La carne es débil

Se llama Martín Galván. Es jugador de fútbol. Debutó con el Cruz Azul a los 14 años y es, desde hace algún tiempo, el jugador más importante de la Selección Mexicana Sub-17 (es decir, de los morros que tienen menos de 17 años de edad). Y es, también, el protagonista de la más reciente polémica en el mundo deportivo.

No hace mucho posteamos por aquí el caso de Yahel Castillo, clavadista mexicano que llegó borracho a un competencia durante la Universiada Mundial de Belgrado. En ese entonces comentamos que las farras de los deportistas mexicanos eran muy comunes. Pues bien, ahora nos hemos enterado de que el pequeño Martín Galván fue expulsado de la Selección Sub-17 por cometer una indisciplina. Pero, a diferencia del caso de Yahel, Martincito no se fue de copas. No, al menos, de las beber. Pero dejemos que sea él quien les diga qué pasó:

«Fue una indisciplina que no está permitida en el hotel. No fue alcohol, no tomo. De mujeres te puedo decir que sí. Soy un chico, una persona normal que tiene sus necesidades»

Así es. El muchachito de 16 años resultó ser todo un garañón incontenible a quien la abstinencia le parece un cáncer que hay que erradicar del universo conocido. Aunque no se específica cuál fue el meollo del asunto, todo parece indicar que lo sorprendieron entrando al área chica y lo agarraron en fuera de lugar. Un fuera de lugar que, hay que decirlo, ya le pasó factura: no participará en el Mundial de Nigeria en su categoría.

Buscando defenderse, Martín El Insaciable Galván también dijo:

«Ni siquiera tomo. Mi papá me ha dado buenas bases. Por ahí salió en una nota de un periódico que era alcohólico y no sé qué tanto […] Me equivoqué, en ese momento no debió ser. No quiero que la gente se lleve una imagen mala de mí»

Sin ánimo de ponernos moralistas, porque definitivamente el morro es libre de desfogar sus ímpetus hormonales donde y cuando quiera, aquí nos asalta la siguiente pregunta: si eso pasa en una selección menor, ¿cómo se pondrán los bacanales con los del Tri mayor?

Deben ser, sin duda, muy divertidos.

"Ménganche pa'ca mijas", les dice Martincito a todas las nenas que se pongan en su camino
"Ménganche pa'ca mijas", les dice Martincito a todas las nenas que se cruzan en su camino