de serv… perdón, de los fanáticos, los tacubos encendieron los ánimos de los camarógrafos de los medios de comunicación, que aprovecharon la oportunidad para echarle en cara a Tonatiuh Figueroa —gran fotógrafo, mejor amigo y fiel colaborador compostero— su parecido con Emmanuel del Real. Aquí nos consta que sí se parece. Un día de estos, se los demostramos.

Fuera de eso, hueva total: algunos visitantes más o menos frecuentes como Demián Bichir, Carlos Carrera y Arturo Ripstein; otros gorrones como El Cala y Arturo Ybarra de Rostros Ocultos; algunos desadaptados como los políticos Celia Fausto y Trinidad Padilla López… no vale la pena seguir.

Lumi Cavazos y Damián Alcázar pasarán a la historia... por cebos

Dentro del Auditorio, Lumi Cavazos y Damián Alcázar fueron los encargados de conducir la inauguración oficial. Y demostraron que, como maestros de ceremonias, son excelentes actores: estuvieron cebos, acartonados, rígidos. Leyeron  los malos chistes que algún mal guionista les mandaba a los monitores con la misma gracia que debe tener Raúl Padilla López en una situación de esas… lamentable, para acabar pronto.

Aprovechando sus bodas de plata, el Festival Internacional de Cine aprovechó para hacer una retrospectiva de sus 25 años. En la pantalla gigante se proyectaron fotos y videos de los fundadores —por ejemplo, se vio a Guillermo del Toro más joven, pero no menos gordo—, de quienes han sido homenajeados y de los que ya murieron —y no pudimos dejar de sonreír con nostalgia al ver ahí, en tamaño gigante, al gran Rigo Mora. En pocos minutos los asistentes —que no llenaron el Auditorio— fueron testigos del cambio de la Muestra de Cine Mexicano en Muestra de Cine Mexicano e Iberoamericano y luego en Festival Internacional de Cine.

María Elena Pardavé Robles recibe el Mayahuel de Plata de manos de Raúl Padilla López

Desde hace un par de años el Festival de Guadalajara rinde honores a figuras de la cinematografía que ya pasaron a mejor vida. Primero fue Tin-Tan, luego Pedro Infante y este año toca turno a Joaquín Pardavé (a.k.a. Don Susanito Peñafiel y Somellera). Para recordar al actor, ícono del cine mexicano de mediados del siglo pasado, se proyecto una retrospectiva que hizo reír al público. Después, su sobrina, María Elena Pardavé, recibió el Mayahuel de Plata de manos de Raúl Padilla López, fundador y presidente del Festival —hay quien dice que es fundador y presidente del Festival, de la FIL, además de amo y señor del Universo tapatío… pero esa es otra historia.

Nostálgicos que andaban, los organizadores también aprovecharon para darle las gracias a todos aquellos que han fungido como directores del festival, desde Jaime Humberto Hermosillo hasta Jorge Sánchez Sosa. Algunos aparecieron sobre el escenario. Los que no, lo hicieron en la mega pantalla a través de fotos.

Invitados por los acartonados maestros de ceremonias, el público respondió con aplausos siempre que fue necesario. Y también con algún abucheo, como cuando Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta, invocó el nombre de Felipe Calderón (a.k.a. El Preciso).

Aquí, algunos de los directores que ha tenido el Festival de Cine. De izquierda a derecha: Jorge Sánchez (en funciones), Kenya Márquez, Guillermo Vaidovits, Susana López Aranda, Enrique Ortiga y Mario Aguiñága

Y bueno. Así estuvo, más o menos, la inauguración del festival. Pocas figuras, muchos traspiés, harta nostalgia. Como ya se habrán dado cuenta por algunos posteos que han aparecido por acá, hay programa bastante generoso que ningún espíritu sensato puede cubrir a cabalidad, pero estaremos contándonles algunas cosas.

Y por aquello de los clichés, diremos que, por lo pronto, este post «corte y queda».

Letras «de celuloide»: Turco Viejo/Imágenes digitales: Luis Ponciano

2 comentarios sobre “¿Y el glamour apá?”

  1. En su ultima foto, donde estan los exdirectores, hay un error, Enrique Ortiga, fue director del festival por 15 dias y no aparece en la foto, el que esta ahi, a un lado de Mario Aguiñaga y Susana Lopez Aranda es el Maestro Leonardo Garcia Tsao, Cineasta y Escritor

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