El Museo Franz Mayer alberga desde octubre pasado y hasta el 9 de noviembre la edición 2008 del World Press Photo. Una muestra impactante que reúne a los mejores reporteros gráficos del mundo. Es interesante ver cómo cada año las imágenes se cargan hacia ciertos temas acuciantes. Por ejemplo, en la edición de 2006, la mayoría de las fotografías tenían que ver con los estragos del huracán Katrina en Nueva Orleáns y la guerra de Irak. Ahora, hay muchas relacionadas con Afganistán y las guerras civiles de África. De hecho, la placa ganadora como Fotografía del Año muestra a un soldado estadounidense en un búnker en Afganistán, que se pasa una mano por el rostro en un gesto de extremo agotamiento, tanto físico como mental; un símbolo de la impotencia que despierta cualquier guerra. Pero más allá de las imágenes bélicas, que siempre destacan por razones obvias dentro de esta muestra, hay otras igualmente efectivas a la hora de reflejar la ignominia y la alienación que rigen a las sociedades contemporáneas. Como la serie sobre Skatopia, esa granja en Ohio en la que se refugian los fanáticos de las patinetas y en la que pasan días enteros entregados a su obsesión por las piruetas y los deslizamientos. Lo inquietante es que los “skatos” difícilmente se integran a la sociedad y terminan viviendo como parias en Skatopia, aislados del mundo real y sus preocupaciones cotidianas. Otra forma de la enajenación, que bien podría ser el tema principal de este año: la enajenación por el poder, la guerra, la miseria e incluso el deporte.