Tàpies conoció a Marcel Duchamp en 1958, el mismo año en que también conversó con Lucio Fontana. Tàpies comenzó desde entonces lo que sus historiadores y críticos llaman su “etapa conceptual”, creando ensamblajes con objetos cotidianos. Silla y ropa es sólo una de las decenas de objetos nacidos según la crítica y el discurso oficial, para descontextualizar un algo tan común como ropa, muebles, instrumentos musicales o enseres domésticos.
La pregunta salta en la vista ¿Por qué dejó Tàpies la pintura durante este tiempo para dedicarse al ready made? ¿Cuándo dejó Tàpies su formato de experimentación favorito –la pintura– por el objeto? ¿Por qué alguien que había conseguido demostrar que la labor escultórica es pintura (al agregar textura y relieve al lienzo, al rasgarlo y crear dimensiones desde la tela, el cartón o el papel colgado sobre el muro) rendiría su búsqueda en los efectos del urinario o la rueda de bicicleta del genio Duchamp? De Lucio Fontana buscando la cuarta dimensión en agujeros pictóricos surgió su tenacidad de escarbar, rasgar y destruir para encontrar, de Duchamp ¿la lección fue literal?
Silla y ropa no es un ready made. Tampoco un objeto o un ensamblaje. Silla y ropa es una pintura abstracta con declinaciones figurativas. La mente de Tàpies, como la de Duchamp, viaja diez jugadas adelante de sus críticos e historiadores. La lección del maestro francés no pudo ser jamás literal. Tàpies no dejó la pintura en la década de los setentas, la extendió.
El lienzo dividido en dos secciones por diferentes matices de grises, veladuras logradas con manchas de pintura, tiempo y mugre. Debajo un blanco opaco logrado con una camiseta sucia de lodo. Todo sobre lienzo ocre que deja ver algunas líneas verticales y horizontales: perspectiva que permite observar la suavidad de las texturas: una toalla de baño, una manta y ropa de algodón. Nada es azaroso. Cada línea, cada arruga calculada. Tàpies subraya su trabajo al rascar un cuadrado en la parte superior derecha del cuadro: geometría informal para certificar su estilo abstracto.
Silla y ropa es una declaración pictórica. La pintura es una cosa mentale de Da Vinci y la incesante búsqueda por la idea, lo verbal, como comienzo de la creación visual de Duchamp. Tàpies logró demostrar que la pintura no es sólo un soporte, una técnica o una escuela permanente, que es una disciplina, una manifestación que cruza la barrera del material e incluso, la del discurso. Silla y ropa es una pintura cuyos tonos, perspectiva y composición sólo pudo ser lograda con una toalla, una manta, ropa de algodón sucia y una silla. El abstracto es una lengua, un código personal resuelto en la interpretación matérica, sensorial, emotiva e informalista del que lo observa. La pintura es el lenguaje.
Dolores Garnica
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