Sergio Olguín, V Premio Tusquets de Novela

Olguín, con la estatuilla diseñada por Joaquín Camps que forma parte del premio
Olguín, con la estatuilla de Joaquín Camps que forma parte del premio

Sergio Olguín es autor de las novelas Lanús, El equipo de los sueños y Springfield. Sergio Olguín es periodista, tiene 67 años y nació en Buenos Aires. Sergio Olguín fue el editor de la revista V de Vian, que durante nueve años (de 1990 a 1999) rindió tributo al autor de La espuma de los días y La hierba roja. Sergio Olguín es el ganador del V Premio Tusquets Editores de Novela, que cada año, desde 2005, se falla en la FIL. Y esta de visita en Guadalajara. Luego de ser declarado desierto en 2008, el jurado de esta año (presidido por Juan Marsé e integrado por Jorge Edwards, Élmer Mendoza y Beatriz de Moura, otorgó por mayoría el galardón a la novela Oscura monótona sangre, que el escritor argentino envió con el seudónimo Óbelix.

Respecto al manuscrito de Olguín, los miembros del jurado valoraron «la sabia estructura y la magnífica resolución de una trama de obsesión y doble moral, de pasión y conflicto social, en la que se ve envuelto el protagonista, un hombre ejemplar hecho a sí mismo, dispuesto, no obstante, a traspasar todos los límites por una relación inconfesable». El Premio Tusquets Editores de Novela está dotado con 30 mil euros y, en su quinta edición, los jueces declararon finalista al español Willy Uribe (por su manuscrito Cuadrante Las Planas), quien recibirá diez mil euros en anticipo por derechos de autor. De visita en Guadalajara, Sergio Olguín conversó acerca del galardón, de su libro y su oficio literario. Aquí, sus palabras.

Sobre el premio

Siempre soñé con venir a la Feria [Internacional del Libro de Guadalajara], pero nunca me había imaginado que iba a llegar de esta manera. Así que estoy muy feliz. El premio significa el momento más importante, hasta ahora, en mi carrera como escritor. Oscura monótona sangre es una novela de cambio muy fuerte con todo lo que venía escribiendo: generalmente trabajaba mucho más con el humor. En este caso no lo hice y fue un desafío muy grande escribir algo tan distinto a lo que venía haciendo. Y que esto haya sido reconocido por un jurado como el que entregó el V Premio Tusquets Editores de Novela es un orgullo y, a su vez, me marca como una línea a seguir.

Sobre el humor

El humor sigue saliendo siempre. Lo voy a retomar. Lo que pasa es que es un género bastante difícil, pero a la vez una tentación permanente. Después del primer libro de cuentos, que eran bastante terribles, vi que no podía narrar si la historia no tenía humor. Y me costaba contar una historia que pudiera desarrollar sin necesidad de recurrir al humor. Este fue el desafío de esta novela: por el tipo de historia, era una novela en la que no había espacio para ese humor. Yo creo que el humor surge, sobre todo cuando me dedico más a la literatura juvenil.

Sobre el “plagio”

El hecho de que Lanús y El equipo de los sueños, que fueron mi primera y mi tercera novela, funcionaran muy bien, y donde el fuerte está en el humor, me hizo temer repetirme. Tenía miedo de empezar a utilizar una fórmula o usar, siempre, los mismos procedimientos literarios. Yo soy un admirador profundo, casualmente, de un autor de Tusquets: Georges Simenon. Creo que haber leído todas sus novelas se asimiló. de alguna manera, en lo que yo escribía. Intenté un plagio. La novela intenta ser un plagio absoluto a Simenon. No sé si me haya salido, pero creo que ese estilo seco, esa mirada dura ante la realidad que tiene Simenon estaban jugando, estaban funcionando en mi cabeza a la hora de escribir Oscura monótona sangre. Son novelas donde los personajes construyen su propio destino negativo.

Sobre el protagonista

Es una novela oscura, como bien dice el título. Es una novela negra, sobre la caída de una persona, Julio Andrada, que es bastante característica de lo que fue y de lo que es la Argentina. Es un apersona que tuvo un ascenso social a partir del trabajo en una fábrica, una empresa que heredó de un señor con el que trabajaba. Después de los sesenta y setenta, años en que la Argentina funcionaba industrialmente, este hombre sabe adaptarse a los nuevos del neoliberalismo de los ochenta y los noventa y apuesta a otra cosa: al préstamo de dinero y otro tipo de negocios que lo convierten en un señor burgués con mucho dinero. Es una historia sobre el ascenso y la caída de un personaje. Yo diría que es una trama como policial, aunque acá no hay que buscar al asesino, sino las causas que llevan a este personaje a hacer lo que hace. Es una novela policial al revés.

Sobre la estructura

Las novelas impares me salen con buena estructura y las pares con mala estructura. Lanús y esta son novelas impares. Creo que tiene que ver con que la novela está armada a partir de escenarios. La primera parte transcurre en lo que nosotros en Argentina llamamos una villa miseria, después transcurre en un edificio de un barrio tradicional de Buenos Aires, luego en una fábrica en Lanús, que es donde yo me crié, y finalmente en la calle. La novela toma la calle, que es algo que me gusta describir.

Sobre su generación

[La generación anterior a la mía] negaba todo lo que tenía que ver con la política y la sexualidad. Sobre todo la sexualidad, que es lo que más nos interesaba. La revista V de Vian fue rescatar lo que había de sexo, lo que había de literatura y, sobre todo, lo que había de política en el sexo. Un componente que según nosotros quedaba fuera de lo hecho en los sesenta, donde lo sexual tenía un carácter machista que nosotros no compartíamos.

Sobre “las grandes ligas”

No creo en esto de las grandes ligas. Todo es muy efímero en la literatura. Creo que esto se sostiene con el trabajo a lo largo de los años. Y es algo que desde hace mucho vengo haciendo con mucho placer. Sin duda el Premio Tusquets implica un quiebre positivo muy importante en mi carrera como escritor. Soy una persona que no se conforma con un solo oficio. La literatura es mi pasión, pero también el periodismo y la posibilidad de editar a otra gente. Así que siempre tengo como divididas mis actividades en muchas cosas. Y sin duda esto me acerca más al terreno de la literatura.

texto: Mariño González/foto: Tonatiuh Figueroa