A chupar a otra parte

Se acabó. Después de perder contra el América, de ser humillados por el Morelia, de arrastar por la cancha un estilo sin estilo, defensivo y timorato, de dejar a las Chivas peor que como las encontró, hoy Raúl Arias fue destituido como director técnico del Guadalajara. Un despido que prácticamente estaba anunciado desde su contratación.

La de Arias en Chivas será una de las eras más fugaces y, a pesar de ello, más deslucidas. Lo dijimos y lo reiteramos: con él en el banquillo los rojiblancos no jugaban a nada. Todo aquello de la filosofía chiva que tanto profesa Vergara se volvió una patraña. Y con la contratación de Rafael Lebrija el despido de Arias era cuestión de tiempo. Y ese tiempo llegó. Al final de cuentas, el único ganón fue el ahora desempleado, ya que la cláusula de recisión de su contrato estipulaba que, en caso de ser cesado, le tendrían que pagar de chingadazo los tres años que tenía de contrato.

Ayer, el ex director técnico rojiblanco se aventó esta perla, que parece ser la que, al final de cuentas, le costó la cabeza. La echó en una rueda de prensa, cuando uno de los reporteros le preguntaba insistentemente sobre el mal partido ante Morelia.

«Tranquilo, no te pongas nervioso hijo, estamos chupando tranquilos».

Y sí: lo mandaron a chupar, pero a otro lado.

Raúl Arias

Un comentario sobre “A chupar a otra parte”

  1. Una perlaza, para tronarle en la cabeza al «revolucionario del futbol», el sujeto ese que acaba de cumplir siete años en la presidencia del club.

    feliz aniversario!

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