Para seguirle con el post de los decapitados, en el que hablamos del nuevo libro de Sergio González Rodríguez (El hombre sin cabeza, Anagrama, 2009), recuperamos un fragmento de la entrevista que le hizo Iván Hernández (La Sala de Interrogatorios) al periodista y escritor:
—Se ha creado el mito de que si en México pasa algo y no se le encuentra explicación, es culpa del narco. ¿Crees que el estado utiliza ese mito para ejercer su propia violencia?
—Hay que entender que la noción Narco y la noción Estado no están separadas. En México el Narco se puede ver como una mafia al estilo siciliano con clanes y redes familiares que se ha extendido vertical y horizontalmente. Esta mafia cobija una serie de industrias delincuenciales como el contrabando de armas, el tráfico de indocumentados, la extorsión, el secuestro o el robo a gran escala cuyos ejecutores han recibido entrenamiento paramilitar y cuentan con sofisticados medios de comunicación que logran lavar al año entre 120 y 125 mil millones de dólares. Esto es imposible sin la complicidad, el amparo y el patrocinio de las más altas autoridades. Recordemos que muchos de los altos cargos de los cárteles eran comandantes policiacos. Es allí cuando el combate al narcotráfico se convierte en una simulación convertida en decomisos, detenciones que nunca tocan a los más altos. En 1997 se giraron órdenes de aprehensión contra todos los grandes narcos de Sinaloa. Han pasado doce años y ninguno de estos sujetos ha sido detenido. En el año 2000 se fugó el Chapo Guzmán, el más importante de los capos mexicanos y el hecho de que no haya sido capturado solo se entiende si hay complicidad de las autoridades. Quitémonos entonces la idea de que el narco es algo misterioso que está flotando en el aire. Son males específicos con nombres y apellidos específicos quienes cometen los crímenes. De ahí que el narcotraficante escuchando narcocorridos sinaloenses y vestidos estrafalariamente sea una caricatura.
Acá el link a la entrevista completa (link)
La foto la tomamos de El Informador, que la utilizó en una nota sobre el hallazgo de cinco cabezas humanas en sendas hieleras, en la cabecera municipal de Ixtlahuacán del Río, Jalisco.