Mil horas (Andrés Calamaro)

Un clásico de clásicos: ¿y para qué sirven las guerras? Hacemos un paréntesis para recordar a un grande, Calamaro, con los grandes Abuelos de la Nada.

Calamaro acompañaba al fallecido Miguel Abuelo y a Cachorro López, Gustavo Bazterrica, Polo Corbella y Daniel Melingo (otro clásico de clásicos, por cierto). Lo posteamos nomás porque nos gusta mucho y nunca dejaremos de escucharla, porque no sabemos que hacer y porque tenemos un cohete en el pantalón y esperamos y esperamos.

Hace frío y estoy lejos de casa.
Hace tiempo que estoy sentado sobre esta piedra
Yo me pregunto: ¿para que sirven las guerras?

Tengo un cohete en el pantalón,
vos estás tan fría como la nieve a mi alrededor,
vos estás tan blanca, que yo no sé qué hacer.

La otra noche te esperé,
bajo la lluvia dos horas, mil horas,
como un perro.

Y cuando llegaste me miraste y me dijiste,
“Loco, estás mojado, ya no te quiero”.

En el circo, vos ya sos una estrella.
Una estrella roja que todo se lo imagina.

Si te preguntan, vos no me conocías. ¡No, no!

Tengo un cohete en el pantalón,
vos estás tan fría como la nieve a mi alrededor,
vos estás tan blanca, que yo no sé qué hacer.

Te esperé bajo la lluvia
¡No, no, no, no!

La otra noche
te esperé bajo la lluvia dos horas, mil horas,
como un perro.

Y cuando llegaste me miraste y me dijiste,
“Loco, estás mojado, ya no te quiero”.

Acá una versión en vivo

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