Lo adviriteron durante la semana. Lo cumplieron hoy. La afición salvadoreña iría al estadio con cubrebocas para burlarse de los mexicanos, a los que les taparían la boca en la cancha. Y lo cumplieron todo al pie de la letra. La selección de El Salvador le propinó otra derrota a la Mexicana con marcador de 2-1. Y el Cuscatlán, ese estadio viejo y feo que se ha ganado fama de ser el más hostil de Centroamérica, volvió a rugir.
Quedó demostrado que Javier Aguirre no tiene una varita mágica. Y que también comete errores: el primero, meter al Conejo Pérez de inicio (error mayor: convocarlo). El segundo, no responder con una buena estrategia después del 1-0. Pero, ya se sabe, no toda la culpa es del técnico: los jugadores siguen en la inoperancia total, en la hueva, en la pendeja.
Con el resultado, México se sigue quedando a la zaga en la búsqueda por el boleto a Sudáfrica, ya que Costa Rica y Estados Unidos ganaron sus respectivos juegos. Vamos a tener que ver el Mundial de Sudáfrica por la tele y sin representación nacional. Mal plan, pero es lo que nos merecemos con el torneo mediocre que tenemos, la pésima administración de la Femexfut y el vedettismo de los jugadores.
He dicho.