¿Por qué importa el periodismo?

El 16 de julio de 2009, Lionel Barber, director del Financial Times, ofreció esta conferencia en medio del debate internacional sobre el cobro de contenidos en internet. La respuesta de Barber es simple: sí, la industria de la información debe explorar otros modelos y cobrar por el contenido publicado.

No encontré la conferencia en español, y como la considero bastante buena, se las ofrezco aquí. La original, en inglés, la bajé de Press Gazette y la foto la publicó The Guardian. El motivo de la charla de Barber fue un encuentro de la Media Standards Trust en la Academia Británica.

¿Por qué importa el periodismo?

Por Lionel Barber

Vivimos los mejores y los peores tiempos para ejercer como periodista, especialmente si se es un periodista de negocios. Los mejores, porque nuestra profesión tiene una oportunidad única para informar, analizar y comentar la crisis financiera más grave desde la Gran Depresión de 1929. Los peores, porque el negocio de las noticias está sufriendo el impacto cíclico de una profunda recesión y los cambios estructurales impulsados por la revolución de internet.

Estos factores han producido una desaceleración en algunos sectores, especialmente en la industria periodística. La semana pasada, durante un viaje a Colorado y el Valle del Silicio, fui sometido a un alud de preguntas sobre la salud del Financial Times. El FT se encuentra en un momento perfecto, respondí, ante la sorpresa de algunos. Un distinguido reportero del New York Times no quedó convencido: “Estamos todos en el mismo barco”, dijo, “y al menos nos vamos a hundir todos juntos”.

Esta noche mi tarea no es presidir un velorio, sino abogar por el periodismo y explicar por qué una prensa libre tiene un papel vital en una sociedad democrática. También me gustaría ofrecer algunos consejos para el futuro, destacando los desafíos que enfrentan los que ahora llamamos “medios tradicionales” y hacer algunas consideraciones de por qué el buen periodismo no sólo puede sobrevivir sino incluso prosperar en la era digital.

Permítanme comenzar con una nota personal. Mi padre Frank Barber fue periodista durante 51 años. Dejó la escuela a los 15, sin otras habilidades que su fuerte deseo por superarse. Comenzó de copy boy en el Leeds Weekly Citizen. A partir de ahí se abrió camino por el Yorkshire Evening News, el News Chronicle de Londres, el Sunday Times y la BBC World Service, como subeditor, corresponsal extranjero y comentarista. Debió contagiarme su pasión por el periodismo: hace poco más de 30 años, comencé como practicante en el Scotsman de Edimburgo y mi hermano hizo lo mismo, cuatro años después, como aprendiz en Reuters en Londres y Nueva York.

Antes de caer en la nostalgia, debo subrayar que en la casa de los Barber había poco espacio para teorizar sobre el periodismo. Quien preguntara “¿Por qué importa el periodismo?” habría sido visto con asombro, cuando no con desprecio. Nuestra vocación por el periodismo y la palabra impresa fue instintiva, no calculada. Como Frank habría dicho: “Escribo, luego existo”.

Treinta años después, como ha reconocido el Media Standards Trust, hay que volver a los principios y abogar por el periodismo. En parte porque la recesión e internet están socavando el modelo de negocio que ha mantenido al periodismo desde finales del siglo XIX. Internet ha alterado los flujos de ingresos y está derrumbando drásticamente las barreras para ingresar al negocio de las noticias. Como señaló The Economist: “El negocio de vender palabras a los lectores y vender lectores a los anunciantes, que ha sido su labor en la sociedad, se está cayendo a pedazos”.

Aún más importante, internet es un reto para nuestra concepción del ejercicio periodístico. Para algunos, la revolución digital representa libertad: una ruptura decisiva del oligopolio de los viejos medios de comunicación hacia un mundo más democrático, más innovador y con una mayor participación cívica. Para otros, esta revolución es un cambio profundo en la manera en que las personas se relacionan con las noticias. Se amenaza con socavar el papel de los medios como intermediarios de confianza o guardianes entre el público y las autoridades, como lo han sido en nuestras sociedades democráticas. Éste es un tema que abordaré más adelante.

Democracia

El británico Lord Northcliffe, magnate editorial y fundador del Times y el Daily Mail, entre muchos otros periódicos, una vez declaró que “noticia es lo que alguien, en algún lugar, quiere suprimir; todo lo demás es publicidad”. Esto tiene más de un grano de verdad, pero debemos tener cuidado de no idealizar el negocio de las noticias. Tenemos que ser concientes de sus limitaciones, así como de su valor intrínseco.

Como escribió el ensayista estadounidense Walter Lippmann en su obra seminal Opinión pública, los periódicos no tratan de echarle un ojo a todo lo que hace la humanidad. Por su propia naturaleza, las noticias son selectivas, dependen de los editores y del gusto de los lectores. Como observó Lippmann: “La prensa es como el haz de un reflector que se mueve sin descanso, sacando un episodio y luego otro de la oscuridad a la visibilidad”. En otras palabras, debido a su gran selectividad —literalmente, su parcialidad—, noticias y verdad no son necesariamente la misma cosa.

La democracia y el periodismo tampoco son sinónimos. En la antigua Grecia no existió el periodismo. El periodismo británico evolucionó bajo una monarquía constitucional. El de América, que operó bajo un poder monárquico y colonial, precedió a la democracia. Pero como Michael Schudson ha observado en su excelente libro ¿Por qué las democracias necesitan de una prensa incómoda?, “donde hay democracia, o cuando hay fuerzas dispuestas a llevarla a cabo, el periodismo puede proporcionar diferentes servicios para ayudar a establecer o mantener un gobierno representativo”.

¿Cuáles son esos servicios y por qué importan? Una vez más, me pongo en deuda con Schudson para el establecimiento de algunas categorías fácilmente comprensibles. En primer lugar se encuentra la función de informar a la ciudadanía. Esto es primordialmente educacional, otorgar herramientas para la toma de decisiones políticas y participar en el autogobierno. Por lo tanto, para recurrir otra vez a la imagen de Lippmann: “Las noticias nos dicen cosas que de otra manera no sabríamos”.

Tal periodismo “informativo” toma muchas formas diferentes: puede ser una entrevista con un empresario o un político, el informe de una audiencia judicial o el debate en la Cámara de los Comunes, o incluso un despacho de la primera línea de una guerra. El punto esencial aquí es que el periodismo informativo permite a los ciudadanos tener contacto indirecto con las personas del poder o las instituciones del Estado, para comprender mejor cómo funciona la sociedad, tanto en beneficio propio o en contra.

La notificación de casos judiciales penales, por ejemplo, refuerza la conciencia pública sobre la capacidad del Estado para proteger a sus ciudadanos a través del sistema de justicia. Esa información es intrínseca a la sociedad civil. Por eso debería preocuparnos la desaparición de los periódicos locales que tradicionalmente dedicaron mucho esfuerzo y espacio a la cobertura de los tribunales de justicia locales y, de hecho, del gobierno local.

La segunda función del periodismo en una democracia es la de vigilancia. El periodismo de investigación —en oposición al informativo— es, por su naturaleza, un periodismo de confrontación. Su objetivo es evitar los abusos de poder y exponer la conducta inmoral, no ética o ilegal de los organismos o las personas. La tradición de investigar se remonta a los inicios del siglo XX, cuando los periodistas entonces considerados a sí mismos sensacionalistas expusieron las iniquidades sociales y la corrupción en las grandes ciudades de Estados Unidos. El periodista de investigación es un contador de verdades con estilo propio, intrépido frente a la censura oficial y con la conciencia de que los ciudadanos en una democracia tienen el derecho de mantener a raya a la gente poderosa.

Con mucho, el ejemplo más famoso de periodismo de investigación es el escándalo Watergate. Lo revelaron, entre otros, dos periodistas del Washington Post, Bob Woodward y Carl Bernstein, y terminó con la renuncia del presidente Richard Nixon. En retrospectiva, el Watergate pudo ser, al mismo tiempo, una maldición o una bendición para el periodismo norteamericano. La película Todos los hombres del presidente, inspirada en el Watergate, hizo célebre un ideal periodístico al que muchos aspiran. Pero también pudo motivar a una generación de cínicos con poca fe, o ninguna, en las instituciones políticas norteamericanas. Pero ésa es otra historia.

Gastos

Más cerca de casa, el ejemplo más reciente fue la exitosa publicación en el Daily Telegraph del abuso sistemático en los gastos parlamentarios. Me quito el sombrero por el Telegraph y el editor Will Lewis, un ex colega de FT, por su búsqueda valiente y diligente de una historia innovadora. Muchos detalles del gasto parlamentario nunca se habrían conocido y habrían permanecido ocultos por nuestros representantes electos en la Cámara de los Comunes. Y a pesar de que la fuente —en este caso un disco de computadora— fue adquirida a cambio de dinero, existen pocas dudas sobre el interés público de la historia.

Por el contrario, la intervención de teléfonos realizada por el News of the World plantea graves interrogantes sobre la práctica del periodismo y el interés público. News International, propietaria del News of the World, así como el Sun, Times, Sunday Times y el Wall Street Journal, sigue considerando la intervención telefónica como una operación aislada, incluso después de que ésta llevó a la cárcel a uno de sus ex corresponsales británicos. También es preocupante la noticia de que News International, en secreto, pagó a al menos una víctima del hackeo 700,000 libras en compensación, según reveló The Guardian.

Como The Guardian señaló acertadamente, la prensa no puede esperar inmunidad ante las preocupaciones de la gente por el acceso a bases de datos y la información personal, ya sea grabaciones de circuito cerrado, expedientes médicos, cédulas de identidad o teléfonos móviles. Más importante todavía: la prensa tiene que ser muy cuidadosa ante el peligro de ponerse por encima de la ley —en este caso, la Regulation of Investigatory Powers Act 2000 (bajo la cual el reportero del News of the World fue encarcelado) o la Data Protection Act 1998—. La ley hace una defensa del interés público que puede ser invocada en los tribunales, pero ésta se haría añicos ante los jurados si el público supone que la prensa trabaja a partir de la intrusión de la intimidad. Por otra parte, el equilibrio entre la intimidad y las leyes contra la difamación —que podrían ser un obstáculo más grande para el periodismo de investigación serio— deben ser revisadas.

La tercera función del periodismo es el análisis. Explicar un caso complicado o un proceso de una manera comprensible. Sin la intención de convertir esta conferencia en un anuncio del Financial Times, debo decir que nos enorgullecemos de nuestro periodismo de análisis —y la crisis financiera mundial nos ha dado un gran escaparate para hacerlo.

Desde el principio, la crisis mostró un alto grado de complejidad. Exigía un sofisticado entendimiento de los mercados de crédito y de los riesgos del apalancamiento financiero y el uso de deuda para complementar la inversión. Gracias al reporteo de Gillian Tett, nuestra editora de mercados de capital, el FT pronto tomó ventaja en la cobertura de la crisis. También nos benefició nuestra red mundial de corresponsales, con capacidad de informar y analizar los hechos al momento de ocurrir: desde el descalabro de los oligarcas en Rusia, las intervenciones monetarias sin precedentes de la Fed, del Banco de Inglaterra y del Banco Central Europeo, el rescate de Dubai en el golfo Pérsico, y la abrupta caída en el crecimiento económico en China. El punto a tener en cuenta, por supuesto, es que los el periodismo de análisis, sobre todo con una historia mundial, cuesta mucho dinero.

La cuarta función del periodismo en una democracia es lo que Schudson define como la empatía social. El buen periodismo, ya sea en forma impresa, en la televisión o en la radio, puede dotar a los ciudadanos de un sentido más profundo de su comunidad. La cobertura de la educación, la medicina y la religión podría ser descrita como de alta empatía social. Los restaurantes, los coches, las celebridades (piénsese en los funerales de Michael Jackson, cubiertos por todas las principales cadenas de televisión en Estados Unidos), podrían encajar en el extremo inferior. Un ejemplo más elocuente —y uno del que fui testigo de primera mano— fue la cobertura de los atentados del 11 de septiembre y sus secuelas. Lo más memorable fueron los retratos del New York Times de cada una de las víctimas en las Torres Gemelas, con el título “El reto de una nación”. Fue periodismo norteamericano en su mejor forma.

La quinta función es la de servir como un foro público. La forma más básica en la prensa es el espacio para las cartas al director. Una innovación más reciente, que comenzó en Estados Unidos en la década de 1970, fue la creación de la “op-ed”. Esta página —que por lo general acompaña las páginas de cartas y de artículos y editoriales— no sólo es un foro para los escritores de casa, sino también para columnistas invitados y expertos que ofrecen una variedad de puntos de vista sobre problemas actuales. La radio y la televisión también pueden desempeñar un papel importante, aunque la creación de los “talk shows” no haya mejorado la calidad del discurso público. Más importante, internet ha masificado el concepto de foro público, permitiendo a los lectores comentar y opinar sin la mediación de los medios tradicionales. Volveré a este tema en breve.

La opinión pública

La última función del periodismo es la de movilizar a la opinión pública, ya sea por razones partidistas o no. Grandes campañas pueden cambiar la historia y las leyes. La incansable campaña del Times, bajo la dirección de Thomas Barnes, para la aprobación de una Ley de Reforma estableció el camino hacia el sufragio universal. La campaña del Sunday Times para llevar a los autores del atentado de Omagh a la justicia es un testimonio más reciente de la valentía y la persistencia de directores y periodistas. Las recientes campañas para prohibir las bolsas de plástico, detener la introducción de las tarjetas de identificación o imponer la rendición de cuentas de Haringey por los servicios sociales en el caso Baby P, han tenido una influencia directa sobre el gobierno británico.

Varias de las categorías que he indicado son complementarias o coincidentes. El periodismo de guerra, por ejemplo, puede ser a la vez informativo y de investigación. Piensen en la masacre de My Lai o los abusos en la prisión de Abu Ghraib y recuerden la advertencia de Philip Knightley de que a menudo la verdad puede ser la primera víctima de la guerra. El periodismo de investigación también puede abanderar una campaña pública. Me vienen a la mente las historias sobre la talidomida del Sunday Times. El valor de este periodismo se hace aún más claro cuando echamos un vistazo a los países en que esas mismas actividades están prohibidas o severamente restringidas.

Por ejemplo, frente a todos los avances económicos y sociales impresionantes en China en la era post Mao, existen límites tangibles a la libertad de prensa y el intercambio de información. Las autoridades son muy sensibles de la cobertura a la disidencia en cualquier forma, ya sea el Falun Gong, los separatistas tibetanos o las familias quejándose de la laxitud de las normas de construcción después del terremoto de Sichuan. Existe un caso en que las autoridades retiraron sin explicación un perfil de 3,500 palabras del presidente Hu Jintao publicado en el Financial Times. Después se nos informó que los censores de Pekín no estaban conformes con una referencia al papel anterior de Hu como jefe del partido en la Región Autónoma del Tíbet.

En Rusia, la extensión del control estatal sobre los medios durante la era Putin y la eliminación gradual de los periódicos de propiedad privada han creado un clima de autocensura que recuerda la era soviética. El periodismo crítico se ha convertido en una ocupación peligrosa. Destacados periodistas, en particular Anna Politokovskya de la Novoya Gazeta y Paul Klebnikov de Forbes, han sido asesinados en represalia por sus reportajes sobre la guerra en Chechenia y la delincuencia organizada. Como el Comité para la Protección de Periodistas ha registrado, unos 20 periodistas han sido asesinados durante su trabajo en Rusia desde el año 2000.

En resumen: el periodismo importa no sólo porque es una manifestación de la disidencia, sino porque es una expresión de la pluralidad. Las sociedades abiertas no sólo toleran los puntos de vista alternativos, sino que entienden que los diferentes polos de opinión son el alma de una democracia sana, basada en un gobierno representativo. Por el contrario, las sociedades cerradas desean ejercer el control sobre los canales de información, ya que amenazan la legitimidad y el poder del gobernante o el partido gobernante. No es difícil imaginar cuál modelo es mejor.

En línea

Quisiera ahora referirme a internet y examinar la forma en que ha comenzado a transformar nuestra comprensión del periodismo. Tres cambios son dignos de destacarse. En primer lugar, los periodistas ya no controlan la información ni la recopilación de las noticias ni deciden qué es importante y qué no lo es. Gracias a la World Wide Web, los consumidores pueden, cada vez más, informarse de lo que quieren a través de muchas fuentes diferentes. La web permite a los consumidores vincularse, a través de las redes sociales, y crear sus propios intercambios de información, sin pasar por el filtro de los medios de comunicación tradicionales.

En segundo lugar, los ciudadanos se están convirtiendo en sus propios editores. Cuando buscamos en internet ya no somos consumidores pasivos de noticias. No estamos solamente leyendo historias sino que al mismo tiempo buscamos, como cazadores, respuestas a través de múltiples fuentes. Y aunque los agregadores de noticias son relativamente nuevos, como Google y Yahoo, representan un mundo de diferencia entre la palabra impresa del periódico o la palabra hablada de la televisión o la radio. Dispositivos como el teléfono móvil son los nuevos oídos, los ojos y la piel, con capacidad para tomar fotografías, grabar voces y responder al tacto en tiempo real.

En tercer lugar, internet ha puesto en duda la idea del periodismo como un contador de historias, en palabras de Tom Brokaw, el presentador de televisión estadounidense. Gracias al espacio ilimitado en internet, los sitios web de noticias pueden ofrecer documentos, antecedentes, líneas de tiempo, diapositivas, primicias en video y muchas otras formas de información que todavía no se inventan. La experiencia de los consumidores es más rica, más profunda y más rápida. Y esto ha incrementado enormemente la base de conocimientos de todo el mundo.

Este nuevo mundo digital es un reto y una enorme oportunidad para la prensa establecida. En el Financial Times, en el que hemos sido pioneros en el concepto de la sala de redacción integrada, los periodistas trabajan sin problemas para las versiones impresa y en línea. Segmentamos y armamos nuestra ofertas de noticias globales en los dos medios simultáneamente, las 24 horas. Vemos la web como un complemento esencial de nuestro negocio tradicional, el impreso.

También sabemos que el nuevo periodismo no está exento de deficiencias. Somos concientes de los riesgos de borrar la distinción entre lo que podría describirse como un periodismo “artístico” y otro de “mano de obra”. Por “artístico”, me refiero al periodismo que es propiamente verificado y que ha pasado por una serie de filtros para la precisión, el buen gusto y la legalidad.

El periodismo de “mano de obra” es muy diferente porque se basa principalmente en la opinión en lugar de en hechos comprobados. Podría adoptar la forma de los tweets de Twitter y los mensajes de Facebook en las calles de Teherán, los primeros esbozos de una gran noticia. Este periodismo se encuentra entre la comunidad de bloggers de todo el mundo, quienes cada vez tienen mayor influencia en la imposición de la agenda noticiosa.

Permítanme hacer una advertencia sanitaria. Los bloggers han revelado historias importantes y lo seguirán haciendo. Pienso en Mayhill Fowler, quien reveló las controvertidas opiniones de Barack Obama sobre armas y religión, durante las elecciones presidenciales de 2008. Más cerca, fuimos testigos de una gran primicia de Guido Fawkes, el blogger de Westminster, quien reveló que Damien McBride, un alto asesor del primer ministro Gordon Brown, había enviado mensajes de correo electrónico para proponer una campaña de calumnias contra el liderazgo del Partido Conservador.

Por otra parte, la mayoría de los bloggers no operan bajo las normas de quienes aspiran a un periodismo de calidad. A menudo se complacen con presentar los rumores como hechos, argumentando que los lectores pueden intervenir para corregirlos si están equivocados. Rara vez se dedican a la búsqueda de una noticia original: el pan y la mantequilla son la opinión y sus comentarios. Por su cultura de la inmediatez, frecuentemente les interesa más ser los primeros que estar en lo correcto. Y hay una buena razón para ello. En palabras de Michael Arrington, blogger de tecnología en California, “rápido es barato; exacto es caro”.

Tampoco quiero sonar extremista. El periodismo británico ha premiado la primicia y durante mucho tiempo ha borrado la frontera entre noticias y comentarios. El aumento de los bloggers puede ser el último suspiro de nuestra era de condescendencia, no sólo en la política, sino también en las costumbres sociales de Gran Bretaña, Estados Unidos y donde sea. No quiero decir que la web ha restado valor al periodismo. Por el contrario, ha creado oportunidades para mejorarlo. Las organizaciones noticiosas especializadas tienen la oportunidad de prosperar. La mediocridad se encuentra en más riesgo.

Repensar el modelo

Es vital que las organizaciones tradicionales aprovechen el poder de los nuevos medios para garantizar y demostrar que el periodismo de calidad puede prosperar. Esto requiere un dominio tecnológico, aunque no necesariamente en detrimento del legado de las empresas. Y también se requiere de voluntad para replantear radicalmente el modelo de negocio que ha mantenido al periodismo durante el siglo pasado o más.

Repensar el modelo puede llevar a terrenos peligrosos. The Washington Post se metió en problemas por la idea, mal cocinada, de ofrecer a los lobbyists encuentros con funcionarios de gobierno a cambio de dinero, aderezada por el hecho de que las reuniones tendrían lugar en casa del dueño del Post y en presencia de un editor y otros periodistas experimentados. El plan fue abandonado, después de los daños que causó a la reputación del Post como una empresa independiente y no como un broker.

Un camino mejor es que las organizaciones hagan lo que mejor saben hacer y se enfoquen en lo que las diferencia del resto. Lo mismo puede ser el deporte o la cobertura de celebridades, o simplemente una larga reputación de servir al hombre y la mujer común. Entender en qué se es especial, distintivo y original es el primer paso. El segundo es establecer una plataforma en línea capaz de cobrar por el contenido, ya sea por artículo o por un paquete de suscripción.

El FT ha sido pionero de un modelo en el que un número limitado de artículos se ofrece al usuario en línea como “degustaciones”, antes de que se le pida suscribirse. Registramos un aumento sostenido en los ingresos como resultado de esta estrategia de cobrar por la calidad y las noticias de nicho con contenido global, crucial en un momento de poca publicidad. Muchas organizaciones se están decantando por el cobro de contenidos, como el New York Times, que primero se había inclinado por el acceso libre. Todavía está en el aire cómo funcionan estos modelos y cuántos ingresos pueden generar, pero pronostico que en los próximos 12 meses casi todas las organizaciones noticiosas cobrarán por sus contenidos.

Sin nuevas fuentes de ingresos, el periodismo de calidad se marchitará. Quizá no imaginamos el precio que pagaremos. Un precio que debe medirse no sólo en puestos de trabajo, sino en algo más duradero y valioso. El periodismo forma parte intrínseca de las sociedades libres. Cierto, el periodismo no es perfecto, nunca lo ha sido ni lo será; por naturaleza regularmente es incómodo, sobre todo para el poder. Pero importa y lucharé por él hasta último momento.

Con un periquete le dirán adiós

Hicieron el amor nomás por joder
Arduro Suaves
El escritor tapatío Arduro Suaves (a.k.a Arturo Suárez) falleció el pasado 20 de diciembre
El escritor tapatío Arduro Suaves (a.k.a Arturo Suárez) falleció el pasado 20 de diciembre

Abrimos este post con nuestra obra favorita del maestro Arduro Suaves, quien desde finales del año pasado periquetea en el edén de los justos junto a otros grandes de lo breve y lo acidito. Con motivo de su reciente fallecimiento, y para brindarle un homenaje como corresponde, el Café Morgana invita a toda la humanidad a celebrar, el próximo sábado 6 de febrero de 2010, a partir de las ocho de la noche, al también conocido como Periquetero Mayor (1947-2009). Con la participación especial de Alfredo Sánchez, Jorge Orendáin, Óscar Tagle y Raúl Aceves, la tertulia también tendrá micrófono abierto para los espontáneos. El Café Morgana está ubicado en  Pedro Moreno 1290, entre Atenas y Robles Gil, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México, la Tierra. Ahí está la invitación. Y si usted no sabe lo que es un periquete, Rogelio Villarreal lo explica en el enlace.

Para leer más de Arturo Suárez, vaya al metálico blog de Robotania y sea feliz.

La foto es cortesía de nuestro compañero Marco A.Vargas y el texto fue dictado desde el Más Allá.

Tertulia periquetera en honor a Arduro Suaves (1947-2009). 6 de febrero. 20:00 horas. Café Morgana. Pedro Moreno 1290, entre Atenas y Robles Gil. Entrada libre

El juego del Chavo del 8

chavo-del-8-arcade

Les presentamos un adelanto del que se prevé será el mejor videojuego para la Arcade de 2010. Superará todo lo que hemos visto, cuando una pandilla de adolescentes se enfrente a la sucia tarea de vivir en una vecindad. El Chavo del 8 saldrá de su barril y, en compañía de una camarilla de rufianes, combatirá con la camisa del lumpen las atrocidades citadinas a punta de had?ken y shoryuken.

Vía: Alt-Tab

Banksy sobre hielo

No voy a tirar un rollo por aquí. Seguramente el Dr. Maligno es la persona más indicada para hacerlo, pero él no está por aquí y se me antojó subir estas fotos de una vez. Así que ahí les van.

Se trata de las nuevas intervenciones de Banksy. Esténciles rodeados de nieve que aparecieron en Sundance, so pretexto del festival de cine del lugar.

Disfrútenlas.

SUNDANCE/

SUNDANCE/

SUNDANCE/

Banksy

Banksy

Banksy

Las fotos las tomó Robert Galbraith, de la agencia Reuters.

El pitazo lo dio el también fotógrafo Iván García.

Las pegó aquí Turco Viejo.

Sherlock Holmes y las deudas de Guy Ritchie

Sherlock Holmes

Hay deudas económicas, deudas morales y otras deudas imposibles de saldar, como las intelectuales que más que homenajes o intertextualidades parecen, por lo bajito, arrebatos para salir del paso ante la encrucijada de la creatividad.

Eso le pasa Guy Ritchie y su equipo de guionistas con su eléctrica versión de Sherlock Holmes, en la que toman sin pedir prestado argumentos de Alan Moore y Rubem Fonseca, curiosamente en algunas de las premisas más relevantes de la película.

Cierto, cierto: muchísimas de las premisas de Moore y Fonseca han sido tomadas de la mejor literatura de los siglos XIX y XX, en este caso de Sir Arthur Conan Doyle y otros grandes de la intriga, pero quienes conozcan las obras de Moore y de Fonseca sabrán que ambos autores nunca han esquivado —ni lo harán— el reconocimiento de sus influencias.

(Para dar crédito rápido y continuar con las premisas, los guionistas de Sherlock Holmes, que protagoniza Robert Downey Jr., son Michael Robert Johnson, Anthony Peckham y Simon Kinberg).

[Ojo, spoiler, mucho spoiler]

Premisa 1. Rubem Fonseca: Bufo & Spallanzani
La sustancia para morir un rato

Lord Blackwood ingiere una poción que hará pensar, incluso al más ducho médico de la Corona británica (Dr. Watson), que la horca ha sido suficiente… sólo por un momento. Blackwood —el villano que Holmes debe neutralizar en la cinta de Ritchie— regresa pronto a la vida, para continuar su plan de instaurar un imperio milenario dedicado a la magia negra. La sustancia ayudará a Blackwoord a hacerse pasar por muerto e incrementar su leyenda sobrenatural y diabólica.

En Bufo & Spallanzani (1984), Canabrava sospecha del extraño cobro de un seguro millonario que realiza una viuda joven y hermosa. Canabrava —que después adoptará el nombre de Gustavo Flávio— trabaja en una compañía de seguros y, curioso, sigue el rastro del caso hasta dar con un exótico veneno extraído de un no menos exótico sapo. Se trata de una sustancia que cancela cualquier signo vital durante un periodo determinado, y que permitirá a los estafadores cobrar el seguro. La viudad, el muerto y Canabrava lo saben.

Premisa 2. Alan Moore: The League Of The Extraordinary Gentleman
El misterioso contratista de detectives

En la Sherlock Holmes de Ritchie un misterioso hombre contrata al mejor investigador secreto, de manera indirecta, para conseguir sus fines maquiavélicos. Se trata del escabroso profesor James Moriarty, quien coerciona a la bella Irene Adler para motivar las acciones detectivescas de Holmes.

En La Liga de los Caballeros Extraordinarios, el mismísimo Moriarty, a través de otra persona, contrata al mejor equipo para conseguir su objetivo de agenciarse una poderosa piedra antigravitacional: el cavorite.

Hay que recordar que La Liga de los Caballeros Extraordinarios es un homenaje permanente de Moore al siglo XIX y principios del XX: los protagonistas son la valiente Mina Harker (Bram Stoker: Drácula), el explorador Allan Quatermain (H. Rider Haggard: Rey Salomón), el Dr. Jekyll y su abominable Mr. Hyde (R.L. Stevenson), el Capitán Nemo (Julio Verne), Orlando (Virginia Woolf) y Hawley Griffin, El Hombre Invisible (creación, como el cavorite, de H.G. Wells).


Premisa 3. Alan Moore: From Hell
La ciudad, la estrella y la logia secreta

Guy Ritchie y su equipo basan la resolución del conflicto principal en el descubrimiento lógico-mágico que hace Holmes de los horribles planes de Lord Blackwood, en sociedad criminal con Lord Coward. La pareja maldita, que comparten la titularidad de una logia secreta aficionada a la magia negra, tiene como último objetivo de ataque el Parlamento británico; Holmes lo sabe después de seguir las pistas de asesinatos y dibujar una estrella de cinco picos sobre un mapa de Londres.

La premisa es original de Alan Moore y su excelsa From Hell, sobre la saga de asesinatos de Jack El Destripador. Moore dedica un capítulo entero, el cuarto y quizá el más complejo de la novela gráfica, para desmenuzar la arquitectura londinense y los símbolos masónicos que de ella se infieren. En la novela, publicada entre 1991 y 1996, Sir William Gull, médico de la Reina Victoria, dibuja una estrella de cinco picos sobre un mapa para complementar sus argumentos.

Guy Ritchie debe muchísimo, a Moore, a Fonseca, al siglo XIX, y sabemos que jamás podrá pagar, y menos ahora que demostró que perdió la magia de Snatch (2000) y Lock, Stock and Two Smoking Barrels (1998).

Así son algunas deudas.

Pa los clavados:

Acá, un excelente post sobre la arquitectura referenciada en From Hell y la vida real, en el blog A Yankee in London.

Y acá, una buenísima entrevista (y buenísima foto) con Alan Moore publicada en la revista Vice.

¿Qué le pasa a Maradona?

Nos encontramos esta foto del Pelusa. Y no podemos dejar de preguntarnos: ¿Qué le pasa a Maradona?

A) Le vendieron coca de la mala.
B) Le enseña a los periodistas argentinos qué cara hacer cuando la sigan chupando.
C) Quiere espantar a quienes dicen que es un mal técnico.
D) Sigue burlándose de los ingleses por los dos goles que les dejó ir en México 86
E) Juega con los niños sudafricanos en estos días que fue a conocer las tierras mundialistas.

¿Qué le pasa?

* La foto nos la encontramos en la edición digital del diario As.

Collage Pipenta

 

 Richard Long

 

“Y yo que ya no creía en Dios dejé de creer en la ley de gravedad”

Fernando Vallejo (La Virgen de los Sicarios)

 

Grita el tango y un pie y otro pie delante y de prisa de prisa de prisa que el enojo no espera y no sé de quien huyo, del perro que ladra en la cochera del taller mecánico o de lo que duele hoy mientras camino cruzando la ciudad por la noche y porque sí, que caminar enojado, encabronado, encolerizado e iracundo es contemplar el espacio como una mecha encendida en la mano del guerrillero. Dos audífonos blancos, los viejos tenis y el cabello medio trenzado con liga encontrada en la banqueta para dividir el sudor del ejercicio del sudor caluroso. Aquí ya no hay brisa: sólo algo más que un sofoco y no son las hormonas. La ciudad es un barranco donde todo cae encimándose. Se abre el concreto y en sus adentros se derrumban la pintura blanca que divide los carriles, llantas, carrocería, conductor y dos niños feos riendo desde el asiento trasero; el poste, cables de luz, hotel, restaurante y sus meseros; valet parking, cocina, las ratas de la cocina, salero, árbol de la banqueta, banqueta, perro con correa. Las cosas encuentran sus dimensiones faltantes y las líneas sobre el suelo que indican paso de peatones se levantan para aventarse, pobres suicidas, al fondo del barranco ajustando espacio entre la cama del hotel y un espejo retrovisor. No. En la ciudad ya no hay vacío, es un mito que se inventó el sistema para distraernos de la crisis económica. Recorro una gran avenida, desde La Minerva hasta mi casa por López Mateos y esa cosa extraña que hunde el estómago, esa sensación de vacío que nos comunica… Y hoy mientras se camina encabronado entiendo que el hueco que portamos ya lo llenamos hace cientos de años con círculos, cuadrados y siete u ocho triángulos: la ciudad atiborrada de cosas y colmada de imágenes. Ya pintamos el agujero de todos colores y agregamos un tono gris claro encima para acentuar sus veladuras. “Separado de él y en él hundido recuerdo que lo llevo todo el día como cárcel de fiebre que me oprime, como labios que dicen otras frases, como instinto que burla mis deseos (…) yo lo percibo como carne intrusa como dolencia de una llaga ajena, cómplice de un destino que no entiendo, mudez que no lesiona mi palabra, verdugo en anestesia secuestrado.” Elías Nandino (Nocturno Cuerpo). Soy la luz amarilla y mugrosa bajando del poste, incandescente. Así cruzo la calle y aviento lo que me queda de dignidad y de memoria, al fin y al cabo en la ciudad ya ni las usamos.

 

Texto de: Dolores Garnica.

Imagen de: Richard Long, escultor, escritor y pintor inglés. Uno artistas visuales adscritos al Land Art. El trabajo de Long consiste en caminar dejando un rastro visual de su recorrido, a veces en línea recta, en espiral o en círculos. Pieza: «A line made by walking», Inglaterra, 1967.

 

Las noticias más relevantes de 2010

Este listado debería publicarse el próximo mes de diciembre, cuando ya se hayan producido estos hechos, pero quiero adelantarme un poco y presentarles, de una vez, las noticias más relevantes de este año 2010.

1. Creció la brecha digital en México

La inacción e ignorancia de las autoridades, la rapacidad de los proveedores de internet, la ceguera del sistema educativo, la crisis económica y la marginación. El coctel ha estado servido siempre para incrementar la brecha y el analfabetismo digitales. No se trata únicamente de acceso a la tecnología, sino de condiciones intelectuales para controlarla y usarla en beneficio de una mejor calidad de vida.

Por enésimo año consecutivo, en 2010 se profundizó la brecha digital en México, a pesar del ligero crecimiento en la penetración de internet en los hogares que detectó la Amipci (Asociación Mexicana de Internet, @amipci en Twitter). No se puede comparar a la ligera, pero hago aquí el ejercicio bastardo: Estados Unidos registra una penetración de 74.1 por ciento, mientras que en México es de 22 por ciento (27.2 en el registro de Cofetel —la liga lleva a un XLS—; 27.6 en el de Amipci).

Información para tramitar la visa a Estados Unidos, documentación para el pago de tenencia u otros servicios administrativos, referencias sobre oferta y trámites educativos, noticias, software para la administración de las finanzas familiares. Tener computadora y acceso a internet, y saber usarlos, no son un lujo, sino una necesidad, ya sea en zonas urbanas y rurales.

2. Se popularizó la navegación móvil en México

Los dispositivos móviles con acceso a internet se asentaron por fin en México. Tres años después del lanzamiento del iPhone, el teléfono inteligente por excelencia (se puso en el mercado el 29 de junio de 2007); la popularización de las señales Wi-Fi en las zonas urbanas, y la masificación de los servicios de telefonía 3G, la tendencia se volvió irreversible y para este diciembre registramos un incremento en las ventas de teléfonos y otros dispositivos con acceso a internet.

La navegación móvil y la conexión permanente pueden certificarse en las estadísticas de los sitios web, que mes tras mes registran mayores accesos desde terminales móviles que de terminales fijas; en las estrategias de venta y promoción, que atacan este mercado como si se tratara del último bistec sobre la Tierra, y en la oferta de servicios destinados exclusivamente a este tipo de dispositivos.

La App Store, la tienda de aplicaciones para el iPhone de Apple, alcanzó las cinco mil millones de descargas (cinco billones, en número estadounidenses); Google Android se volvió el segundo software más utilizado en teléfonos móviles, y Firefox Mobile, el navegador de la familia Mozilla, cerró el año con un estupendo lanzamiento.

3. Internet se volvió una nube

A pesar de los riesgos que implica, la “nube” se volvió todo en internet. No solo con la sustitución de la mitad de las aplicaciones que antes instalábamos en nuestro disco duro, sino por nuestra dependencia a servicios que sólo existen en línea, como los clásicos de la familia Google o todas las aplicaciones de redes sociales. The cloud computing, la “nube”, pasó a formar parte sustancial de nuestras actividades digitales: en internet tenemos nuestra agenda telefónica, nuestros archivos más importantes, los inventarios de la empresa, nuestros registros contables, nuestro historial académico.

El riesgo de la “nube” son los altibajos de la proveeduría del acceso a internet o los propios vaivenes de las aplicaciones en la “nube”, que impiden a los usuarios acceder a su data personal. Un caso ejemplar es el de Twitter, que aún no logra controlar las caídas de su servicio, la mayoría de las veces por exceso de tráfico, ni los ataques directos de agentes externos, ya sea a la portada del sitio o a otros puntos del dominio. Otro caso es el de Gmail, que aunque tiene pocos desperfectos cuando falla logra crear buena hecatombe entre sus usuarios.

De cualquier forma, 2010 dejó en claro que la “nube” en internet lo es todo: servicio, almacenamiento, streaming, comunicación, entretenimiento.

¿Discos duros? La tendencia los quiere dar por muertos. A mí llámenme old fashion: acabo de estrenar un Western Digital de cinco terabytes. Está divino.

Acá están las premoniciones que hice para 2009.

Este artículo se publicó en la revista KY de enero de 2010. Acá está el blog de la revista KY en Composta.net.

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La normativa del Correo de Público-Milenio

El domingo 10 de enero, el Defensor del Lector de Público-Milenio, Juan Carlos Núñez, me hizo el honor de citar la investigación que realicé entre febrero de 2005 y agosto de 2008 para normar la participación de los lectores en la sección Correo.

Juan Carlos utilizó la investigación, con la que me titulé como licenciado, para su artículo “Insultos en Correo”, motivado por el reclamo de Luis González de Alba de una carta firmada por Alfredo Menchaca y Arcadia Lara, “en la que los lectores expresan su opinión en torno a la gestión de Felipe Calderón. La misiva comienza con un juego de palabras escatológico con el que se refieren al presidente y a su gabinete”.

Desde que terminé la investigación no había vuelto a sus páginas y, como todo, estoy convencido de que es perfectible: en su momento me sirvió para titularme de la Licenciatura en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la Univa. Hoy creo que le hace falta una buena revisión, sobre todo después del acelere en las redes sociales de internet, que se mencionan en el documento, pero sin la profundidad y el alcance que ahora ostentan en México y, en particular, en Guadalajara (Facebook, Twitter, blogs).

Publico el documento, algo que debí hacer en agosto de 2008, cuando me titulé con Rubén Alonso, Yadira González y Sergio René de Dios Corona como sinodales. Espero que sea de utilidad para alguien. Si lo es, agradeceré muchísimo sus comentarios.

Éste es el link a un PDF y, si no quieren abrirlo, copio el índice de contenidos y la bibliografía (dale clic al Continue reading de más abajo).

La imagen de este post es el escaneo de una postal enviada desde Puerto Rico. Una bonita historia de las muchas que viví como editor de la sección Correo. Puedes leerla aquí.

La elaboración de una normativa para la publicación de las cartas al director del Público-Milenio

Índice

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De vuelta a las canchas

Foto de Miguel Hidalgo en su oficina, organizando el Torneo Bicentenario

Van apenas dos semanas del año y, la verdad, aquí ya nos tienen hasta la madre con el sobado Bi-Centenario de la Independencia y la Revolución. Y para seguir haciendo el caldo gordo, resulta que vamos a tener el Bicentenario hasta en la cancha: el torneo que hoy arranca, que debía ser el Clausura 2010, ostentará el flamante nombre de Torneo Bicentenario (previsibles y cursis como son en la Femexfut, suponemos que el campeonato que inicia en agosto se llamará Torneo Centenario).

Como sea, el caso es que hoy vuelven las patadas de primera división en el futbol nacional. Como cada seis meses, los equipos se reforzaron —o al menos lo intentaron— y ya están listos para volver a luchar por meterse a la liguilla, para luego luchar por quedarse con el trofeo. La vida, circular, se repite sin parar.

Algunas cosas que deben tener en cuenta algunos de los equipos:

Cruz Azul: quedar bien con sus seguidores y, al menos, regalares otro subcampeonato, al fin que y son expertos.
Chivas: demostrar que de verdad el Bofo es la solución y que Ramoncito estorbaba. Y procurar regresar a la liguilla, que hace mucho no aparecen por ahí. Por cierto: no se les olvide que tienen una Libertadores pendiente.
América: cosechar otro fracaso para seguir haciendo escuela.
Pumas: perder los primeros diez partidos para ver si, ahora sí, por fin corren al Tuca Ferreti.
Toluca: recuperar el paso al que nos tenía acostumbrados y que terminó por perder a finales del torneo anterio.
Atlas: hacer todo lo posible por no descender. Del campeonato, olvídense: hay cosas que no son (ni serán) para ustedes.
Tigres: hacer todo lo posible por no descender. Y por ser opacados, otra vez, por el Monterrey.
Monterrey: defender su campeonato y pasearse por Sudamérica haciendo un papel medianamente, sin Suazo, en la Libertadores.
Querétaro: hacer todo lo posible por no descender. Hacer todo lo posible por no descender. Poner buena cara cuando desciendan.
Estudiantes (los Tecos, pues): aprender a jugar en la Libertadores. Bueno, aprender a jugar.

Y ya. El resto de los equipos estarán ahí, a veces ganando, a veces perdiendo, pero sin hacer cosas significativas. Pachuca no será igual sin el Chaco, Santos no pinta, el Morelia del torneo anterior fue más bien chiripa, el Puebla vive de los milagros que le hace San Chelís… en fin. Vamos a ver cómo se va poniendo el torneo. Por lo pronto, sólo queda decir: que la bola ruede.