El Schnauzer y el político de la .380

El tipo se molestó con el Schnauzer y con el mundo. La historia va así: el tipo fue a una fiesta infantil con su hijo. Su hijo comenzó a jugar con el perro. El perro lo arañó en la cara y el tipo, furioso, fue a casa por su pistolita .380. Regresó a la fiesta armado de valor y le metió algunos balazos al chingado perro. Después increpó a los asistentes: “A ver, ¿quién sigue?”.

Siguiente acto: el dueño del perro va y lo denuncia con la Policía.

El tipo se llama Javier Guízar Macías y es el presidente en Jalisco del Partido Revolucionario Institucional (PRI, ¿derecha, izquierda, centro, en el hoyo… alguien sabe?). Se supone que es un representante popular, de esos eternos aspirantes a un puesto en el gobierno y la administración pública.

Sucedió el domingo pasado. Una muestra genial de intolerancia, crispación y exhibición de las malas artes de la política. En México hay gobernadores católicos que mandan a la mierda a sus gobernados (se llama Emilio González Márquez y también es de Jalisco, del derechista y Partido Acción Nacional). Pura finura.

Estos son unos chistes que aparecieron hoy en la sección La Tremenda Corte del periódico Público-Milenio:

Cinematográfica: que ayer en el PRI hubo una tarde de perros

Si invita a Guízar a su fiesta, deje a su perro en lugar seguro

Letrero leído en el cancel de una casa: “Cuidado con el Guízar”

Jorge López Portillo (Basave), ¿ defenderá al Guízar como un perro?

Que a Guízar le echaron los perros

Que el Guízar es bravo… y lo cucan

A otro Guízar con ese perro

Se quedó como el Guízar de las dos tortas

Guízar que ladra… también dispara

La foto es de una manifestación ocurrida el jueves en las instalaciones del PRI Jalisco, a donde acudieron dueños de perros y defensores de los animales a protestar contra el llamado “perricidio”. Es de Tonatiuh Figueroa.

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