El señor Cheech Marin (Los Ángeles, 1946) colecciona arte chicano desde 1985. De hecho, es poseedor de la mayor colección de arte de este tipo en el mundo. Para Marin, lo que define esta forma de expresión es la síntesis que logra de la experiencia mexicana yuxtapuesta con la americana. Actor, guionista y escritor (en 2011 lanzará su libro autobiográfico, Las crónicas de la Chimichanga), es conocido en todo el mundo por su trabajo como comediante en la pantalla grande, destacando el dueto cómico Cheech and Chong, que formó con Tommy Chong y cuyas rutinas giraban alrededor de la vida hippie en los años setenta y ochentas. Además, es el protagonista de la película Born in East L.A., que él mismo escribió y dirigió.
Marin es un de los invitados de Los Ángeles en la FIL y, sentado en el Café Literario del encuentro librero, habla de su experiencia como mexicano-americano, salpicando su inglés con palabras en español, un reflejo de su experiencia multicultural. “Algo que define a la migración mexicana es que la encuentras en todos los estados de la unión americana. Los mexicanos están presentes en todo el país. Esta presencia será crucial en 20 años, ya que todos sabemos cómo nos encanta hacer bebés”.
“Me considero un hombre muy curioso, quiero saber de todo, me interesa la política, el arte, los deportes”, comenta. Y al hablar del arte chicano, su voz se torna seria pero apasionada: “La gente piensa que el arte chicano, para serlo, debe tener pinceladas gruesas, caras pintadas de forma burda. Pero no necesariamente: la identidad chicana evoluciona todos los días. Ser chicano no es una etiqueta que te pongan, es algo que tú asumes, es decirle al mundo que tienes un espíritu rebelde y que nadie te interpretará. Me encantan los artistas que usan el pincel y que no lo dejan. ¿Qué es un pincel? No es más que pelo en un palo, pero es una llave que abre un mundo enorme. Los artistas callan y lo absorben todo para después sacarlo”. Entre los artistas favoritos de Marin se encuentran Carlos Almaraz, Patsy Valdez, Ricardo Ruiz y Vincent Valdez. El actor se ha convertido en promotor de un arte que hasta hace poco tenía la etiqueta de políticamente incorrecto y era muy difícil ver en galerías o museos.
Sobre la legalización de la marihuana, Marin es contundente: “Hay más tiendas de marihuana para uso medicinal en Los Ángeles que nunca. Tiene, evidentemente, más beneficios que la cerveza, menores consecuencias para la estructura familiar que el alcohol. No entiendo el puritanismo de los políticos en Estados Unidos cuando todos la han probado alguna vez. ¡Por dios, Obama era un surfo en Hawai, claro que la usó! Que metan a un chico a la cárcel por fumarse un gallo es una pendejada. Los beneficios en el rubro de impuestos que traería la legalización solucionarían muchos problemas. No se quiere reconocer que Estados Unidos no funcionaría sin el trabajo de los latinos ni sin la hierba”.
Cheech Marin se considera afortunado de que muchas veces lo hayan visto como una simple mosca en la pared por sus orígenes carentes de una educación formal. “Cuando la gente piensa que no sabes inglés, dice muchas cosas frente ti y te enteras de todo”, dice con un guiño. “Tomar las experiencias, digerirlas y hacer algo diferente con ellas es la experiencia inmigrante por excelencia”. Queda claro que Marin es tan artista como cualquiera de sus admirados pintores. Y tan pacheco también.
humillo letroso: Diana Martín/get high pictures: Tania Ochoa