Las tradiciones se construyen paso a paso. Y la revista literaria Luvina ha ido construyendo una con el paso de los años: la de dedicar su número final de cada año al invitado de honor de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Y este año, por eliminación directa, le toca turno a Los Ángeles. Así pues, las páginas de la publicación abren espacio al mosaico cultural que, ya se ha dicho reiteradamente, representan las artes —en este caso la literatura— de la ciudad californiana.
Pero, ¿qué es la literatura angelina? ¿Se puede hablar de un sello distintivo en una ciudad que está armada con gente de varias ciudades? Silvia Eugenia Castillero, directora de Luvina, responde a las preguntas: «La literatura de Los Ángeles se disintugue por estar nutrida de una variedad de culturas. Está el movimiento chicano, están los orientales, hay gente de todos lados. Es una literatura heterogénea y rica por sus influencias». Y todo eso queda plasmado en una entrega donde lo mismo aparecen autores consagrados que nuevos creadores —si no lo creen, basta echar un vistazo a la portada que acompaña este post—, todo contenido en 220 páginas a las que hay que sumar la sección Páramo y el dossier de artes plásticas dedicado, en esta ocasión, a Ed Ruscha.
Cuando se ha trabajado durante un año completo y el resultado es de altos vuelos, no hay lugar para la modestia. No, al menos, para la falsa. Por eso Silvia Eugenia Castillero no tiene empacho en declarar: «El número está muy bueno, perdón que yo lo diga». Y es que, añade, además de los autores también están los traductores, entre los que se encuentran José Emilio Pachecho, Julio Trujillo, Luis Zapata, Hernan Bravo Varela, Gabriel Bernal Granados. En resumen, Luvina es una ventana para asomarse a «una literatura viva, arreiesgada, que proyecta los contrastes que se viven en esa ciudad, una ciudad muy asombrosa y donde se da una literatura de muy alto nivel».
Si quieren su Luvina, es cuestión de apersonarse el domingo 29 de noviembre, a las 19:00 horas, en el salón José Luis Martínez de Expo Guadalajara. Para que, como la revista, se pongan literariamente pochos.
Texto: Turco Viejo. Imagen: cortesía Luvina.