IBBY México: 30 años de ser la fábrica de lectores

En noviembre de este año, la asociación A Leer IBBY México cumplió 30 años de labor ininterrumpida en el fomento y la promoción de la literatura para el público infantil.

En ceremonia realizada ayer, en la que estuvieron María Medina, presidenta del Banco del Libro de Venezuela; Eva Janovitz, promotora de lectura, editora y docente de IBBY; Patricia Van Rhijin, directora de la editorial Cidcli, y Juan Villoro, escritor, el director de IBBY México, Bruno Newman, rememoró los orígenes de esta institución:

“Hace 30 años no había libros para niños y jóvenes en México. De ahí surgió la inquietud de echar a andar esta agrupación, nacimos bajo el nombre de Asociación Mexicana para el Fomento del Libro Infantil y Juvenil. Después, nos afiliamos a IBBY Internacional, y junto con la SEP, organizamos la primera Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil que acaba de celebrar su edición número 29.

«En aquel entonces, muy pocos producían libros para niños y jóvenes, no había dónde encontrarlos en las librerías. Comenzaron a aparecer varios proyectos para promover este tipo de literatura, entre ellos, el premio Antonio Robles para ilustradores.

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Con la participación de gente como Carlos Pellicer, Rebeca Cerda y Patricia Van Rhijin, se organizaron talleres, diplomados y muchas actividades orientadas a profesionalizar la promoción de la lectura”.

Desde entonces, A Leer IBBY México tiene una oferta de programas entre los que destacan la Guía de libros recomendados, la cual se edita desde hace 27 años con el patrocinio de Conaculta y sus mas de 40 bunkos o bibliotecas comunitarias distribuidas a lo largo de todo el país en zonas marginadas, como la sierra Lacandona, la zona Tarahumara y los centros de readaptación social para jóvenes, donde no sólo se promueve la lectura sino también la escritura.

Desde hace cinco años pusieron en marcha el programa ÉntraLEE, en el que trabajan con chavos de secundarias públicas del Distrito Federal. Este año terminarán con 28 mil 500 niños en escuelas primarias oficiales, tanto en la capital del país como en el estado de Oaxaca, leyendo 32 libros al año. Este es un programa que desean hacer crecer exponencialmente en año entrante.

“En IBBY México sabemos que el reto sigue siendo enorme, pero las experiencias tan gratificantes que hemos recibido a lo largo de tantos años hacen que todo valga la pena. Los primeros 30 años de IBBY en México son sólo el prólogo”, comenta Newman.

“Los que son capaces de crear un mundo más amable son los que pueden soñarlo. El trabajo que IBBY México realiza en la promoción de la lectura es un paso hacia la creación de ese mundo soñado, esa realidad que imaginan”, dice María Medina, presidenta del Banco del Libro de Venezuela.

“Hablar de tiempo en un proyecto de lectura es algo muy importante. Para quienes comenzamos en esto de promoverla, sin ningún tipo de preparación, encontrar un lugar como IBBY, donde podíamos capacitarnos, fue algo muy importante, ellos marcaron un inicio en la preparación de profesionales”, recuerda Eva Janovitz, promotora de lectura de IBBY.

Patricia Van Rihijin, directora de la editorial Cidcli, próxima a cumplir también 30 años de vida, casa pionera en la publicación de literatura dirigida a niños y jóvenes en México, habla de IBBY desde la experiencia de las editoriales:

“Evidentemente, si había promoción de la lectura, había que hacer libros para el público que ambas instituciones estábamos buscando. En ese momento no había en nuestro país escritores para niños, así que comencé a invitar a los profesionales de la palabra escrita a que hicieran libros infantiles. Así fue como poco a poco, mientras IBBY hacía su trabajo promoviendo la lectura, nosotros hacíamos el nuestro publicando libros adecuados. Fue un trabajo como de hormiga, pasamos tiempos muy complicados durante los cuales vivimos de milagro. Ahora es muy estimulante ver el resultado de tanto esfuerzo”.

El escritor Juan Villoro recuerda aquel momento, hace 25 años, en el que Van Rihjin le propuso escribir un libro para niños. “El libro se llamó Las golosinas secretas, las ilustraciones las hizo el en ese momento jovencísimo artista plástico Gabriel Orozco. Hay una enorme dificultad en escribir para niños, son los lectores más exigentes e inteligentes que hay. La imaginación infantil es desaforada, barroca, compleja; pero al mismo tiempo profundamente lógica. Si uno escribe cosas que se salgan de los planteamientos, de las reglas que uno mismo ha establecido, el niño lo advierte de inmediato y deja el libro.

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«Creo que la mejor manera de promover la lectura es contagiarla. Se ha dado un fenómeno interesantísimo en estos 30 años: los niños leen más que los adultos. Esta transformación ha tenido mucho que ver con la labor de IBBY. Creo que estamos en una circunstancia extraordinaria, no sólo para que IBBY refuerce la literatura infantil, sino también para cambiar esa percepción de que los autores de libros para niños realizan una suerte de servicio social, como si lo que hicieran no fuera verdaderamente valioso para la cultura, y no es así, la literatura infantil es la fábrica de los lectores futuros, es la literatura de la esperanza. Tenemos de genios lo que conservamos de niños”.

Sito de IBBY México

Texto y fotos: Diana Martín