La ceremonia que abrió la Feria Internacional del Libro, con la entrega del Premio FIL 2009, no fue una tradicional. A las once de la mañana de este sábado, en Expo Guadalajara, no hubo abucheos a gobernadores ni demasiadas ceremonias políticas, aunque desde el presidium más de ocho personas observaban a más de dos mil esperando ya recorrer la fiesta del libro más grande del continente o aplaudir a Rafael Cadenas, el premiado este año.
“Es la metrópoli y el sensor indiscutible del pulso cultural de Norteamérica, Los Ángeles es muchas ciudades en una”, dijo Raúl Padilla López, director de FIL, sobre la ciudad invitada este año. “La identidad de un pueblo se define en las palabras de sus poetas, los sonidos de sus músicos y las imágenes de sus artistas visuales”, dijo Antonio Villaraigosa, alcalde de Los Ángeles, ciudad invitada de honor a la FIL 2009, y lamentablemente será difícil citar algo de la ponencia de Rodolfo Castañón, encargado de presentar a Rafael Cadenas, que su voz era más barullo que discurso (da clic para escuchar un fragmento de Cadenas ante los medios de comunicación).
(En la imagen, Raúl Padilla López, presidente de la Feria Internacional del Libro)
Después la entrega de placa y de cheque y de premio y de varios apretones de manos, el discurso que se esperaba breve del tímido Rafael Cadenas sorprendió por su pulso conciso, severo y poético: “No me gusta decir nombres pero sabes de quién estoy hablando”, dijo en la rueda de prensa el poeta venezolano al preguntarle sobre el destinatario de sus palabras durante la premiación: “La poesía contrarresta la pesadilla de la historia. La poesía esta dentro y fuera de la historia. Ama a la justicia pero quiere que se acabe la violencia, sabe lo que mueve a los héroes ante la práctica democrática faltante de pedagogía democrática”.
Rafael Cadenas regresará a Venezuela después de sus fuertes declaraciones, contagiosas y comprometidas, luego del diagnóstico sobre la poesía actual donde “desaparecieron los moldes tradicionales, donde ya no hay las estrofas que conocíamos, donde el poeta tiene completa libertad” y después de recibir el Premio FIL 2009 casi a regañadientes: “Me gusta pasar inadvertido pero esta vez no pude lograrlo; de nuevo tengo que dar las gracias, palabra que he usado mucho últimamente”.
Texto: Dolores Garnica
Foto 1: Michel Amado/FIL
Fotos 2 y 3: Juan Carlos Luna
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