Si usted tiene una duda existencial que le carcome las entrañas o simplemente quiere divertirse un poco, no dude en darse una vuelta por el stand de El Ilustradero, ubicado al fondo del área internacional de FIL. En este amplio stand usted encontrará un singular oráculo con apariencia de tómbola y exposición pictórico-literaria al mismo tiempo.
Sírvase usted de tomar al azar una de las pelotitas de hielo seco numeradas que se encuentran dentro de la bola de cristal que encontrará justo al lado de la tiendita de este colorido lugar, consulte el número que le tocó y proceda a buscar la ilustración y el texto que correspondan: la respuesta será –como en todo oráculo que se respete– tremendamente críptica e indescifrable.
Si usted es propenso a la sicosis, no lo intente y limítese a admirar la técnica, a veces impecable de varios de estos autores, o tortúrese con los precios estratosféricos de los magníficos libros ilustrados y novelas gráficas con las que puede toparse en el stand vecino: el de editorial Azteca.
Vean de lo que hablamos
Tormentos de letras e imágenes: Diana Martín