El diablo con botas

Es la princesa gótica de la literatura italiana. Antes se le había relacionado con la generación de los “jóvenes caníbales”, que revolucionaron las letras de su país en la década de los noventa, pero ahora Isabella Santacroce se ha desmarcado con una propuesta muy personal que involucra la experimentación con el lenguaje, el fetichismo y el performance. Desafortunadamente, sólo se puede conseguir una de sus novelas en castellano: Destroy, que publicó Anagrama en 1998: la historia Misty, una callgirl que viste de cuero y látex y alquila su mirada a señoras exhibicionistas. Admiradora de Courtney Love, Vampirella, Juliette Lewis, P.J. Harvey y todas las chicas malas y anárquicas de la cultura pop, Santacroce ha creado su propio personaje, como puede verse en esta liga a la presentación en Roma de V.M.18, su más reciente libro. Ella baila mientras el público observa sus piernas: tan largas como el camino al cielo, pero enfundadas en las botas con las que debe guiarnos a todos de cabeza al infierno.

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