El remate perfecto

Los hijos de Britney son el error más bello que ha cometido en su vida. Tan
bellos como la vagina depilada de la que salieron.

Excelente perla para rematar nuestra nota previa sobre la presentación de Britney Spears en la entrega de premios de los MTV, el domingo. La expresó la comediante Sarah Silverman, anfitriona del espectáculo de la cadena de videos.
Lo hizo justo después de que la Britney abandonó el escenario. Una falta de respeto digna de un show miserable y en decadencia. Por eso, amiguitos, hay que ver otras cosas.

Gracias a Les Yorsch por el dato. Acá pueden ver el extracto de la presentación, con la ocurrente Sarah al micrófono enlace

¿Y a quién le importa Britney Spears?

No sorprende que en un mercado como el de los espectáculos gringos, que se reinventa cada 30 minutos, se siga dando tanta importancia a las supuestas cualidades artísticas de Britney Spears. Se necesitan figuras de escarnio que den pauta a los “nuevos ídolos”, a los nuevos artistas desechables que habrán de generar toneladas de billetes.

El domingo, la industria del entretenimiento le puso un epitafio a la carrera de esta joven: “She didn’t disappoint: she was awful” (“No decepcionó: estuvo terrible”), escrito en la reseña del New York Times de la entrega de los Video Musical Awards de MTV.

Pero, ¿a quién le importa Britney Spears? Que si está gorda, que si tiene problemas con las drogas, que si está despilfarrando su fortuna, que si está dilapidando su carrera. ¿Qué? Mejor habría que poner atención a artistas que realmente valgan la pena o que, cuando menos, no reproduzcan la doble moral y la hipocresía de la industria comercial gringa.

Britney Spears fue punta de lanza para conquistar un mercado muy definido, el segmento de niños y adolescentes. Les funcionó y ahora le pagan mandándola al patíbulo, abriéndole un espacio en la soporífera entrega de premios de la censurable cadena de videos, y burlándose de ella. En pocas horas, se han vertido miles de comentarios sobre su figura, sus pasos en la pista, su música, que si se drogó antes de subir al escenario… ¿Y si mejor dedicaran tantas palabras a otros asuntos? O mejor: ¿y si se cierran la boca? ¿A quién le importa Britney Spears? ¿A quién le importan MTV y sus premios? Basura.

Mejor subimos el video de un producto que sí nos gusta, Amy Winehouse, una joven que no se anda con medias tintas, ni dobles verdades, ni hipocresías: su espíritu es “soy lo que parezco”. Ruda y cínica. Convendría hacerle una nota, eso vendrá después.

La foto de la Britney es de AP y la tomamos de The New York Times.