Sí, es columna vieja, del 6 de julio, pero aquí va, para no descompletar el archivo.
De acuerdo, no es una noticia nueva. Se conoce desde octubre de 1793, mes en que fue guillotinada, pasadas las once de la mañana, la esposa de Luis XVI y reina de Francia, María Antonieta (para entonces ya era viuda). El presidente del jurado le preguntó: “¿Tiene algo que oponer a la determinación de la ley?”, a lo que ella respondió: “Nada”.
La crónica del Times, que relata los últimos momentos de vida de María Antonieta, termina con una advertencia terrible para el lector británico: “No tenemos duda de que la infortunada Elizabeth, quien fue depositaria de sus sentimientos y de su compañía en la desesperanza, pronto sufrirá el mismo destino”.
Cuando publicó la nota, el Times, fundado y dirigido por John Walter, era un periódico prácticamente recién nacido: su primera edición fue el 1 de enero de 1785. Hace 323 años. Hoy, el periódico lleva 21 directores en la historia, es uno de los más reputados del mundo y pertenece al magnate de los medios Rupert Murdoch.
Esta semana, el Times abrió su archivo digitalizado en la red, con la posibilidad de que los usuarios consulten todas las ediciones del periódico en PDF de 1785 a 1985. 300 años de historia disponibles en internet. Es curioso entrar al sitio del Times Archive y ver la portada típica de un periódico en línea, pero con fotos en blanco y negro, declaraciones de Mao Tse Tung y titulares como “Official Bulletin”, fechado el 22 de junio de 1815, con un relato sobre la caída de las tropas de Napoleón Bonaparte en Waterloo, obra y gracia del “héroe de Bretaña”, el duque de Wellington, “nuestros galantes soldados y nuestros valientes aliados”.
A finales de 2007, el New York Times realizó un ejercicio similar y abrió a sus lectores la posibilidad de consultar los archivos en línea. Durante meses, la memorabilia ñoña fue recopilando datos como “la primera mención de la World Wide Web [www] en el Times”, en febrero de 1993, o “la mención del concepto televisión”, en un artículo de 1907.
Dos buenos motivos para pasar una tarde en internet, como ratones de biblioteca, sin temor de romper papeles viejos.