Para Peter Kuper (Nueva Jersey, 1958), ilustrador y cartonista político que ha colaborado por igual en publicaciones como Newsweek, Time, The New York Times y MAD (revista en la que desde 1997 dibuja la tira Spy vs. Spy) y autor de numerosas novelas gráficas (entre las que se cuenta una soberbia adaptación de La metamorfosis, de Franz Kafka), el frenético ritmo de trabajo se volvió algo intolerable en 2006, cuando, harto del gobierno de George W. Bush y de la cultura consumista de Estados Unidos, decidió viajar con su esposa y su hijita al estado de Oaxaca en pos de una pausa, un escape.
“También buscaba darle a mi hija una experiencia similar a la que viví en 1969, cuando mi padre se tomó un año sabático y vivimos en Israel por un año. Esa vivencia sacudió mi limitada cosmovisión: la existencia de una vida más allá de las fronteras de Estados Unidos adquirió perspectiva. Mi esposa y yo también queríamos que nuestra hija estuviera expuesta a otro lenguaje y otraq cultura. La elección del lugar se dio porque lo conocía de visitas anteriores”, comenta Kuper. La entrevista transcurre entre dos lenguas, y sus respuestas fluyen en un español salpicado de expresiones en inglés.
Se trasladaron sin investigar lo que, en ese momento, estaba pasando en Oaxaca. Kuper y su familia arribaron en medio del conflicto de la gran huelga de maestros: los campamentos y las protestas se encontraban a lo largo de la ciudad, y trasladarse del aeropuerto a su nuevo barrio supuso sortear las barricadas de los huelguistas. “Para mí, Oaxaca es un dibujo de México. El conflicto es algo terrible, pero me consideré afortunado de estar ahí en ese momento. Yo, como ilustrador político, tuve el privilegio de registrar a mi manera los sucesos. Comencé a enviar información a varias partes del mundo, información que no existía en muchos periódicos”.
Para el artista, ir a Oaxaca fue la elección perfecta. Y es que el registro escrito y pictórico que Peter Kuper realizó sobre una ciudad sumida en el conflicto es sólo una parte del caleidoscopio que abarca su último libro: Diario de Oaxaca, publicado por la editorial Sexto Piso con introducción de Martín Solares. Las ilustraciones, con sus líneas absolutamente espontáneas, de una expresividad contundente que sólo otorgan la premura de la ejecución, la maestría de años de oficio y la humildad de las técnicas –acuarelas, tintas y lápices de puntas multicolores– nos llevan, página a página, por una visión conmovedora no sólo del conflicto, sino de los parajes, las tradiciones, la gente, la fauna y la flora del estado de Oaxaca.
“Cuando los niños me veían trabajar se acercaban e incluso tocaban mi cuaderno. Encuentro que el pueblo de México gusta mucho de las imágenes, tal vez porque su primera lengua tuvo esta forma, con los códices. Es fascinante cómo encuentro el uso de estos elementos en todo lo que hacen, en todos los niveles sociales, en la artesanía, en las tradiciones, los graffitis. Encuentro esto muy interesante para mi corazón, sobre todo después de tantos años de dibujos políticos. La era de Estados Unidos con Bush fue realmente horrible, y no había suficientes dibujos para combatirlo. En México, los dibujos son parte de todo, de la lucha. Me sorprendió ver la cantidad de imágenes de las personas que murieron en el conflicto de Oaxaca y que aparecieron en las paredes, los retratos y las esculturas, en el Día de Muertos. En México aprendí lo importante que es el arte, otra vez, y que el arte es parte del corazón ”.
De esta manera, el curtido ilustrador político encontró una fuente de renovación para su trabajo e incluso para sus sueños de niño: “Cuando era pequeño me fascinaban los insectos y la entomología. En Estados Unidos, debido a los cambios de temperatura y la contaminación, hay cada vez menos especies de bichos. En Oaxaca renové mi interés en el tema al estar en contacto con tantas especies. Incluso en el espacio pequeño de nuestro jardín, fui niño otra vez ”. Peter Kuper dice no creer en Dios ni en la predestinación; sin embargo, se siente afortunado de haber estado “en el momento correcto en el lugar correcto. Los cambios pasan quieras o no, es como una montaña rusa: de ti depende si vas colgado y gritando en la parte de atrás o hasta adelante, elevando los brazos y disfrutando del viaje. Me siento honrado de haber sido testigo de la historia ”.
Al hojear Diario de Oaxaca, con sus ilustraciones capturando aquello imposible de aprisionar en una foto, como instantáneas de una realidad a veces dura, a veces hermosa, pero siempre colorida, queda claro en qué parte de la montaña rusa iba Peter Kuper.
Diario de Oaxaca (Sexto Piso, 2009), de Peter Kuper, se presenta este domingo 29 de noviembre, a las 18:00 horas, en el Salón A del Área Internacional de la FIL.
Texto y fotos: Diana Martín