10 – – El día que la tierra se detuvo, de Scott Derrickson
Una pieza simple de entretenimiento y acción, bien narrada. La ponemos porque el mensaje que da es urgente en estos tiempos: la destrucción del planeta debe pararse ya. Que una superproducción hollywoodense se tome la molestia de alertar al respecto es mérito suficiente.
9 – – Tres días, de F. Javier Gutiérrez
Los directores españoles siguen manteniendo su buena reputación dentro del cine fantástico y de terror. A las recientes Los abandonados, El orfanato y Rec, se suma esta sencilla producción, que nos recuerda que el buen cine de género se logra con atmósferas y no necesariamente con pirotecnia y efectos especiales carísimos.
8 – – Transsiberian , de Brad Anderson
Este director estadounidense se ha convertido en uno de los más sólidos exponentes del terror psicológico. Session 9 y, sobre todo, El maquinista, le ganaron el reconocimiento internacional. Ahora, con Transsiberian, Brad Anderson ratifica su habilidad con los juegos de la mente y el suspenso. Un Hitchcock con gore.
7 – – Mister Lonely, de Harmony Korine
El guionista de Kids y director de Gummo y Julien Donkey-Boy ha madurado enormidades. Sin dejar a un lado su universo de freaks e inadaptados, logra con su más reciente trabajo un filme sumamente hermoso, cargado de momentos de genuino lirismo.
6 – – Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen
Cuando Woody Allen le atina, arrasa. Si en Scoop y Los inquebrantables se le notaba fuera de forma, rutinario y un tanto insulso, en Vicky Cristina Barcelona recupera el buen pulso mostrado en Match Point.
5 – – Rec, de Jaume Balagueró y Paco Plaza
Contrario a lo que nos quiere hacer creer la publicidad, El orfanato no es la mejor película de terror española de los últimos años. Es, sin duda, Rec, una cinta que se basa en el estilo que instauró La bruja de Blair y que lo potencia con efectividad.
4 – – El curioso caso de Benjamin Button, de David Fincher
Tras la compleja Zodiaco, Fincher entrega una pieza de entretenimiento al más clásico estilo: producción histórica, con momentos épicos y románticos, pero tan bien contada que brinda esperanza al entumecido Hollywood. El trabajo de maquillaje es una obra maestra en sí mismo.
3 – – Wall-e, de Andrew Stanton
¿Una película para niños? No nos equivoquemos: Wall-e brinda momentos tan desoladores y aborda el dilema amoroso desde una perspectiva que rebasa el universo infantil. Como debe hacerlo el buen cine: tenemos aquí una joya que rebasa cualquier clasificación.
2 – – Batman, el caballero de la noche, de Christopher Nolan
En Batman, el caballero de la noche, el talentoso director Christopher Nolan se superó a sí mismo, tras las espléndidas Batman inicia y El gran truco. Su segunda entrega del hombre murciélago es una cinta profundamente subversiva, en la que el personaje que se roba la película es el Guasón, interpretado por un soberbio Heath Ledger. Todo en esta cinta es escalofriantemente cercano a la realidad: las mafias sanguinarias, la policía corrupta y una urbe que ya no es la de los cómics, sino cualquier gran metrópoli del mundo: Ciudad Gótica somos todos.
[Acá, la lectura del Joker realizada por Alan Moore. Un clásico de miedo]
1 – – Petróleo sangriento, de Paul Thomas Anderson
ADVERTENCIA: Claro, claro, ésta es una película de 2007. Pero en México se estrenó en febrero de 2008, por lo que, para efecto de recuentos, es realmente de este año. Además, Petróleo sangriento es, probablemente, el filme de la década que termina en 2009, así que no podíamos dejar de mencionarla ahora…
En el principio fue el petróleo. La madre de algunas de las principales disputas del siglo XX —y del XXI, por supuesto—. El director Paul Thomas Anderson, en plena madurez de sus recursos narrativos, recurrió al pasado en Petróleo sangriento para poder entender la locura y la insensatez del hombre contemporáneo. Mediante una fábula sobre los pioneros de la industria del llamado “oro negro”, que se remonta a finales del siglo XIX, manufacturó uno de los filmes más impresionantes que se han visto en mucho tiempo. A su lado —y sin él hubiera sido imposible cristalizar esta cruel epopeya— tuvo al monstruoso Daniel Day-Lewis, quien —nos atrevemos a afirmarlo desde esta trinchera— es uno de los actores vivos más grandes que existen. No hay redención, no hay esperanza tras ver esta demoledora película, en la que las motivaciones de los personajes son la ambición desmedida, la manipulación y la misantropía en estado puro. Al final queda una advertencia: siempre hubo, hay y habrá sangre.