Según una leyenda nepalí, el dios Shiva, en vez de estar en su casa con su divina esposa Parvati, gustaba de vagar por las montañas y dedicarse al placer con las ninfas celestes. Celosa, Parvati le hizo fumar flores hembras resinosas de cáñamo, lo cual llenó a Shiva de excitación y lujuria. Tomó a su esposa con divina beatitud experimentando un éxtasis sagrado que lo llevó a permanecer desde entonces a su lado y a fumar cáñamo siempre antes de unirse con ella.
Benjamín Ruiz Loyola, Las drogas (UNAM, 2002)
En la imagen aparece la pareja de enamorados, Shiva y Parvati. Salve.
¡Eah! ¡Qué grande es el Sensacional D!
Whooo…
vaya, no conocía a alguien (a excepción de mi chava) que dsifrutara de los placeres mas celestiales de nuestra terrenal existencia con el acompañamiento de la divina Cannabis sativa.
Buscaré tu libro Loyola.
Sensasional D… Realmente eres grande!